Un gremio de pescadores acusa a los medios de comunicación de atacar de manera injustificada su actividad relacionada con la pesca incidental de tiburón. La queja viene por parte de los dirigentes de la Asociación de Comerciantes de la Pesca Incidental de Tiburón tras una publicación que evidenciaba que las exportaciones de aletas de tiburones habrían aumentado en un 635% en los últimos nueve años. Solo entre enero y junio de 2021 se ha registrado la exportación de 196.805 kg de aleta de tiburón, lo que representaría un monto de USD 5,4 millones en ingresos para el país.
En Ecuador la pesca del tiburón está prohibida salvo que sea de forma incidental. De hecho, la pesca incidental de tiburón es una excepción legal contemplada en la Ley para el Desarrollo de la Acuicultura y Pesca que permite la comercialización de este animal desde abril de 2020. No obstante, la normativa carece de una definición concreta de lo que podría ser considerado pesca incidental, por lo que el presidente de la Coordinadora Ecuatoriana de Organizaciones para la Defensa de la Naturaleza y Medio Ambiente (CEDENA), Gustavo Rodín indica que la mejor manera de identificar la pesca incidental de la dirigida sería “cuando una embarcación trae de 100 pescados 60 tiburones, eso ya no es incidental”. A esto, el presidente de la Comisión de Biodiversidad de la Asamblea Nacional de Ecuador, Washington Varela agregó que “solo hay el 2% de tiburones, es muy bajo, y considerando la cantidad de exportaciones significa que tenemos que poner un alto”.
Al respecto, John Vera, indicó que debe tomarse en cuenta que solo en la provincia de Manta, existen más de 250 embarcaciones sin considerar las lanchas que también se dedican a la pesca y que el producto que se está comercializando es completamente legal.
No obstante, en Ecuador, se registra que la exportación de aletas de tiburón en el período de 2013 a 2021 suma la venta de mil toneladas, avaluadas en USD 21,2 millones. Eso sin contar con el cargamento pesquero que no es declarado oficialmente, como las 26 toneladas de aleta de tiburón provenientes de Ecuador que fueron decomisadas en Hong Kong en abril de 2020 que, posteriormente fueron exportadas por el país como pescado seco. Respecto a esto, Vela expresó su indignación ante el diario local puesto que, en la nota poco se menciona sobre el hecho de que los pescadores que se acogen a la comercialización legal de estas especies, en lugar de usar únicamente partes como las aletas de tiburón, aprovechan desde la piel hasta las vísceras del animal.
Además, Jorge Chiriboga, representante jurídico de la asociación, recuerda que los pescadores de Ecuador se encuentran sujetos a “gravísimas restricciones navieras y aeroportuarias”, lo que les complica la entrada a mercados como Perú. Situación que se torna especialmente problemática porque dadas las fuertes normas restrictivas, el Ecuador no puede exportar hacia los países asiáticos sino a través de Perú. Nelson Landa, gerente de Full Moon Ecuador S. A. asegura que “nos tienen atados de manos porque, básicamente ganamos comisión, cuando hay volumen uno gana un poquito más”.
Por otra parte, el jefe del área pesquera de la organización WWF indica que, precisamente en las rutas de salida o exportación legal que van de Ecuador a Perú es donde existen mayores deficiencias de control puesto que el actual sistema de trazabilidad tiene soportes físicos en papel que son podrían ser vulnerados con facilidad y agregó que “existen más de 200 bodegas clandestinas y decenas de pasos fronterizos ilegales en la zona de Huaquillas (provincia del Oro) lo cual torna más complejo el tema”. Esto sumado al creciente problema de “lavado de especies” con el objetivo de seguir exportando especies marina ilegales. Mismo que se presenta en la frontera entre Perú y Ecuador.
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