El presidente del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Luiz Fux, les advirtió este miércoles a los seguidores del gobernante Jair Bolsonaro que “nadie cerrará” esa corte y dijo que la desobediencia a las decisiones del tribunal constituye un “crimen”.
Fux se refirió a las manifestaciones realizadas este martes, en las que participó el propio Bolsonaro, quien instó a los asistentes a desobedecer algunas decisiones del Supremo mientras parte de la multitud le exigía una “intervención militar” y la “disolución” del Parlamento y del máximo tribunal.
Según el magistrado, “la crítica institucional no se confunde con narrativas de descrédito” que “son difundidas gravemente por el presidente” con “discursos de odio” o el “incentivo a desobedecer órdenes judiciales”, todo lo cual constituye “una práctica ilícita y anticonstitucional”.
Fux aseguró que el tribunal “no tolerará amenazas a la autoridad de sus decisiones” y aclaró que la desobediencia de sus sentencias puede constituir un “atentado a la democracia y un crimen de responsabilidad a ser analizado por el Congreso Nacional”.
Aludió así a la posibilidad de que el presidente de la Cámara Baja, Arthur Lira, decida sobre algunos de los poco más de 100 pedidos presentados a ese órgano legislativo para el inicio de un juicio político con miras a la destitución de Bolsonaro.
Lira también se pronunció este miércoles sobre las manifestaciones de la víspera y no se refirió a ese asunto, aunque sí exigió “un basta” a lo que calificó como “escalada” de Bolsonaro en su embate con las instituciones democráticas.
“No podemos tener más espacio para el radicalismo y los excesos” y “es hora de darle un basta a esa escalada, a las bravatas en redes sociales, a esa eterna campaña que ya impacta al Brasil real”, que desea “soluciones para la inflación, se preocupa con la pandemia y otros graves problemas de la economía”, declaró Lira.
Según el presidente de la Cámara Baja, “los poderes tienen sus delimitaciones” y no pueden estancarse en crisis “lamentablemente superdimensionadas en las redes sociales”, en las que Bolsonaro y la ultraderecha que lo apoya mantienen una febril actividad.
Lira censuró la insistencia de Bolsonaro en criticar el sistema de voto electrónico que el país adoptó en 1996 y que desde entonces no ha sido objeto de ninguna denuncia de fraude, pese a lo cual el mandatario y sus seguidores lo descalifican, sin pruebas.
Bolsonaro, quien propuso al Congreso un proyecto para la adopción en paralelo del voto en papeletas, ya rechazado por los diputados, dijo este martes que las presidenciales de 2022 serán, de ese modo, una “farsa”.
En respuesta a eso, Lira exigió “respeto y armonía” y dejó claro que no puede “admitir cuestionamientos sobre decisiones tomadas y ya superadas” en la Cámara de Diputados, como el voto impreso.
Apuntó además que, en democracia, “una vez rechazada” una cuestión en el Congreso, “se pasa la página”. Según Lira, el “único compromiso” que la democracia tiene en agenda “es para el 3 de octubre de 2022”, cuando se celebrarán las elecciones “con las urnas electrónicas, en las que el pueblo expresa su soberanía”.
Bolsa y moneda brasileña se desploman
El principal índice de acciones de Brasil cerró el miércoles con un desplome cercano al 4%, su mayor caída diaria en seis meses, mientras que el real también cayó con fuerza, en una sesión que reflejó las preocupaciones sobre la agenda económica del país ante el aumento de las tensiones político-institucionales.
El Bovespa cerró con una caída de 3,75% a 113.451,50 puntos, el cierre más bajo desde el 24 de marzo y la mayor pérdida porcentual diaria desde el 8 de marzo, según datos preliminares. El real, en tanto, bajó un 2,84% a 5,3236 unidades por dólar, su mayor descenso porcentual diario desde junio de 2020.
(Con información de EFE, AFP y Reuters)
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