El artista visual cubano Hamlet Lavastida, declarado preso de conciencia por Amnistía Internacional, cumplió este miércoles 60 días preso acusado de “instigación a delinquir” y ha solicitado tratamiento psicológico, según sus familiares.
“Acabo de hablar con la madre de Hamlet y le ha solicitado tratamiento psicológico. No se encuentra bien, dice estar bajo mucho estrés”, denunció públicamente la poeta Katherine Bisquet, pareja de Lavastida, conocido por sus obras críticas con las autoridades del régimen cubano.
Bisquet afirmó que responsabiliza al régimen de Miguel Díaz-Canel si le ocurre cualquier cosa “física o mental” al artista, detenido desde el 26 de junio en la prisión de máxima seguridad de La Habana conocida como Villa Marista.
El creador de 38 años es investigado por una conversación de un chat privado del grupo de artistas opositores 27N en la aplicación Telegram, donde propuso marcar billetes bancarios con logotipos del Grupo San Isidro y el 27N, una iniciativa que no llegó a concretarse.
Para el régimen, Lavastida “ha estado incitando y convocando a la realización de acciones de desobediencia civil en la vía pública, utilizando las redes sociales y la influencia directa sobre otros”, según publicó en el portal estatal Razones de Cuba.
El artículo 202.1 del Código penal cubano contempla una sanción de “privación de libertad de tres meses a un año o multa de 100 a 300 cuotas” para la instigación a delinquir, que define como “incitar públicamente a cometer un delito”.
Hasta hoy le han denegado un cambio de medida cautelar y tres apelaciones, reclamó este miércoles Bisquet.
Lavastida regresó a Cuba el 20 de junio, cuando finalizó una residencia en la galería de arte Künstlerhaus Bethanien de Berlín. El egresado del Instituto Superior de Arte es conocido por incluir críticas al régimen cubano en sus trabajos como videos, collages, intervenciones públicas e instalaciones.
Activistas y organizaciones de derechos humanos denuncian desde hace meses un aumento de la represión a disidentes, especialmente a los vinculados al mundo del arte y el espectáculo, que aseguran sufrir habitualmente detenciones, encarcelamientos y arrestos domiciliarios.
Entidades e instituciones internacionales han denunciado la situación o expresado preocupación, entre ellas Amnistía Internacional, Human Rights Watch, el gobierno de Estados Unidos y el Parlamento Europeo.
El régimen de Cuba, por su parte, considera a las voces críticas como agentes a sueldo de EEUU que buscan subvertir el orden público y derrocar el sistema socialista de partido único y economía centralizada vigente desde hace más de seis décadas.
El gobierno cubano no ha dado la cifra de personas detenidas por las protestas de julio, que dejaron un fallecido y decenas de heridos. De acuerdo con organizaciones independientes más de 800 personas fueron aprehendidas.
Con información de EFE
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