Un juez de la Corte Suprema de Brasil determinó que los estados y municipios del país tienen competencia y autonomía para decidir sobre vacunar contra el COVID-19 a los adolescentes, después de varios días de impase provocado por un cambio de orientación del Gobierno.
La decisión fue tomada por el magistrado Ricardo Lewandowski, quien en la práctica avaló que aquellos gobiernos locales que ya empezaron a inmunizar a sus jóvenes de entre 12 y 17 años puedan seguir haciéndolo, pese a lo recientemente recomendado por el Ministerio de Salud.
La cartera, de forma inesperada, cambió de orientación el jueves pasado y pasó a no recomendar la vacunación anticovid de los adolescentes sin dolencias crónicas, cuando muchas ciudades ya habían iniciado la inmunización de ese grupo poblacional.
Para justificar el cambio, el despacho alegó que los beneficios de la vacunación de adolescentes sin enfermedades previas aún no están claramente definidos.
Esa nueva recomendación fue ignorada por buena parte de los estados brasileños, que optaron por continuar protegiendo contra el SARS-CoV-2 a ese grupo poblacional.
En su sentencia, Lewandowski afirmó que ese cambio de orientación del Ministerio de Salud “no está amparado en evidencias académicas” y “muchos menos en normas y criterios científicos y técnicos, establecidos por organizaciones y entidades internacional y nacionalmente reconocidas”.
En su opinión, el despacho tomó una decisión “intempestiva y, aparentemente, equivocada, que, en caso de que se mantenga, puede promover retrocesos indeseables en el combate al COVID-19”.
Por ello, dejó en manos de los gobiernos regionales y municipales continuar con la campaña de vacunación de los adolescentes, desde que se cumplan los criterios de los fabricantes de los inmunizantes, de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y del resto de las autoridades médicas.
Lewandowski, que atendió un recurso interpuesto por el Partido Socialista Brasileño (PSB), argumentó además que la vacunación de los adolescentes es “esencial” para el retorno seguro de las clases presenciales en todo el país.
Con más de 591.000 muertos y 21,2 millones de positivos, Brasil es el segundo país con más fallecidos por COVID-19, por detrás apenas de Estados Unidos, y el tercero con más contagios, luego de los norteamericanos y la India.
Sin embargo, la pandemia ha amainado en los últimos meses debido al avance de la campaña de vacunación, gracias a la que ya están completamente inmunizados cerca de un 40% de la población brasileña.
El Ministerio de Salud de Brasil había argumentado que recomendaba que interrumpa la vacunación de adolescentes contra el COVID-19, debido al “desorden” que existe en algunos estados del país.
“La vacunación en las edades entre 12 y 17 años debía comenzar este jueves”, según el programa nacional de inmunización, pero muchas regiones del país se adelantaron en algunas semanas, lo que ha dificultado la administración de las vacunas disponibles, había dicho en rueda de prensa el ministro de Salud, Marcelo Queiroga.
“¿Cómo podemos coordinar una campaña nacional de esa manera?”, planteó Queiroga, quien criticó que en algunos estados del país se hayan aplicado diversas vacunas a los adolescentes, cuando según el Ministerio de Salud la única autorizada para jóvenes es la elaborada por Pfizer.
“Sabemos que se están aplicando a los adolescentes otro tipo de vacunas, como la AstraZeneca, la Janssen y la Coronavac”, que no han sido aprobadas aún por la reguladora Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) para menores de 18 años, indicó.
La decisión generó diversas reacciones en las regiones que ya habían comenzado a aplicar las vacunas a los adolescentes. El estado de San Pablo, el más poblado del país, con unos 44 millones de habitantes y que ya ha vacunado a unos 2,4 millones de adolescentes, se manifestó en contra y aseguró que continuará con el proceso, pese a las determinaciones del Ministerio de Salud.
(Con información de EFE)
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