Brasil superó este viernes los 600.000 muertos por covid-19 desde el inicio de la pandemia, una trágica marca que hasta ahora solo había superado Estados Unidos, que acumula más de 700.000, según datos recopilados por un consorcio de la prensa con las autoridades sanitarias.
El último informe oficial reportó un total de 600.425 fallecimientos y 21.550.730 casos, unas cifras muy subestimadas, de acuerdo con especialistas.
Aunque la pandemia se ha desacelerado de forma aguda desde junio, las cifras confirman a Brasil, con unos 213 millones de habitantes, como la segunda nación con más muertes, detrás de Estados Unidos, y la tercera con más casos de la enfermedad, tras EEUU e India.
Desde la confirmación del primer caso, que fue además el primero en Latinoamérica, en febrero de 2020, Brasil contabiliza además más de 21,5 millones de positivos en coronavirus.
El gigante latinoamericano registra, sin contabilizar todos los datos del día, un total de 600.077 fallecidos, de acuerdo con el consorcio creado el año pasado y que recoge directamente los datos de muertes e infecciones junto a las secretarías de Salud de los 27 estados del país.
No obstante, pese a la catástrofe sanitaria, la curva de decesos y contagios viene bajando desde el pasado junio, después de que el país atravesara una mortífera y virulenta segunda ola en los primeros meses de 2021.
Ello, según expertos y autoridades sanitarias, se debe al avance de la campaña de vacunación, iniciada el pasado 17 de enero en todo el país. De acuerdo con los datos oficiales, el 70% de la población brasileña ya ha recibido el primer pinchazo contra la covid-19, mientras que un 45,5% ya cuenta con la pauta completa.
La aceleración de la vacunación ha permitido que la media de muertes diarias esté ahora en unas 440, muy por debajo del promedio de 3.124 decesos registrado en abril pasado, en pleno pico de la segunda ola.
Asimismo, el promedio de casos diarios es de unos 15.000, bastante lejos del récord de 77.228 nuevos casos por día alcanzado en junio, cuando la transmisión del coronavirus estaba en auge.
La gestión de la pandemia en Brasil ha estado marcada por el negacionismo del presidente Jair Bolsonaro, quien minimiza la gravedad del virus, ha puesto en duda sistemáticamente la eficacia de las vacunas y la mascarilla y promovido medicamentos de nula eficacia contra la covid-19.
Por todo ello, su Gobierno está siendo investigado en una comisión parlamentaria que, en su informe final, planea acusar al jefe de Estado y a medio centenar de autoridades y personas cercanas al Ejecutivo de diversos y graves delitos contra la salud.
(Con información de EFE y AFP)
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