Las Fuerzas Armadas del Ecuador y el Comando Sur de Estados Unidos firmaron un memorando de entendimiento para mejorar sus relaciones en materia de seguridad y defensa. El Sistema Cooperativo de Integración de Información Situacional –como se llama el documento firmado– busca combatir, entre otros, el narcotráfico.
De acuerdo con la información emitida por el Ministerio de Defensa Nacional del Ecuador, el acuerdo tiene como objetivo el intercambio de datos e información lo que les permitirá a las fuerzas militares el trabajo “de forma dinámica, coordinada, planificada y permanente para combatir el tráfico ilícito, apoyar en la asistencia humanitaria, ayuda en casos de desastres naturales y antrópicos, entre otros”. El memorando también busca garantizar la defensa de la soberanía e integridad territorial y la paz ciudadana, estas son consideradas como misiones de las Fuerzas Armadas.
El ministro de Defensa del Ecuador, el almirante Fernando Donoso, se mostró grato ante la firma del acuerdo y resaltó que es necesario “una participación directa de nuestras Fuerzas Armadas con Colombia, México, Estados Unidos, con inteligencia, capacitación, apoyo en equipos, entre otros, que son necesarios para enfrentar las amenazas que son comunes”.
El Comando Sur de los Estados Unidos, institución con la que las fuerzas militares ecuatorianas firmaron el acuerdo, es uno de los diez comandos de combate pertenecientes al Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Su jurisdicción abarca los países de América Latina. Este comando estadounidense está formado por más de 1.200 efectivos militares y civiles en representación del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, los Marines, la Guardia Costera, y varias agencias federales. El principal objetivo de este comando es la lucha contra el narcoterrorismo.
El Ecuador, durante el último año, ha experimentado altos niveles de violencia en las cárceles. Los amotinamientos en las prisiones están relacionados con una guerra contra carteles internacionales de narcotráfico, así lo indicó el Servicio Nacional de Atención Integral del Ecuador a propósito de un ataque con drones que dañó los techos de una prisión del país.
Algo similar ya había sido pronunciado por el ex presidente Lenín Moreno que calificó como “brutal” al narcotráfico en el país y aseguró que los carteles de México y Colombia están vinculados.
Las pandillas que forman parte de la “guerra narco” en el Ecuador están asociadas a los carteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. Las disputas son una pugna por controlar las rutas de distribución de drogas. Aunque Ecuador no es un país productor de drogas ilícitas, sí es una ruta importante para la distribución de droga que se envía hacia Estados Unidos y Europa.
Según el Informe de la Estrategia Internacional de Control de Estupefacientes elaborado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, los cargamentos de cocaína y heroína, provenientes de Colombia y Perú “se trafican por tierra a través de porosas fronteras y a través de rutas marítimas”. Las autoridades estiman que el 70% de esos cargamentos salen del país a través de puertos de Guayaquil, la capital comercial del Ecuador. La droga se escondería en contenedores.
En los dos primeros meses de 2021, la Policía Nacional decomisó más de 22.500 kilos de sustancias narcóticas.
Por lo anterior, el presidente Guillermo Lasso firmó un decreto que declaró como área reservada militar de defensa a los cerros Montecristi y San Isidro en la provincia de Manabí. En estas zonas de interés de la seguridad del Estado ecuatoriano se incrementará la capacidad operativa de vigilancia, alarma y control del espacio aéreo nacional. En esta área suelen sobrevolar avionetas de narcotraficantes, de acuerdo a lo encontrado por las Fuerzas Armadas.
Entre 2019 y 2020, “narco avionetas” han caído en las comunidades de Montecristi. En el mismo periodo, las Fuerzas Armadas detectaron dos pistas clandestinas para el despegue de las aeronaves. Los descubrimientos se han dado en zonas que tienen línea directa con el Cerro Montecristi, donde se colocarán radares para que las Fuerzas Armadas puedan mejorar su capacidad de vigilancia. Esto forma parte de las acciones de la lucha contra el crimen transnacional y el narcotráfico.
Antes Estados Unidos tenía un papel importante en la lucha contra el narcotráfico en Ecuador, esa participación estaba cristalizada en la Base de Manta. En 1999, el entonces presidente Jamil Mahuad, firmó un acuerdo para que esa Base militar ecuatoriana sea operada, por un período de 10 años, por personal estadounidense. La función del Puesto de Operaciones Avanzadas de Manta era detectar, controlar y rastrear aeronaves que realizaran actividades ilegales vinculadas al narcotráfico.
Durante el gobierno de Rafael Correa, en 2009, los militares estadounidense abandonaron la Base y pasó a pleno control de las autoridades ecuatorianas. En aquel momento, Correa anunció que no renovaría el contrato e incluyó la prohibición de la presencia de bases extranjeras en la nueva Constitución que fue aprobada en 2008 y que fue impulsada por el ex presidente.
El Almirante Craig S. Faller, comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, quien participó en la firma del memorando destacó que este documento es parte de un esfuerzo regional para combatir el crimen transnacional.
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