El Banco Central de Brasil subió este miércoles la tasa de interés de referencia hasta 7,75%, un alza de 1,5 puntos porcentuales, la mayor en casi dos décadas, para intentar contener la inflación, informó la autoridad monetaria.
El incremento en la tasa Selic es el sexto consecutivo en el año, y está en línea con las expectativas del mercado, ante la suba de precios acelerada y la perspectiva de un aumento del gasto público por un programa de ayudas del gobierno.
La decisión comunicada al finalizar una reunión del Comité de Política Monetaria (Copom) profundiza la estrategia de alzas implementada hasta el momento, y dispone el mayor salto en la tasa desde diciembre de 2002.
El comité “considera que, dado el deterioro en el balance de riesgos y el incremento en sus proyecciones, este ritmo de ajuste es el más adecuado para asegurar la convergencia de la inflación a las metas”, indicó en un comunicado.
Para la próxima reunión en diciembre, añadió, prevé “otro ajuste de la misma magnitud”, con el que llevaría la tasa hasta 9,25%.
La última vez que la tasa de interés estuvo por encima de 7,75% fue en 2017.
La Selic se ubicaba en 6,25% desde septiembre pasado, cuando el comité implementó un alza de un punto porcentual, al igual que el mes anterior, cuando aceleró la escalada iniciada en marzo.
Entonces, el Copom movió por primera vez la tasa después de mantenerla en un mínimo histórico de 2% durante un semestre, para impulsar a la economía golpeada por la pandemia.
Ahora, la inflación creciente, fogueada aún más por el incremento esperado del gasto público, forzó una subida mayor a la de un punto porcentual prevista por el Copom en su encuentro anterior.
El índice de precios al consumo acumuló un aumento de 10,25% en 12 meses hasta septiembre, superando los dos dígitos por primera vez en más de cinco años. Y los pronósticos para octubre no indican mejoras.
En la encuesta Focus del Banco Central, la inflación proyectada para este año alcanzó un 8,96%, y trepó igualmente la estimación para 2022, a 4,40%, por encima de la meta oficial de 3,5%.
Gasto en alza
Las preocupaciones en el escenario fiscal se dispararon en los últimos días tras el anuncio del presidente Jair Bolsonaro de que aumentará las ayudas sociales para casi 17 millones de brasileños vulnerables hasta fines de 2022.
La población brasileña sufre el impacto de las subas de precios, especialmente de los alimentos. Y el desempleo todavía alcanza a 13,7 millones de personas, pese a ceder al 13,2% en el trimestre junio-agosto, el nivel más bajo en un año.
La iniciativa del mandatario, en vísperas de un año electoral, prevé una maniobra para no exceder un límite para el uso de recursos públicos fijado por ley y debe ser aprobada en el Congreso.
Pero la posible perforación del techo del gasto causó inquietud en el mercado y un deterioro en las expectativas económicas hacia adelante.
Las preocupaciones sobre la situación fiscal, advierten especialistas, se traducen en una mayor percepción de riesgo sobre la economía, que debilita al real y, por lo tanto, empeora el panorama inflacionario.
Para 2022, pronósticos como el del banco Itaú advierten sobre una contracción de 0,5% del PIB, como consecuencia de las tasas altas.
Con información de AFP
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