Las iniciales de uno de los hombres que hizo la denuncia es F.D.C.S. Es uruguayo y tiene 36 años de edad. Vive en el oeste del país, en una ciudad llamada Young donde viven otros 16.700 habitantes.
Primero, recibió mensajes a través de Facebook Messenger por parte de una mujer, L.M. Ella le decía que tenía intención de entablar una relación más íntima y que trabajaba como prostituta. Le envía algunas imágenes de contenido sexual y le pide su número de celular. Él se lo da y continúan el contacto vía WhatsApp.
Al día siguiente, recibió el llamado de una persona que decía ser funcionario policial. Le decía que tenía en su poder una denuncia de una menor de edad a la cual, en teoría, había presionado para recibir imágenes que se consideran pornografía infantil. Le pidieron un soborno de 25.000 pesos uruguayos (625 dólares americanos, aproximadamente) y terminando pagando 10.000 para evitar que prosperara la denuncia.
El dinero lo enviaba a través de redes de cobranza a un documento de identidad que corresponde a una persona de iniciales E.S.M.O. Después de girar el dinero, entendió que era una estafa, que no era cierto ni lo de la mujer, ni lo de la pornografía infantil, ni lo del policía. Este caso sucedió en julio de 2021.
Las primeras denuncias de este estilo empezaron, en realidad, entre febrero y marzo de este año. En ese momento, la Fiscalía de Young empezó a trabajar en tareas de inteligencia que incluía a Delitos Informáticos.
“Todo surgió a raíz de los primeros meses en este año, de una denuncia que fue el evento primario y se fueron dando otras del mismo tenor, vinculadas a las que estábamos trabajando. Se fueron unificando en diferentes dependencias del país y las fueron derivando para acá. Eran entre cuarenta y cincuenta denuncias y la investigación continuó”, dijo el Subcomisario Fernando Gongora al Portal de Young.
El modus operandi era siempre ese: contacto a la víctima por Facebook, intercambio de fotos eróticas, teléfono personal, más imágenes eróticas y llamada del policía falso diciendo que había una denuncia por pornografía infantil, hecha por una menor de edad. Pedían dinero, la víctima pagaba y, después, todos desaparecían.
Se logró imputar a tres individuos de la organización que provenían de distintos departamentos del país (Montevideo, Canelones y Rivera). Estos tres eran cobradores que después repartían el dinero. Por eso, se presume que habrá más detenciones en los próximos días ya que la red abarca a otros implicados en las maniobras.
Hasta el momento, esta red de estafas y extorsiones llevaban acumulados más de dos millones de pesos (USD 46.560) pagados por las víctimas. Las denuncias no vinieron solamente por parte de las víctimas, sino que además algunos policías reclamaron el delito de usurpación de identidad.
Además, según el subcomisario, existe la posibilidad de que hayan personas presas involucradas en la red porque pueden usar sus teléfonos y sus redes sociales dentro de los centros carcelarios.
La violencia sexual en Uruguay está en aumento
En 2021, las denuncias realizadas por casos de violencia sexual en niños y adolescentes aumentaron. Pablo Abdala, presidente de INAU (Instituto Nacional del Niño y Adolescente) declaró que las autoridades trabajan en 440 casos de violencia sexual de menores.
De esa cifra, 102 son casos nuevos incorporados en el 2021, de los cuales 68 ya están en juicio, según comentó Abdala a Subrayado. Aseguró encontrar “preocupación” en estas cifras y un “fenómeno que asciende”. En ese marco, recordó que cualquier promesa u ofrecimiento de intercambio de actos sexuales o pornografía es considerado un delito, aunque se cuente con el consentimiento del niño o adolescente.
Uruguay, además, continúa con el proceso del famoso Caso Océano, que comenzó en 2019 por explotación sexual de adolescentes en Uruguay. La cantidad de implicados es de 33 imputados y 20 víctimas, derivando en el mayor proceso judicial por este delito en la historia del país.
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