Un soldado de la Fuerza Aérea Ecuatoriana fue detenido por intentar ingresar droga y armas de fuego a la cárcel de Cotopaxi, también conocida como Penitenciaría de Latacunga o Centro de Rehabilitación Regional de Cotopaxi, ubicada a 100 kilómetros de Quito, la capital del Ecuador. Las autoridades carcelarias y militares confirmaron el hecho y han asegurado que aplicarán sanciones severas para el militar.
De acuerdo con la versión de los miembros de la Unidad de Contingencia Penitenciaria de la Policía y del personal de Fuerzas Armadas que resguardan el perímetro de la cárcel, en la madrugada del martes, se observó a un militar en servicio activo que caminaba en las afueras de la cárcel con un maletín negro.
Al notar una actitud sospechosa, los miembros de las fuerzas de seguridad revisaron al soldado y encontraron que la maleta llevaba tres pistolas, 336 cartuchos, 900 gramos de marihuana, un silenciador de armas de fuego y dos celulares. Las primeras investigaciones apuntan a que el militar intentaba ingresar la maleta a la Penitenciaría.
La Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) emitió un comunicado lamentando los hechos y señalaron que “se encuentran brindando todas las facilidades necesarias para cooperar con las autoridades durante las investigaciones”. Además, el departamento de prensa de la FAE ha comunicado que su comandante general, el brigadier general Geovanny Espinel Puga, “lamenta este hecho que compromete la imagen institucional y reitera la firme decisión de la aplicación rigurosa y estricta de las normas internas de disciplina militar para separar de sus filas a quienes incurran en estos actos inapropiados”.
A pesar de las sanciones militares que podrían desvincular al soldado de la institución, este también podría enfrentar acciones a través de la justicia ordinaria. En el Ecuador, el artículo 275 del Código Integral Penal sanciona con prisión de uno a tres años a quienes ingresen adheridos al cuerpo o en la ropa artículos prohibidos a las cárceles.
Hace un mes, una guía penitenciaria también fue detenida porque intentó ingresar municiones a la cárcel de Cotopaxi. La mujer fue revisada en los controles de seguridad y se descubrió que llevaba 100 municiones de calibre de 9 milímetros adheridas en distintas partes de su cuerpo.
Ambos hechos ocurren en el marco de la crisis carcelaria que enfrenta el país. Varios motines ocurridos desde febrero de este año han dejado más de 100 prisioneros muertos. Las riñas, dicen las autoridades, ocurren por peleas para obtener el poder entre dos bandas relacionadas con el narcotráfico.
La cárcel de Cotopaxi y la Penitenciaría del Litoral son los centros de rehabilitación donde se han producido varios motines y que están en la vista de las autoridades por los constantes ingresos de armas y elementos no autorizados, por ejemplo, en abril de este año, se encontraron 13 bombas molotov en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel de Cotopaxi. En agosto, en la Penitenciaría de Latacunga se encontraron 147 armas blancas, tres bombas molotov artesanales y celulares. Lo mismo ocurrió con la Penitenciaría del Litoral, donde se encontró un fusil y armas de fuego, droga y municiones.
Los problemas del sistema carcelario ecuatoriano
Ecuador tiene 60 cárceles con capacidad para albergar a 30.000 personas aproximadamente, pero en la actualidad ahí conviven cerca de 39.000 reclusos bajo la custodia de unos 1.600 agentes penitenciarios. De acuerdo al número de presos que hay en las cárceles, el director del Servicio Nacional de Atención Integral ha informado ante el Legislativo que se necesitan al menos 4.000 agentes penitenciarios.
Esto da cuenta de que, actualmente, se registra un 30 % de hacinamiento en las prisiones ecuatorianas lo que se traduce en una notable disminución en el espacio disponible para la convivencia de los privados de la libertad.
Las pandillas que participan en los amotinamientos son los Pipos, Los Lobos, Los Chone Killers, Los Tiguerones, agrupados bajo el nombre de Nueva Generación y Los Choneros. La razón sería la pugna por el liderazgo vacante de Los Choneros, cuyo líder Jorge Luis Zambrano “Rasquiña”, que salió de prisión, fue asesinado por sicarios en un centro comercial de Manta, una ciudad costera del Ecuador.
El motivo de las peleas sería el control de las rutas por donde el narcotráfico envía droga a Estados Unidos y países de Europa. La banda Nueva Generación responde al cartel mexicano Jalisco Nueva Generación, mientras que los Choneros están vinculados al cartel de Sinaloa.
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