El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, dijo que no hay espacio para la negociación ni el entendimiento con Estados Unidos, país al que acusó de tratar de boicotear los comicios presidenciales de noviembre, en los que busca reelegirse por tercera ocasión consecutiva.
Ortega, dijo este lunes que Estados Unidos es el “enemigo de la humanidad” y acusó, sin ofrecer pruebas, de que esa nación está detrás de las recientes manifestaciones en Cuba.
En un mensaje en ocasión del 68 aniversario del fallido asalto liderado por el fallecido líder cubano Fidel Castro contra el cuartel de Moncada, hecho considerado como el inicio de la revolución cubana, Ortega dijo que en Cuba “el imperialismo arremete e intenta doblegar lo indoblegable”.
“Y respondemos con creciente dignidad y caminos de unión, reafirmando que aquí, allá y en la conciencia de todos los pueblos libres del mundo, sabemos que el yanqui, enemigo de la humanidad, ni puede ni podrá, porque somos un solo espíritu y una sola revolución de indómitas e iluminadas esperanzas”, continuó el líder sandinista.
En la carta dirigida al dirigente cubano Raúl Castro y al dictador de ese país, Miguel Díaz-Canel, a quienes llamó “queridos compañeros”, Ortega indicó que saludar “a la revolución cubana en este 68 aniversario del histórico asalto al cuartel Moncada, es saludarnos nosotros mismos, todos y cada uno de los revolucionarios, nicaragüenses y nuestros americanos y caribeños”.
“Tiempos como los que transcurrimos se viven desde la inmensa fortaleza espiritual que aquellos días visionarios, de arrojo honroso, nos legaron como ejemplo de resistencia y capacidad de triunfos”, destacó el líder sandinista que suscribió el documento junto con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Ayer, Ortega, que está bajo fuerte presión internacional, denunció en un discurso la tarde del domingo que sobre su nación pesa un espíritu injerencista, impulsado por Estados Unidos, que busca socavar a su Gobierno.
“Frente al imperio no hay espacio alguno de entendimiento y negociación”, aseveró el mandatario. “El imperio no quiere elecciones en Nicaragua, el imperio quiere boicotearlas, quiere sembrar nuevamente el terrorismo en nuestro país”, afirmó.
El fin de semana, la policía nicaragüense puso bajo arresto domiciliario al precandidato opositor José Vidaurre, quien se convirtió en el séptimo posible contendiente presidencial en ser detenido. La comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza, dice que no hay garantías para celebrar unos comicios libres ni transparentes en el país centroamericano.
Vidaurre es acusado de incitar a actos contra la soberanía por “aplaudir” las sanciones contra Nicaragua y de “organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización”, según un comunicado.
Opositora denuncia registro de su casa y desaparición de su hijo
La dirigente opositora nicaragüense Daisy George West denunció este lunes el allanamiento de su domicilio y la desaparición de su hijo, luego de que el Ministerio Público solicitara a la autoridad judicial ordenar su “conducción forzosa” por no comparecer a las citas que le ha hecho la Fiscalía por una investigación contra dos ONG.
En un mensaje en Twitter, la también activista de derechos humanos de los pueblos indígenas y afrodescendientes dijo que la Policía Nacional registró su vivienda, donde se encontraba su hijo, con quien no ha vuelto a tener comunicación.
“No sé dónde está mi hijo, tampoco se cuántas destrucciones han hecho (en la casa)”, señaló George, socióloga de profesión con una maestría en antropología social y dirigente de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia en el Caribe de Nicaragua, donde reside.
La Alianza Cívica fue la contraparte del Gobierno de Daniel Ortega en una mesa de negociación con la que se buscaba una salida pacífica a la crisis sociopolítica que vive el país desde abril de 2018.
Las detenciones de líderes opositores se producen de cara a los comicios generales del próximo 7 de noviembre en los que Ortega, un ex guerrillero sandinista que retornó al poder en 2007 y que desde 2017 gobierna junto a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, buscará extender su mandato por cinco años más.
El mandatario, próximo a cumplir 76 años y que coordinó una Junta de Gobierno de 1979 a 1984 y presidió por primera vez el país entre 1985 y 1990, ha acusado a los líderes opositores de intentar derrocarlo con el apoyo de Estados Unidos y los ha tildado de “criminales”.
(Con información de EFE y Reuters)
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