El flamante presidente de Perú, el izquierdista Pedro Castillo, dio el miércoles su primer discurso ante la nación, en el que delineó cuáles serán sus prioridades al frente del ejecutivo del país sudamericano.
El maestro rural de 51 años prometió profundas reformas pero insistió en que no busca “estatizar” la economía del país minero.
Uno de los ejes de la alocución del mandatario, quien asumió en una sobria ceremonia, fue reafirmar su voluntad de enviar al Congreso un proyecto para reformar la Constitución promulgada en 1993 por el entonces mandatario Alberto Fujimori.
Tras afirmar que Perú no puede estar “condenado a seguir prisionero de esta Constitución” de 1993, Castillo declaró: “Anuncio que presentaremos ante el Congreso de la República [...] un proyecto de ley para reformarla”.
“Presentaremos ante el Congreso, respetando el procedimiento de reforma constitucional, un proyecto de ley. Esperamos que pueda ser aprobado y ratificado en referéndum”, remarcó tras señalar que la Asamblea Constituyente se dedicará a elaborar un proyecto de Constitución producto del debate político
“Insistiremos en esta propuesta, pero dentro del marco legal que la Constitución proporciona. Tendremos que conciliar posiciones con el Congreso”, indicó el nuevo mandatario, cuyo partido Perú Libre tiene solo 37 de los 130 escaños en el Parlamento.
En materia económica, Castillo afirmó que “ni remotamente” pretende estatizar la economía, como advirtieron muchos de sus rivales políticos, y que buscará lograr las reformas “con responsabilidad”. Entre ellas prometió que buscará mejorar los acuerdos de libre comercio priorizando “los intereses del país”.
Si bien el tono de sus primeros comentarios fue moderado, Castillo anunció que su Gobierno tratará de sacar adelante proyectos mineros que contribuyan más a la economía local y a un mayor gasto fiscal para educación y salud, con reglas claras.
“Lo que nosotros propugnamos es que se acaben los abusos de los monopolios, de los consorcios que corrompen y cobran sumas artificialmente elevadas por los bienes y servicios básicos, como el gas doméstico y las medicinas”, indicó.
Los planes de Castillo, adelantados durante su campaña electoral, sacudieron a la elite económica después de más de tres décadas de políticas favorables al mercado que han convertido al país en un refugio relativamente seguro en la volátil América Latina.
A diferencia de anteriores presidentes que tenían conformado su gabinete a víspera de su toma de mando, Castillo ha mantenido bajo llave la conformación de su equipo. Se espera que esa información se revele el viernes.
La compañía estatal PetroPerú, anunció el mandatario, participará de toda la cadena de la industria petrolera, “en busca de regular el precio final de los combustibles”. Pero, aclaró, no se financiará con subsidios sino que la compañía estatal deberá participar en el mercado y generar ganancias.
También dijo que impulsará la creación de un “agrobanco” estatal, con el objetivo de reactivar el sector agrario, en lo que también destinará fondos públicos destinados a agricultores organizados.
Castillo también se refirió a la situación educativa, y anunció que declarará a la educación pública “en emergencia educativa”, por lo que duplicará el presupuesto destinado al sector. Además de anunciar la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, dijo que cambiará el nombre del ministerio de Cultura a ministerio “de las culturas”.
En uno de los pasajes que generaron sorpresa, el izquierdista afirmó que aquellos jóvenes que no trabajen ni estudien, también conocidos como “ni-ni”, deberán realizar el servicio militar obligatorio. Además, agregó que planea reforzar los programas voluntarios de servicio militar.
Castillo anunció además que no dirigirá al país desde el Palacio de Pizarro, la casa de gobierno, pues planea convertirlo en un museo.
“No gobernaré desde la Casa de Pizarro, porque creo que tenemos que romper con los símbolos coloniales. Cederemos este Palacio al nuevo Ministerio de las Culturas para que sea usado como un museo que muestre nuestra historia”, dijo.
El maestro rural de Cajamarca prometió además en su discurso de casi una hora, ante autoridades y dignatarios extranjeros, que cuando culmine su mandato, el 28 de julio de 2026, retomará sus “labores docentes de siempre”.
Finalmente, cerró su discurso exhortando a dejar de lado las diferencias ideológicas. “Convoco a todos los peruanos, hombres y mujeres de esta patria para decirles que es tiempo de la gran unidad nacional”
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