La Cárcel Regional de Guayaquil es una de las cárceles de máxima seguridad en Ecuador. Pero a pesar de esta calificación, una supuesta pareja afectiva de José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, el líder más importante de Los Choneros, se hospedó allí durante seis días, hasta el día de la masacre de 119 presos en la Penitenciaría del Litoral, ubicada a 500 metros de la Cárcel Regional.
Cuando los familiares de los presos se amontonaban frente al penal para tener noticias de los suyos, en la sección Máxima Especial, algunos presos se coludieron con unos guías de la prisión y supuestamente iniciaron un plan para desalojar de la cárcel a la supuesta pareja sentimental del líder carcelario. Sabían que se haría un registro exhaustivo de la tenencia de armas en toda la prisión después de que recuperaran el control del centro y que encontrarían a la supuestamente infiltrada.
Según el informe policial, la pareja del detenido se vistió con un uniforme de guía penitenciaria para entrar y para salir del lugar. Poco después, la mujer intentaría abandonar la cárcel acompañada de una guía penitenciaria real, pero antes de lograr lo planificado fueron sorprendidas en el acto por varios policías y militares que custodiaban las entradas. En ese momento, el protocolo de seguridad penitenciaria se activó por causa de la crisis carcelaria, y las mujeres no pudieron salir debido a la excepcionalidad decretada luego de la masacre.
Fuentes policiales dijeron que luego de ser descubierta, la mujer reveló que es la pareja de Fito y admitió que había estado allí desde el lunes 27 de septiembre, viviendo en la celda del líder de Los Choneros.
Los detalles del incidente se filtraron en un parte policial en donde se asegura que al trasladar a las dos mujeres como detenidas a la Fiscalía del Cuartel Modelo, el policía recibió una llamada pidiéndole que las devolviera. Se afirma que al otro lado de la línea telefónica dio las órdenes el general Fausto Buenaño, comandante del Distrito 8 de la Policía Nacional, quien aseguró haber concertado un acuerdo con el alias Fito para liberar a su compañera sentimental a cambio de un arsenal bélico acopiado en la misma cárcel.
Otra fuente policial divulgada por el diario Extra refutó esta información que compromete a Buenaño y mostró un documento en el que se expone que la mujer del preso efectivamente llegó a la Fiscalía del Cuartel Modelo y que el fiscal de turno tomó conocimiento del caso.
Allí la mujer habría dicho al fiscal que permaneció en la cárcel retenida en contra de su voluntad, que ella era una víctima y que por temor a ser silenciada por las bandas no denunciaría el presunto caso de secuestro. La mujer no cuenta con procesos judiciales, según la información oficial.
Buenaño dijo al diario Extra que él fue alertado por un oficial de Inteligencia de que había dos mujeres vestidas como guías penitenciarias que salían por el filtro 1 de máxima seguridad, pero que una de ellas no era funcionaria, sino al parecer habría estado en uno de los pabellones en contra de su voluntad.
La mujer fue llevada a la Fiscalía, pero no fue detenida porque se trata presuntamente de una víctima, ya que habría estado retenida en contra de su voluntad. “Corroboramos que ella estaba amenazada de muerte”, agregó Buenaño.
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