Leonidas Iza es reconocido en el Ecuador por ser un líder emergente de la oposición. Es la cara de una nueva izquierda popular en el país andino y una de las voces más potentes en contra de las políticas públicas del presidente Guillermo Lasso que convocó a las primeras movilizaciones masivas en contra de los precios de los combustibles del flamante Presidente. Iza es un líder indígena que ocupa la presidencia de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), el movimiento social más grande , mejor organizado y estructurado del país. Para muchos, Iza puede ser el Evo Morales de Ecuador. ¿Quién es este líder al que muchos temen?
En octubre de 2019, Leonidas Iza fue uno de los principales actores en los 11 días de protestas en contra del decreto de liberar los precios de los combustibles, expedido por el ex presidente Lenín Moreno. Durante las movilizaciones, que se tornaron violentas, hubo enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden, que como saldo dejó al menos 8 personas muertas, 250 heridas y más de 1.300 detenidos. Luego de estos sucesos, Iza presentó su libro Estallido: la Rebelión de Octubre en Ecuador, en el que narra el contexto de las luchas sociales y los levantamientos indígenas en el país. Su libro tiene un análisis político y económico anticapitalista.
Leonidas Iza es un intelectual, activista y dirigente inspirado en la izquierda latinoamericana de Eduardo Galeano y de José Carlos Mariátegui. Titulado como ingeniero medioambiental, la conversación con el dirigente indígena es fluida, profunda y argumentada. Se nota en sus expresiones su compromiso con la militancia, las luchas sociales y el pensamiento marxista. Expresa la formación de un sociólogo hecho en las calles y de un progresista que recupera la contención de las clases populares a los gobiernos elitistas.
El líder indígena conversó con Infobae sobre el futuro del gobierno de Guillermo Lasso, las demandas de los movimientos sociales y la convocatoria a las movilizaciones en Ecuador este martes que, hasta el momento, ya registran varios cierres de vías.
- Usted ha dicho que el conflicto actual con la administración de Guillermo Lasso tiene algunas similitudes con las protestas de octubre de 2019. ¿Cuáles son esos antecedentes políticos que llaman a la movilización?
-Hay tres factores fundamentales que determinar. Primero, las movilizaciones anteriores al hecho mismo. No olvidemos que estos días se han dado movilizaciones y eventos liderados por los trabajadores, por los agricultores, en contra de la Ley Creando Oportunidades (proyecto de Lasso en materia económica, tributaria y laboral que fue devuelto por el congreso), las acciones de protección interpuestas por los sectores indígenas por el problema minero y petrolero.
Lo segundo es la deslegitimación de las autoridades. Si bien es cierto el Presidente de la República tenía una aceptación muy importante, hay un desgaste en su representación a partir de los Papeles de Pandora. No hay una referencia positiva frente a este hecho. Además se debe tomar en cuenta las acusaciones del Ejecutivo a la Asamblea Nacional. Parecería que hay una estrategia de desgaste por lo que se ha considerado la “muerte cruzada”. Por la deslegitimación, las autoridades se convertirían en actores no representativos de la sociedad ecuatoriana.
El tercer elemento son las coyunturas de este momento. Todos hemos dialogado, pero al no tener respuesta, nos hemos unido nuevamente por el mismo “factor X” del 2019: los precios de los combustibles. Lo que podría restar fuerza a nuestras movilizaciones es que el Gobierno Nacional está llamando a ruedas de prensa con algunas organizaciones desconvocando la movilización.
Hay la posibilidad de resolver el tema de los precios de los combustibles a través del diálogo, pero el Presidente no quiere ceder por lo menos una parte. Nosotros la hemos cedido… Le hemos dicho que para no volver a octubre (de 2019) congele el diesel a USD 1.50, porque USD 1.90 –como propone el Gobierno– es imposible, y la gasolina a USD 2.10 y no a USD 2.55.
Hay otros temas que se pueden tratar en las mesas de diálogo como el bajo precio de los productos de los campesinos, el problema minero, el problema del endeudamiento de la gente, la precarización laboral, la aplicación de los derechos colectivos de los pueblos y nacionalidades.
- El gobierno de Lasso podría ser considerado débil en términos legislativos. Algunos sectores han dicho que las movilizaciones podrían desestabilizarlo, que las protestas se proponen destruir el mandato del Presidente o acelerar su juicio político en la Asamblea. ¿Es así?
-Me parece que es una estrategia planificada, como en el 2019, para no topar los temas sensibles de la población ecuatoriana y convertir las movilizaciones en un problema político. Entonces se trata de mostrar que no hay problemas económicos, sino los desestabilizadores que quieren hacer la movilización, que son los violentos los que quieren hacer la movilización. Hay una estrategia para deslegitimar las luchas que tienen que ver con la reivindicación económica, no tiene nada que ver con la agenda de desestabilización institucional o de la desestabilización de la democracia. Más bien es una estrategia pensada sobre los fantasmas que el Presidente de la República, en su incapacidad de resolver los problemas inmediatos de la población, prefiere recurrir a algunos indicadores de la política para posicionar como una verdad.
- ¿Cuál es su posición como presidente de la CONAIE frente a la eventual “muerte cruzada” (disolución anticipada del Congreso y del mandato presidencial y convocatoria nuevos comicios)?
-Los poderes del Estado deben tener independencia política porque deben garantizar el cumplimiento de las demandas de los ciudadanos. La intencionalidad del Gobierno Nacional es deslegitimar a la Asamblea Nacional. Si es que se tiene que ir a una muerte cruzada, debe ser con elementos que justifiquen ese acto. No puede ser que de pronto esa figura se use para que no se valore el problema de los Pandora Papers.
- Pero ¿es una posibilidad real que Guillermo Lasso sea despedido, por la Asamblea o por las protestas en las calles?
-En las calles se protesta por la agenda económica. Si el Gobierno Nacional escucha al pueblo no tendría que pasar a mayores, eso inmediatamente se resuelve, como en el 2019. Nunca, ni en el 2019 ni ahora, hubo condiciones políticas que en este caso para desestabilizar la democracia o la institucionalidad por la vía de movilización. El Presidente simplemente tiene que responder a las demandas y no habría ningún problema. Por el lado de la Asamblea Nacional, si comprueban que tiene un vínculo directo con los paraísos fiscales –que es una vergüenza a nivel mundial–, la Asamblea Nacional debe valorar jurídicamente y deberá recurrir al mandato popular y evaluar si es que hay una posibilidad de destitución.
- Con el déficit y los acuerdos del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional, ¿Cuál es la alternativa en las finanzas públicas al congelamiento de los combustibles? ¿Existe un punto intermedio entre sus demandas y la postura del gobierno?
-El punto intermedio referido única y exclusivamente al tema de los combustibles ya lo hemos dado. Le pedimos al Presidente que congele los precios de los combustibles al valor en el que estaban el 12 de junio, que la gasolina se venda a USD 2.10 y el diésel a USD 1.50
- ¿Está cerrado el diálogo con el gobierno o hay una posibilidad de tener acuerdos mínimos?
-El diálogo está estancado, pero nosotros jamás rompimos los procesos de diálogo. Hemos saludado toda la vida el diálogo, porque debería ser uno de los instrumentos más poderosos para resolver los problemas, pero un diálogo de sordos no sirve. Un diálogo utilitario para beneficio político de un solo lado, no sirve, por ello hemos dicho que el diálogo debe ser respetable para llegar a un acuerdo y a estos acuerdos no se puede llegar con radicalismos. Nosotros hemos visto que el Presidente de la República ha mantenido una posición radical, escuchando únicamente al Fondo Monetario Internacional, pero no a los mandantes que le dieron el voto para que gobierne.
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