La Iglesia Católica chilena anunció el fallecimiento del cardenal Jorge Medina, una polémica autoridad eclesiástica que en más de una oportunidad se presentó cercano al régimen de Augusto Pinochet durante la dictadura militar.
Según las autoridades religiosas el fallecimiento de Medina se produjo en Santiago de Chile por causas que no se conocen. Medina tenía 94 años y gozaba de una larga carrera clerical.
Jorge Medina Estévez nació en Santiago el 23 de diciembre de 1923. Sus primeros estudios los realizó en el Liceo Alemán de Santiago y antes de dedicarse a la vida religiosa, en su juventud ingresó a la facultad de derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).
Posteriormente ingresó al Seminario Pontificio donde realizó sus estudios de filosofía y teología. El 12 de junio de 1954 Medina fue ordenado como sacerdote integrando el equipo de los peritos asesores de los obispos chilenos durante el Concilio Vaticano II.
Medina se destacó como obispo en las ciudades de Rancagua ubicada al sur de Santiago como también en Valparaíso. En el Vaticano le correspondió ser prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y Cardenal Protodiácono. En este último cargo anunció a Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) como nuevo papa de la iglesia en reemplazo de Juan Pablo II.
Entre algunas polémicas del religioso se resalta su impedimento para que la banda de música Iron Maiden tocara en Chile en 1992. Lo anterior fue solicitado por Medina porque a su juicio el grupo contenía mensajes satánicos. El fallecido presionó a los organizadores de este evento para que no se llevara a cabo, y tuvo éxito en su misión.
Vínculos con la dictadura
Medina fue un reconocido soporte de la dictadura. Tras el inicio del régimen militar el 11 de septiembre de 1973, el fallecido se desempeñó como Pro Gran Canciller de la PUC por orden de las autoridades militares. Medina reemplazó al cardenal Raúl Silva Henríquez quien había sido su promotor de carrera.
En 1998 cuando Pinochet cayó preso en Londres luego de las gestiones del juez español Baltasar Garzón para procesarlo por crímenes a los Derechos Humanos, Medina desaprobó el arresto y solicitó al gobierno inglés que liberara al dictador.
El 2011 cuando se destapó el caso del sacerdote Fernando Karadima quien es considerado como uno de los mayores pederastas de la historia de la Iglesia chilena, Medina sostuvo que su par no debería ir a la cárcel porque a su juicio hubo una “diferencia” entre el abuso sexual a un menor de edad de 8 o 9 años, a uno de 17 años porque a esta última edad una persona es consciente de lo que hace.
“Menor es alguien que no haya cumplido 18 años. Sin embargo, y con el debido respeto a las leyes de mi país, es muy distinto un niño de ocho años o nueve años que uno de 17. Un muchacho de 17 años sabe lo que hace”, aseguró Medina el 2011.
Sobre la homosexualidad Medina también fue crítico. El 2011 Medina manifestó que eran “lamentables” los avances de unión entre homosexuales impulsados por el Estado chileno, y que “la convivencia homosexual es inaceptable, los que practican la sodomía no verán el Reino de Dios, no se pueden acercar a los sacramentos, lo dice San Pablo”.
En esa oportunidad Medina agregó que “(los homesexuales) deben acercarse a un sacerdote, reconocer sus pecados y hacer un esfuerzo para no recaer. Hay un dicho que dice que la ocasión hace al ladrón. Si una persona tiene tendencia al trago, no debe ir a un bar. Un homosexual no puede tener contacto con otro homosexual”.
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