El presidente de Bolivia, Luis Arce, reiteró este jueves ante la Asamblea General de Naciones Unidas la supuesta implicación del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, así como de otros agentes extranjeros como el “representante de la Unión Europea”, en el “golpe de Estado” que denuncia el ex jefe de Estado Evo Morales de 2019.
Durante su discurso, el actual mandatario boliviano también se refirió al reclamo de su país por la salida al mar, y con una fuerte crítica al capitalismo pidió un nuevo orden económico mundial.
“La ruptura del orden constitucional en mi país tuvo la participación de actores nacionales, políticos que en las urnas no cuentan con el respaldo del pueblo, malos efectivos de la Policía y las Fuerzas Armadas, comités cívicos, la jerarquía católica y medios de comunicación hegemónicos”, indicó.
Y agregó: “Pero también contó con la participación de la OEA, a través de su secretario general, Luis Almagro; de otros gobiernos, como el anterior de Argentina, que enviaron armas y municiones a los golpistas, del representante de la Unión Europea y de otras organizaciones no gubernamentales de origen internacional”.
Arce recordó a las 38 víctimas mortales que se registraron durante la crisis social y política de noviembre de 2019 en Bolivia y condenó los desmanes y las “graves violaciones de los Derechos Humanos” que, según denunció, cometió el “gobierno de facto” de la ahora ex presidenta interina Jeanine Áñez, quien se encuentra en prisión con un delicado estado de salud.
“El Estado Plurinacional de Bolivia, luego de un lamentable golpe de Estado acaecido en noviembre de 2019; el pasado octubre de 2020 ha recuperado su democracia, gracias a la unidad, lucha y conciencia del pueblo boliviano, ratificada en las urnas”, señaló el presidente boliviano.
Asimismo, defendió el derecho de los pueblos a “determinar libremente sus propios sistemas políticos, económicos y sociales” y criticó por “inmoral” a las grandes potencias que buscan imponer su “hegemonía” a través “de acciones y medidas unilaterales que generan efectos negativos contra la vida, la salud, la alimentación y la educación de millones de personas”.
En ese sentido, fustigó “el inhumano y criminal bloqueo comercial y financiero” contra la dictadura de Cuba, todo “un crimen contra la humanidad” que pone en riesgo la vida de 11 millones de personas en la isla en plena pandemia.
En la que ha sido su primera participación como jefe del Estado boliviano ante Naciones Unidas, Arce reiteró ante la comunidad internacional el reclamo de su país por la salida al mar: “El estado plurinacional de Bolivia reivindica en este foro mundial su derecho a obtener una salida soberana y digna y útil al Océano Pacífico, mediante el diálogo y la concertación con la República de Chile, de acuerdo a lo determinado por la Corte Internacional de Justicia en su fallo del 1 de octubre de 2018, que instó a Chile y Bolivia a que sigan trabajando en aras de la solución significativa del problema”.
Por su parte, el delfín político de Evo Morales criticó duramente al capitalismo y pidió un nuevo orden económico mundial. En ese sentido, propuso un alivio de la deuda externa de los países más pobres en un momento en el que tienen que intentar reconstruir sus dañadas economías por culpa de la crisis sanitaria del coronavirus.
Es necesario, apuntó, llegar a un acuerdo con los organismos financieros para la “refinanciación o el alivio de la deuda externa”, así como para la “activación de préstamos concesionales” si se aspira a que los países pobres puedan garantizar el cumplimiento de las metas de la Agenda 2030.
“Los Estados debemos priorizar la erradicación de la pobreza extrema, la reducción de la desigualdad en todas sus dimensiones, el acceso a los servicios básicos para la población, y debemos asumir con responsabilidad el reto de construir un futuro en base a la solidaridad y la cooperación”, explicó.
Sin embargo, lamentó que mientras continúe el actual orden económico mundial, “injusto se mire por donde se mire”, como demuestra el reparto desigual y el acaparamiento de recursos médicos y sanitarios durante la pandemia, “poco se avanzará para disminuir o eliminar esos indicadores sociales”.
“Según los datos disponibles, a la fecha solo el 30% de la población mundial que requiere vacunas, ha recibido al menos una dosis anti-covid-19, y apenas el 15,5% está completamente vacunado. Al mismo tiempo, solo el 1,1% de la población en países de bajos ingresos ha recibido al menos una dosis. El capitalismo ha mercantilizado todos los ámbitos de la vida social y la salud no escapa a sus tentáculos. La ciencia médica debe estar al servicio de la humanidad, sin ningún tipo de discriminación geográfica, política, social o por motivo de nacionalidad. El acceso a la vacuna debe ser considerada como un derecho humano, no podemos ser indiferentes y mucho menos lucrar con la salud en tiempo de pandemia”, aseveró Arce.
En esa línea, dijo que la pandemia se podrá superar “con una mayor cobertura en la vacunación”, pero al mismo tiempo apuntó que “el acceso a las vacunas, principalmente para los países de la periferia, es restringido”. Por ese motivo, exigió que “las transnacionales productoras de medicamentos liberen las patentes y compartan sus conocimientos y tecnología para la producción de vacunas contra el covid-19″.
Con relación al cambio climáticos, un tema común abordado por casi todos los líderes que participaron de la 76° Asamblea General de la ONU, Arce acusó directamente al capitalismo como “una de las principales causas” de esta crisis, pues es este sistema el que fomenta “el consumismo y la depredación desmedida de los recursos naturales”.
Desde su Gobierno, propuso “un nuevo modelo de convivencia para el bienestar”, un cambio de horizonte que deje atrás “la depredación, la competencia irracional, el consumismo desmedido y esa búsqueda insaciable de acumular ganancia a costa de la Madre Tierra y de la vida en nuestro planeta”.
“Si hay algo que el capitalismo está poniendo en riesgo es a la humanidad y a la naturaleza”, insistió Arce, quien considera que deberían ser “los países capitalistas” quienes “asuman la deuda climática” y “la compensación histórica” al resto del mundo a través de la “cooperación financiera, la transferencia de tecnología y el desarrollo de capacidades”.
El presidente Arce finalizó su discurso apelando al multilateralismo para hacer frente a los “cada vez más complejos desafíos” que el planeta tiene por delante. “Es nuestro deber construir un mundo más justo, más democrático y más solidario. Trabajemos para frenar la crisis climática y construir la igualdad”.
(Con información de Europa Press)
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