Cientos de personas siguen detenidas un mes después de las protestas anti-régimen sin precedentes en Cuba, incluidos decenas de artistas disidentes y activistas de oposición, según grupos de derechos humanos que califican el hecho como un intento por evitar más disturbios.
Miles de personas salieron a las calles del país el 11 de julio, y en menor cantidad el 12 del mismo mes, para protestar por la grave crisis económica y las restricciones a los derechos civiles. La dictadura sostiene que “contrarrevolucionarios” se estaban aprovechando de las penurias causadas en gran parte por las sanciones de Estados Unidos para fomentar “disturbios”.
El grupo de derechos humanos Cubalex informó de alrededor de 800 detenciones, un número que ha aumentado diariamente a medida que familiares se presentan. Muchos todavía tienen demasiado miedo en un país donde se reprime la disidencia pública, dijo la directora de Cubalex, Laritza Diversent.
Si bien 249 personas han sido liberadas, muchas de ellas bajo arresto domiciliario, la mayoría permanece en “prisión preventiva”, añadió. Se desconoce el paradero de al menos 10 personas.
Decenas de cubanos han sido ya sentenciadas hasta un año de prisión o trabajo correccional en juicios sumarios, es decir, en procedimientos simplificados, muchos sin la posibilidad de contratar a un abogado defensor a tiempo, señaló Diversent. “El objetivo del Gobierno es dar un ejemplo a los que protestaron, evitar que otros hagan lo mismo”, aseguró.
Varios de los condenados ni siquiera protestaban, pero se vieron atrapados en los disturbios, según familiares. Yaquelín Salas, de 35 años, dijo que su esposo simplemente intervino pacíficamente en el arresto de una mujer y pidió a los agentes de policía que no la trataran de manera tan agresiva. Ahora cumple una condena de 10 meses de prisión por desórdenes públicos tras un juicio colectivo en el que dos de los detenidos tenían abogados. “Lo que están haciendo es totalmente injusto”, denunció Salas.
Autoridades cubanas no han dado una cifra total de detenidos en los disturbios, pero informaron que hasta ahora han llevado a cabo juicios a 62 personas, 22 de ellas habían contratado abogados. Todos menos uno han sido considerados culpables, dijeron.
El régimen ha controlado tradicionalmente de manera estricta los espacios públicos, diciendo que la unidad es clave para resistir los intentos de golpe de su vecino mucho más grande, Estados Unidos, que durante mucho tiempo ha buscado abiertamente forzar un cambio político mediante sanciones e iniciativas democráticas. La Casa Blanca ha dicho que hará todo lo posible para apoyar a los manifestantes cubanos.
Familias silenciadas
Gabriela Zequeira, de 17 años, una de las menores detenidas en medio de las protestas, dijo que fue condenada a arresto domiciliario durante ocho meses tras ser detenida mientras caminaba por una calle hacia su casa desde la peluquería el 11 de julio.
En la cárcel, donde estuvo incomunicada durante 10 días, dijo que se le pidió que se metiera un dedo en la vagina para demostrar que no ocultaba nada como parte de un registro sin ropa. Los oficiales interrumpieron sus intentos de dormir y un oficial la amenazó sexualmente, agregó.
El gobierno cubano dijo inicialmente que no se había detenido a ningún menor, declaración que luego los fiscales del Estado contradijeron.
Algunos familiares de los detenidos revelan que las autoridades los están presionando para que dejen de hablar. “Mi familia ha sido silenciada”, advirtió la emigrante Milagros Beirut desde su casa en España, quien dice que cuatro de sus familiares en La Habana y en la ciudad oriental de Guantánamo permanecen tras las rejas por protestar pacíficamente.
“Les han dicho que los detenidos recibirán una sentencia más estricta si dicen algo”, agregó.
Represión de activistas
Decenas de activistas políticos y artistas disidentes se encontraban entre los detenidos, entre ellos algunos que no participaron en los disturbios pero que parecían haber sido arrestados preventivamente, agregó Diversent de Cubalex.
José Daniel Ferrer, líder del grupo de oposición más grande de Cuba, y Luis Manuel Otero Alcántara, jefe de un colectivo de artistas disidentes, fueron arrestados en su camino a las protestas, incluso antes de llegar, según partidarios. “Las autoridades no los quieren en sus comunidades, debido a su liderazgo carismático”, señaló Diversent.
La hermana de Ferrer, Ana Belkis Ferrer, dijo que la familia no había podido hablar con él, y mucho menos verlo como han denunciado muchos familiares de los detenidos. “No sabemos si está siendo golpeado, si está bien o no, si está en huelga de hambre o no”, añadió.
Otro activista detenido, Félix Navarro, de 68 años, presidente del Partido por la Democracia, estaba en el hospital con COVID-19, comunicó Diversent. Varios de los detenidos han denunciado condiciones insalubres en la cárcel cuando el país sufre un grave brote de COVID-19.
(Con información de Reuters)
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