Orlando Gutiérrez, coordinador de la Asamblea de la Resistencia Cubana, llamó este miércoles desde Miami, Florida, a un “paro nacional” en Cuba como resultado del estallido social y las protestas del pasado 11 de julio, considerado inédito en más de 60 años de castrismo.
”Hoy se conmemora el primer mes del inicio del levantamiento cívico por la libertad (en Cuba), una rebelión nacional que muestra al mundo el deseo profundo que tiene el pueblo cubano de vivir en un Estado de derecho”, dijo Gutiérrez en un mensaje en video.
Gutiérrez se mostró en su mensaje convencido de la necesidad de pasar a una “nueva etapa de lucha cívica” que cristalice en un “paro nacional” con la “renuncia a todos los organismos del régimen” y la organización de “protestas” y acciones que “dificulten” todas las operaciones del régimen cubano.
El activista reconoció que el camino iniciado el 11-J “no será fácil” y se refirió, en ese contexto, a los “cientos de cubanos” que “han pagado un precio muy alto” con la cárcel por su “lucha frontal pacífica contra el régimen” en las protestas.
El coordinador de la Asamblea de la Resistencia Cubana, una plataforma que aglutina a organizaciones opositoras en Cuba y fuera de Cuba, apeló en su llamado a los lemas de “patria y vida” (en referencia a la canción que se ha convertido en un himno de las protestas en la isla), “queremos libertad y el fin del comunismo” y “queremos que caiga la dictadura”.
”Estos objetivos son el centro de nuestra lucha”, acotó en su mensaje al pueblo cubano.
Subrayó que el exilio cubano, “más unido que nunca”, se ha reencontrado “en el vigor de esta lucha con nuestros hermanos en la isla”, con todos aquellos que piden el cambio, la “inmensa mayoría”, aseveró.
El exiliado identificó el “paro nacional” con un “estado de conciencia” que se traduce en “no cooperar” con el régimen cubano, “protestar en la forma que podamos y dar a conocer el mensaje de libertad”.
”El mundo sí está mirando a Cuba y sabe que el pueblo cubano quiere libertad”, hizo hincapié.
Mientras tanto, cientos de manifestantes y activistas siguen encarcelados un mes después de las históricas protestas, mientras sus familiares y organizaciones defensoras de los derechos humanos denuncian malos tratos, falsas acusaciones e irregularidades procesales.
Al menos 805 personas fueron detenidas durante o después de las protestas, de las que 249 han sido liberadas, 516 permanecen en prisión y 40 en paradero desconocido, según el centro de asesoría legal Cubalex.
A la mayoría de los cientos de manifestantes arrestados se les imputan delitos como desacato, incitación a delinquir, propagación de epidemia, desorden público, atentado y resistencia, castigados con entre varios meses y años de cárcel en el Código Penal.
Organizaciones de defensa de los derechos humanos denuncian que en su mayoría las acusaciones son falsas o carentes de pruebas, lo que no ha impedido que decenas de personas recibieran condenas de prisión en juicios sumarios.
Las manifestaciones del 11 de julio, inéditas en más de seis décadas de comunismo en Cuba, se produjeron como reacción a la extrema crisis que vive el país, donde escasean los alimentos, artículos de higiene y medicinas, proliferan las colas, la covid-19 está fuera de control y cada vez más tiendas venden productos en divisas internacionales, inaccesibles para parte de la población.
El Gobierno, que señala a Estados Unidos como culpable de su crisis económica e instigador de las protestas, ha anunciado desde el 11 de julio algunas concesiones para la población, desde la eliminación de aranceles a la importación particular de medicinas hasta el aumento de la cuota de arroz a precio subvencionado en la cartilla de racionamiento.
(Con información de EFE, AFP, Reuters)
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