La mitad de los 600 millones de latinoamericanos están expuestos a elevados niveles de contaminación, con los principales puntos críticos en Colombia, Perú y Brasil, según indicó el informe anual de Políticas Energéticas de la Universidad de Chicago.
El estudio, que elabora el índice Air Quality Life Index (AQLI), analiza la expectativa de vida que las personas han perdido debido a la contaminación del aire.
“Países como Perú, Colombia, Bolivia y Brasil cuentan con puntos críticos de contaminación, donde las concentraciones de partículas contaminantes son de 2 a 3 veces mayores que las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, remarcó el reporte.
En concreto, señaló que la expectativa de vida de los habitantes de Lima se ha reducido en 4,7 años debido a la contaminación del aire, con lo que ubica a la capital peruana como la ciudad latinoamericana con menor calidad del aire.
A continuación, con una rebaja de dos años de expectativa de vida se encuentran Bogotá y Medellín, ambas en Colombia.
Como causante de estos elevados niveles de contaminación el estudio apunta principalmente a las emisiones de los vehículos y la gran congestión de tráfico, por lo que recalcó la efectividad de medidas de restricción en el tránsito aplicadas en Santiago de Chile y Ciudad de México.
Aunque advierte, también, que esta baja calidad del aire no se produce solo en las grandes ciudades, y pone como ejemplo la alta contaminación en el Amazonas en Brasil por los incendios en la selva tropical.
Por su parte, el informe también ofrece ejemplos de exitosas medidas de reducción, como es el caso de China.
Desde 2013 la polución se ha rebajado un 29%, con lo que se ha añadido 1,5 años de expectativa de vida, gracias a la estrictas medidas de control de las emisiones.
El reporte subrayó que Europa y Estados Unidos necesitaron varias décadas para alcanzar una reducción en la contaminación de la misma magnitud.
No obstante, el ejemplo de China es una de las excepciones ya que contrasta con el sudeste asiático, donde el 90% de la población vive en lugares con niveles de contaminación superiores a los considerados recomendables por la OMS.
Es el caso, especialmente, de las grandes áreas metropolitanas de Bangkok (Tailandia), Hanoi (Vietnam) y Yakarta (Indonesia).
Para reducir sus alarmantes niveles de contaminación el estudio apuesta por elevar los estándares de eficiencia energética de los vehículos e impulsar el cierre de las centrales eléctricas de carbón.
Por su parte, este jueves el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA o ONU-Medioambiente) advirtió que al menos el 34 % de los países del mundo no protege legalmente la calidad del aire exterior.
Además, el 31 % de los países que tienen el poder para aplicar tales estándares de calidad aún no los han adoptado.
Esas conclusiones figuran en el informe “Regulación de la calidad del aire: la primera evaluación global de la legislación sobre contaminación del aire”, publicado hoy por el PNUMA, con sede en Nairobi, y que examina leyes en 194 estados y la Unión Europea.
En los países en los que existan esas normas, destaca el organismo, los estándares varían y, a menudo, no cumplen las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe, que se divulga con motivo de la celebración del Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul este 7 de septiembre, recuerda que la OMS ha identificado la contaminación del aire como el “mayor riesgo ambiental para la salud”.
Así, el 92% de la población mundial vive en lugares donde los niveles de la contaminación del aire exceden los límites seguros, lo que afecta de manera desproporcionada a mujeres, niños y ancianos de países de bajos ingresos.
La OMS ha presentado valores de referencia para la calidad del aire exterior, pero, como muestra el informe, no existe una alineación global ni un marco legal común para su aplicación.
Incluso donde hay protección legal, los estándares son difíciles de comparar, pues el 49 % de los países definen la contaminación del aire exclusivamente como una amenaza al aire libre, la cobertura geográfica de los estándares de calidad varía y más de la mitad de los países permiten desviaciones de estos estándares.
Asimismo, la responsabilidad institucional para alcanzar los estándares es débil a nivel mundial, ya que sólo el 33% de los países imponen obligaciones para cumplir con los patrones exigidos por ley.
El seguimiento es fundamental para saber si se cumplen los estándares, pero no es un requisito legal en al menos el 37% de los países.
Finalmente, aunque la contaminación del aire no conoce fronteras, sólo el 31% de los países cuenta con mecanismos legales para abordar la contaminación transfronteriza.
“No habrá ninguna vacuna para prevenir siete millones de muertes prematuras causadas por la contaminación del aire cada año, un número tendente a crecer en más del 50% para 2050 “, señaló la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen,
“El aire que respiramos es un bien público fundamental y los gobiernos deben hacer más para garantizar que sea limpio y seguro”, añadió Andersen.
El informe subraya la necesidad de un sólido modelo de gobernanza de la calidad del aire que sea considerado en las legislaciones nacionales y defiende la adopción de un tratado mundial sobre estándares de calidad del aire exterior.
El derecho a un medioambiente sano, incluido el aire limpio, es un precursor para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU de la Agenda 2030 sobre buena salud, energía asequible y limpia, ciudades sostenibles, producción responsable y vida en la Tierra.
Con información de EFE
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