Puede ser un mensaje de texto o de WhatsApp. Puede ser a dos números de celulares diferentes. Para los uruguayos: 099 156 142 o 094 070 518. Recibirán una respuesta donde se les pedirá datos personales y, después, se les enviaría un día y una hora de consulta. Está agendado.
Puede ser por llamada telefónica o por videollamada y puede ser desde cualquier parte de Uruguay.
Collette Spinetti, del Colectivo Trans de Uruguay, explicó a La Diaria que el objetivo de esta línea es ofrecer un espacio de escucha y de acompañamiento para abordar problemas que son puntuales o urgentes. No es un servicio de atención terapéutica, lo que sería a largo plazo, porque el Colectivo Trans Uruguay no cuenta con fondos para eso.
Sin embargo, si se considera que la persona que llama debería recibir ese tipo de tratamiento, se la deriva con instituciones como Cram (Centro de Referencia Amigable) cuyo servicio es es brindar un espacio de consulta, orientación y atención psicológica a la población LGBTIQ residente en Uruguay. Allí, les harán un seguimiento especializado y correspondiente al tiempo necesario.
El servicio telefónico se dirige a personas trans, personas no binarias a personas disidentes del género. Sin embargo, cualquier miembro del colectivo LGBTIQ puede consultar a la línea. Simplemente, se priorizan a la población trans porque es con la que el Colectivo tiene más experiencia y a la que más conoce.
“Con la pandemia se ha agudizado el problema en cuanto a salud mental de la población trans. Todo lo que tiene que ver con quedarse sin trabajo, el encierro, las violencias familiares, las violencias en los centros educativos, aumenta la angustia, la depresión, la agorafobia y, con eso, aumentan los intentos de suicidio. De hecho, hace unas semanas se suicidó un compañero”, contó Spinetti a La Diaria.
Por estas razones, fue que crearon la línea.
Se presenta como un espacio de “escucha y orientación psicológica”, atendida las 24 horas del día por dos psicólogos, Paula Mederos y Alfonso Soria.
Las soluciones de atención telefónica
Casi un mes después de llegado el coronavirus a Uruguay, el 14 de abril de 2020 se inauguró por parte de ASSE (Administración de los Servicios de Salud del Estado) una línea telefónica de apoyo emocional. El objetivo era aportar a la salud mental de los uruguayos combatiendo la otra pandemia, la psicológica.
Se postularon unos 270 psicólogos de forma voluntaria para atender la línea y brindando contención emocional las 24 horas del día y, después de un año, habían recibido 29.400 llamadas. Las consultas hechas por quienes llamaban fueron extremadamente diversas: desde el miedo a la muerte hasta la angustia, pasando por la incertidumbre y la falta de trabajo.
Continúa disponible en Uruguay este recurso y no solo para afiliados de ASSE, sino para cualquier residente en el país.
En 2015, el sistema de salud uruguayo también presentó otra línea telefónica, aunque para otro público. La línea 1020 otorga asesoramiento, orientación y ayuda por teléfono a usuarios de drogas, adictos y a sus familias.
Atienden la línea psicólogos no voluntarios y continúa activa, las 24 horas del día.
Algo parecido sucedió tres años después. En 2018, ASSE creó la Línea Vida, una línea telefónica que intenta contribuir a bajar las altísimas cifras que tiene Uruguay en cuanto a suicidios. La misma se encuentra activa las 24 horas del día, todos los días, y es asistida por 12 operadores que se han especializado en la materia.