“La delegación nicaragüense ha podido constatar un proceso electoral democrático ejemplar, seguro, ordenado, eficiente y participativo”, concluye una nota de prensa publicada este domingo en el oficialista boletín 19 Digital sobre la visita oficial de Nicaragua a Rusia, que incluye a dos hijos de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El grupo de nicaragüenses fue invitado para participar como “acompañantes electorales” durante las elecciones legislativas que se realizaron en Rusia desde el 17 de septiembre hasta el 19 de septiembre para escoger los 450 escaños en el parlamento.
Al mismo tiempo que la misión electoral nicaragüense se paseaba por Moscú, otra delegación de interés “económico comercial” visitaba Crimea, el territorio en disputa con Ucrania en posesión de Rusia. “Ha finalizado con éxito un amplio programa de actividades solemnes organizadas por la Embajada de Nicaragua en Rusia y la administración de la República de Crimea en la histórica ciudad de Simferópol”, resume otra nota de prensa oficial.
Aunque Nicaragua y Crimea firmaron en junio pasado un acuerdo de cooperación comercial y económica, el intercambio entre ambos países es prácticamente nulo y, según los especialistas, tiene pocas probabilidades de prosperar. La distancia, los costos, pero sobre todo la escasa relación entre lo que un país produce y lo que el otro consume, dificultan una relación comercial vigorosa.
Por otro lado, el acercamiento con Crimea lastima la relación que Nicaragua tiene con su mayor socio comercial, Estados Unidos, quien no reconoce a Crimea como parte de la Federación de Rusia.
“Estados Unidos no reconoce, y nunca reconocerá, la supuesta anexión de Crimea por parte de Rusia”, insistió en febrero de este año el secretario de Estado Antony Blinken. “Crimea es Ucrania”, dijo. Asimismo, Blinken pidió a Rusia que ponga fin “de inmediato a su ocupación de Crimea, libere a todos los presos políticos ucranianos que tiene injustamente y devuelva el control total de la península a Ucrania”.
Tras el derrocamiento del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, el 22 de febrero de 2014, el presidente ruso Vladimir Putin y los dirigentes prorrusos de la península de Crimea firmaron un tratado por el cual Crimea y Sebastopol pasaron a formar parte de la Federación de Rusia. La disputa se reabrió poco después cuando el nuevo presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, exigió la reincorporación del territorio en control ruso.
En 2015, el entonces embajador de Nicaragua en Rusia, Juan Ernesto Vásquez Araya, se convirtió en el primer embajador extranjero en visitar oficialmente Crimea tras su anexión a Rusia.
Ucrania ha conseguido el apoyo de 46 países, entre los que están todos los miembros de la Unión Europea y Turquía, y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), para recuperar la zona en disputa.
En febrero de este año, el Parlamento de Ucrania aprobó sanciones contra Nicaragua por su decisión de abrir un consulado honorario en la península Crimea, que Kiev consideró como una “violación de la soberanía e integridad territorial” de Ucrania.
El gobierno de Daniel Ortega también fue de los primeros en reconocer la independencia de las repúblicas separatistas de Osetia y Abjasia, en septiembre de 2008. Los otros países que la reconocen son Rusia, Venezuela y Nauru.
La actual representación nicaragüense en Rusia, la encabezan, según información oficial, la magistrada electoral Alma Nubia Baltodano y los hijos de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Laureano Ortega Murillo, asesor presidencial para las Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional y Daniel Edmundo Ortega Murillo, a quién identifican como “representante de los medios del Poder Ciudadano”.
Para el excanciller nicaragüense Norman Caldera, desde su regreso al poder, Daniel Ortega emprendió una política de adulación a Rusia con vistas a conseguir su apoyo político. “Eso lo ha hecho desde el reconocimiento de Osetia y Abjasia hasta lo de Crimea”, dice.
“Daniel Ortega está ahí buscando cómo adular a Rusia”, considera. “Es un aspirante a vasallo, porque ni siquiera llega a esa condición”.
Sin embargo, cálculos de Ortega aparte, Caldera le da la razón a Rusia en el conflicto por Crimea que mantiene con Ucrania. “Crimea ha sido una región históricamente rusa”, dice. Cuando (Nikita) Jrushchov (fue presidente de la Unión Soviética), que era ucraniano, el Kremlin para quedar bien con él le entregó Crimea a Ucrania, para que tuviera su balneario en el Mar Negro, pero eso ha sido territorio ruso de toda la vida”.
Cree también que los intereses comerciales y militares de Nicaragua con Rusia son poco importantes. “Es como cuando era canciller alguien me dijo: Firmemos un tratado comercial con Argentina. ¿Y qué les vamos a vender? ¿Carne? Con Crimea igual. Tal vez trigo a cambio de carne, pero productos industriales no veo nada que se le pueda vender”.
A principios del 2016, Nicaragua compró a Rusia 50 tanques de combate modelo T-72B1, por un valor calculado en 80 millones de dólares.
“Yo no veo qué utilidad le pueda traer la relación militar con Rusia”, dice. “No sé qué vamos a hacer con los tanques que se están vendiendo. Esos solo sirven para desfiles. Lo que tenían de exceso de equipo lo vendieron para salir de ellos y decir que estaban equipando al ejército de Nicaragua. Hay otras áreas donde podían haber hecho mucha más contribución: barcos para patrullar el mar, por ejemplo”.
El principal propósito de Ortega, según Caldera, es tener el apoyo ruso si el caso de Nicaragua vuelve a llegar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En septiembre de 2018, el Consejo de Seguridad discutió el caso de Nicaragua y tanto Rusia como China usaron su poder de veto en el organismo para torpedear una resolución.
“Ortega quiere tener el apoyo de Rusia como lo tiene Cuba”, dice el excanciller. “Con Cuba hay un acuerdo de que Estados Unidos no invade la isla a cambio de que los rusos saquen los cohetes nucleares. Ese compromiso no existe en Nicaragua y es posible que él (Ortega) esté buscando cómo meter más a los rusos para tener algo con qué negociar con Estados Unidos a cambio de que no se metan”.
“Daniel Ortega es la única persona en el mundo que considera que hay posibilidades de una invasión militar de Estados Unidos a Nicaragua”, remata.
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