Daniel Ortega cerró las puertas a cualquier negociación que garantice elecciones limpias en Nicaragua

En medio de una ola de detenciones arbitrarias, que incluyen a siete candidatos presidenciales opositores, el presidente del régimen apareció en público y arremetió con los EEUU. Además, dejó entrever su malestar con los gobiernos de México y Argentina

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En la imagen un registro
En la imagen un registro del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega. EFE/Archivo

Un día después de que se conociera la última detención de un candidato presidencial opositor, Noel Vidaurre, Daniel Ortega reapareció en público. Lo hizo junto a la primera dama y vicepresidenta, Rosario Murillo luego de participar en al jornada de verificación electoral.

En la breve intervención atacó a los EEUU, habló de México, Argentina y Venezuela, y bloqueó de manera contundente cualquier posibilidad de negociación para llegar a las elecciones de noviembre en un marco democrático, como exige la oposición, la comunidad internacional y los organismo defensores de los Derechos humanos.

Según detalló La Prensa, Ortega acusó “al imperio” (por EEUU) de no querer elecciones. “El imperio quiere boicotearlas, sembrar nuevamente el terrorismo en nuestro país. Pero, si Dios quiere, vamos a realizar esas elecciones y el pueblo y la juventud saldrá a votar”. “Los yanquis no respetan, para ellos las elecciones valen solamente cuando ganan sus peleles, o sea los que ellos ponen como candidatos. Si ganan, las elecciones son buenas, si no ganan sus peleles, entonces la elección no es buena y hacen todo lo posible por desestabilizar el país, por destruir el país, como lo han hecho con Cuba, Venezuela, Bolivia, Brasil”, disparó.

En su discurso hizo referencia a Venezuela país que, aseguró, “ha sufrido arremetidas brutales” por parte de Estados Unidos y mencionó, sin nombrarlo, a Juan Guaidó, reconocido por Estados Unidos y gran parte de la comunidad internacional como presidente encargado de ese país: “Cuántas elecciones ha habido en Venezuela, ganadas limpiamente, pero como no ganan los peleles de los yanquis, entonces no las reconocen y han llegado al extremo de inventar a un pelele que anda paseándose por todos lados, haciendo el ridículo porque se presenta como presidente de Venezuela”. Además, tildó de “gobiernos pelele” a los países de América Latina agrupados en el Grupo de Lima, el bloque que denuncia los atropellos de Nicolás Maduro.

Rosario Murillo, Daniel Ortega y
Rosario Murillo, Daniel Ortega y Nicolás Maduro (Foto de 19 Digital)

Ortega, sin embargo, nada dijo de las graves violaciones a los DDHH en Venezuela que, por ejemplo, documentó Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que en su último informe revela que el sistema de abusos y torturas aplicado por el régimen chavista a la disidencia opositora sigue vigente en Venezuela.

Así, en su intervención, Ortega cerró las puertas a cualquier tipo de negociación con Estados Unidos, tema que sus mismas bases habían mencionado semanas atrás. “Frente al imperio no hay espacio alguno de negociación y de entendimiento, los que se hacen ilusiones sencillamente se están olvidando de la propia historia de su pueblo que han sufrido las más brutales agresiones y humillaciones del imperio”, sentenció.

Para dejar claro que tampoco accedería a una negociación comandada por otros países, como alguna vez sugirió el presidente argentino de Alberto Fernández, afirmó: “Que recuerden los hermanos argentinos cómo el imperio, que tenía su compromiso en la OEA de defender a cualquier país latinoamericano de ser agredidos por potencias extraterritoriales, se alió con los ingleses para consolidar política imperialista y aplastar la resistencia del pueblo argentino en Malvinas”.

Y, mucho más directo, atacó al gobierno Andrés Manuel López Obrador en México. “Cuántas barbaridades habló abiertamente Trump, irrespetando la dignidad del pueblo de México y no hubo gobierno en México que diera la cara por ese pueblo”, acusó aún herido por la intervención del López Obrador en junio pasado cuando rechazó la represión del régimen nicaragüense.

La referencia a México y Argentina no es caprichosa, Ortega aún no perdona que ambos gobiernos, considerados de izquierda, llamaran a consultas a los embajadores de Nicaragua en su país por la brutal represión. Aunque ni Fernández ni López Obrador respaldaron las resoluciones de condena de la ONU contra el régimen, el nicaragüense esperaba de ellos una defensa más explícita.

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