Desde el 1 de noviembre, todos los extranjeros adultos que deseen entrar a Estados Unidos deben estar vacunados contra el COVID-19. Esta medida, que busca controlar la pandemia de coronavirus dentro del territorio norteamericano, afectará principalmente a las personas de América Latina, una región en donde solo el 37% de la población se encuentra inmunizada. En el subcontinente, varios gobiernos optaron por vacunas que presentaban dudas en sus procesos de elaboración.
Las autoridades sanitarias de EEUU podrán negar la entrada si la dosis que recibieron no es reconocida por sus organismos oficiales. Hasta el momento, Estados Unidos solo ha autorizado las vacunas de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson. Sin embargo, la Casa Blanca estudia también aprobar todas las reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la AstraZeneca y Sinopharm, de China. La inmunizante ruso Sputnik V, aún está a la espera de la autorización por parte de la OMS.
Al respecto, un portavoz del Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dijo: “Se está trabajando activamente con expertos sobre las las vacunas que se aceptarán, los requisitos de edad y la puesta en funcionamiento de este requerimiento”. Ante este panorama incierto, donde muchos países que no tuvieron acceso a las vacunas de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson tuvieron que recurrir a las dosis a China y Rusia, se teme que millones de latinoamericanos no puedan ingresar a Estados Unidos.
El pasado 6 de octubre, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que apenas el 37 % de las personas en América Latina y el Caribe han sido vacunadas completamente contra el COVID-19, y que países como Jamaica, Nicaragua y Haití no han alcanzado siquiera el 10 % de cobertura. ”Seguimos instando a los países con dosis excedentes a que las compartan con los naciones de nuestra región, donde pueden tener un impacto que salve vidas”, afirmó la directora de la OPS, Carissa Etienne.
Dado la escasez que se presenta en la región, Estados Unidos comenzó a enviar dosis a la región a través de la plataforma de acceso global de la Organización Mundial de la Salud, conocida como COVAX. Muchas de esas donaciones fueron entregadas por la Casa Blanca.
Según la OPS, durante la última semana se reportaron alrededor de 1,2 millones de nuevos casos del COVID-19 en América y 24.000 muertes relacionadas con el virus. Etienne apuntó que la semana pasada los países de América Latina y el Caribe recibieron 875.000 dosis de vacunas contra el coronavirus, que consideró “no son suficientes para proteger a todos”.
De allí que confirmó que la OPS ha cerrado acuerdos con tres productores de vacunas: los laboratorios chinos Sinovac y Sinopharm, así como la empresa farmacéutica británica AstraZeneca para comercializar las dosis a través del fondo rotatorio que durante más de 40 años ha surtido de vacunas a la región. ”Tenemos vacunas de Sinovac y AstraZeneca disponibles este año y tendremos vacunas de los tres productores en 2022″, agregó la funcionaria.
Socios estratégicos en la región de Washington, como Colombia, han mostrado su malestar ante lo difícil que es acceder a las vacunas por parte de los países latinoamericanos. En su discurso en la reciente Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Iván Duque habló de las brechas “inauditas” en la cobertura de vacunación.
“Mientras que algunas naciones adquieren un número de dosis adicionales para seis o siete veces su población y anuncian terceras dosis de refuerzo, otras no han aplicado ni una sola dosis que les inyecte esperanza”, dijo el mandatarios cafetero.
Por su parte, el subdirector de la OPS, Jarbas Barbosa, se refirió a los retrasos sufridos en las entregas de vacunas a través de Covax.
Barbosa mencionó entre las “muchas” razones el hecho de que los productores “no están priorizando el envío para el mecanismo Covax”, sino los acuerdos bilaterales que han alcanzado, ya que bajo estos convenios las vacunas “son más caras”.
Además, el funcionario indicó que unos 500 millones de dosis están pendientes de entrega debido a la pausa de las exportaciones del Instituto Serum de la India (SII), el mayor fabricante de vacunas del mundo, que se ha concentrado en la inmunización de la población de ese país.
En ese contexto, Barbosa anticipó que los países que están por debajo del 10 % de la cobertura vacunal recibirán de “manera prioritaria” más dosis durante este mes de octubre. De igual forma, recordó que ya Covax ha anticipado que no alcanzará a entregar hasta finales de este año las vacunas comprometidas para inocular a al menos el 20 % la población en los países más pobres, lo que estimó se retrasará hasta principios de 2022.
Mientras tanto, Latina superó el pasado viernes el millón y medio de muertos por coronavirus, según un recuento de la agencia de noticias AFP en base a balances oficiales. La región, la más golpeada por la pandemia según los registros, totaliza 1.500.350 muertos este viernes, en 45.264.875 casos contabilizados.
En particular, Brasil superó este viernes el umbral de los 600.000 muertos por la pandemia, que según especialistas sigue sin estar controlada pese a la caída del número de fallecidos diarios gracias al avance de la vacunación en el segundo país con más muertos en el mundo, después de Estados Unidos.
México, Perú, Colombia y Argentina siguen a Brasil en la estadística regional por número absoluto de fallecidos. La agencia AFP realiza sus balances utilizando datos de las autoridades nacionales y con informaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre los países más golpeados, Perú registra la mayor tasa de mortalidad, con 605 decesos por cada 100.000 habitantes.
La epidemia de coronavirus deja un saldo de más de 4,8 millones de muertos en todo el mundo sobre casi 237 millones de casos.
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