El ex presidente interino peruano Francisco Sagasti pasó un incómodo momento en la jornada de cambio de mando, cuando las autoridades del Congreso le informaron que ya no lo consideraban mandatario y tuvo que entregar la banda presidencial en la puerta del Palacio Legislativo antes de marcharse. Bajo el argumento de la nueva Mesa Directiva, en manos de la oposición, podría ser denunciado por usurpación de funciones.
El lunes, la elección de la Mesa Directiva fue ganada por la lista opositora encabezada por María del Carmen Alva Prieto (del partido Acción Popular), e integrada también por miembros de Alianza para el Progreso, Podemos Perú y Avanza País. Según argumentaron, esta elección significa que Sagasti ya no era el mandatario encargado, porque llegó al puesto como titular del Congreso por la línea de sucesión.
“El señor Francisco Sagasti culminó su gestión como congresista y presidente de este poder del Estado el 26 de julio y correspondía que entregue la banda presidencial a la señora presidenta del Congreso el 27 de julio”, informaron las autoridades del Congreso en un comunicado luego del desaire que pasó Sagasti, captado por la transmisión oficial.
Según añadieron, Sagasti “el 28 de julio no tiene la condición de congresista ni de presidente del Congreso”, por lo que fue invitado a entrar la banda en los salones de la Presidencia, mas no en el hemiciclo. Sorprendido por la situación, decidió entregar la banda al edecán en la puerta del Palacio Legislativo.
Por su parte, el congresista ultraconservador Jorge Montoya, quien también postuló y perdió la elección para la Mesa Directiva, dijo que Sagasti “ni siquiera debió venir” y sostuvo que “se hizo lo correcto” al impedirle el ingreso.
No obstante, Alva había sostenido actos con Sagasti como presidente en las últimas 48 horas sin manifestar sus reparos a la investidura. La noche del martes, compartió una cena en Palacio de Gobierno, con el presidente interino como anfitrión. El miércoles, estuvo presente en el Te Deum, en el que Sagasti ocupó la silla de jefe de Estado.
Ante estos episodios, los nuevos líderes del Congreso podrían presentar una denuncia por usurpación de funciones, que implicaría anular sus últimos actos como mandatario, en los que observó varias leyes aprobadas por el Legislativo. Además, si una comisión lo halla culpable, podría excluirlo de ser candidato en futuras elecciones, algo que no se puede descartar ante su alta popularidad.
Sin embargo, el abogado constitucionalista Luciano López señaló en Twitter que según la Ley 27375, Sagasti no dejó de ser mandatario el lunes, como afirman los congresistas: “El presidente encargado de las funciones de presidente de la República no vaca en su cargo congresal mientras ejerza la función presidencial. Ergo, vaca cuando entrega el cargo”. También, si ese fuese el caso, Alva debió haber jurado como presidente interina para evitar un vacío de poder.
Sagasti asumió el cargo en noviembre tras la vacancia de Martín Vizcarra y la breve gestión de Manuel Merino, de Acción Popular, quien renunció tras cinco días de intensas protestas y una represión que dejó dos muertos. El mandato interino de poco más de ocho meses logró la compra de más de 90 millones de dosis y vacunar completamente contra el COVID a más del 10% de la población.
Alva, cercana a Merino, se puso la banda presidencial el miércoles desde muy temprano, incluso antes de que Sagasti la haya entregado al Congreso (cada alto cargo de la transición tiene una banda confeccionada a su medida). “El protocolo del Congreso es el que ve el procedimiento, no lo veo yo”, se deslindó en una entrevista con la cadena Willax.
El fujimorismo, que no integra la Mesa Directiva, le reclama a Sagasti no haber hecho eco de las denuncias de supuesto fraude que presentó Keiko Fujimori, derrotada por Castillo.
En 2001, cuando Perú también tuvo un gobierno interino tras la caída del fujimorato, el acciopopulista Valentín Paniagua sí ingresó al Congreso y fue ovacionado tras un breve discurso.
El ex presidente Ollanta Humala escribió en Twitter: “Mi solidaridad con el ex presidente @FSagasti ante el desaire sufrido en el Congreso. Las formas democráticas nunca deben perderse”. También se expresó la ex candidata Verónika Mendoza, ahora aliada de Pedro Castillo: “Gracias al expresidente @FSagasti por haber asegurado -a pesar de todas las maniobras del fujimorismo- una transición democrática luego del golpe parlamentario de noviembre 2020. Qué mezquino y antidemocrático haberle negado el ingreso al Congreso hoy”.
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