La desaprobación de la gestión de Daniel Ortega aumentó a niveles vertiginosos en los últimos cuatro meses, según una encuesta de la firma costarricense Cid Gallup dada a conocer por el medio nicaragüense Confidencial.
Según revela este sondeo, siete de cada diez nicaragüenses reprueban la gestión del mandatario sandinista: “La gran mayoría de adultos nicaragüenses opina que este mandatario hace poco o nada para su pueblo”´.
A su vez, el informe revela que “la desaprobación del manejo de la pandemia del coronavirus es más pronunciada que la evaluación general”.
También dice que durante el mes de septiembre, el margen de desaprobación de la gestión orteguista alcanzó el 69%, con tan sólo un 29% de aprobación. El 2% de los consultados optó por no responder a la consulta.
“Los informantes también opinaron que era poco o nada probable que Ortega y su Gobierno harían algo para resolver las preocupaciones que tienen a nivel de sus hogares. La principal pesadumbre es la falta de empleo del jefe o algún miembro de la familia”, detalla la encuesta.
La anterior encuesta realizada por la firma con sede en Costa Rica en agosto había revelado que Daniel Ortega es el peor evaluado por la ciudadanía a nivel centroamericano, pese a ser el segundo mandatario más conocido después del salvadoreño Nayik Bukele.
Los datos revelan que solo una de cada tres personas que conocen a Daniel Ortega opinan de manera favorable de él, lo que deja un 65% de los consultados con una percepción negativa del exguerrillero sandinista.
Los resultados de la encuesta no sorprenden en Nicaragua, luego de que el mandatario ha dedicado los últimos meses a perseguir a médicos independientes, periodistas, organizaciones sociales, activistas políticos y opositores.
Haydee Castillo, de la organización Nicaragüenses en el Mundo, explicó a la Voz de América que “en una sociedad que quiere preservar la democracia, la paz, el buen entendimiento, personas que son capaces de cometer crímenes de lesa humanidad para preservarse en el poder, es evidente que por mucho que usen la fuerza, el poder militar, el poder económico y los privilegios para sostenerse en el poder, pierden total legitimidad en la consciencia colectiva, en los pueblos, en las sociedad, es un ejemplo clarísimo”.
Sin embargo, el discurso oficial que maneja el gobierno de Nicaragua apunta a que el país avanza en “paz y reconciliación“, mientras Ortega busca reelegirse nuevamente y la oposición se encuentra fragmentada, con los principales líderes opositores en la cárcel y con una contienda electoral en la que participan solo los partidos conocidos por ser colaboracionistas con el Gobierno.
La vice de Ortega y primera dama, Rosario Murillo, reafirma diariamente en los medios oficiales que “Nicaragua avanza, caminando, fortaleciendo el camino de la paz, la cultura de encuentro, en una patria que es de todos y para todos, una patria que promueve el amor patrio, la defensa de nuestro honor, nuestro decoro nacional y nuestra soberanía nacional; una Nicaragua que alienta el trabajo la seguridad y la paz”.
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