La explotación petrolera del subsuelo del Yasuní es una amenaza a la biodiversidad de la Amazonía ecuatoriana. Así lo confirma la ONG Wildlife Conservation Society (WCS Ecuador).
El Parque Nacional Yasuní es una reserva del Ecuador con un área de aproximadamente 10.000 kilómetros cuadrados. Está ubicado en las provincias orientales de Pastaza y Orellana, a unos 250 kilómetros al sudeste de Quito en la cuenca del Amazonas. El parque fue reconocido como reserva de la biosfera por la UNESCO en 1989. De acuerdo a estudios científicos, según recoge la WCS, el Parque Nacional Yasuní es considerado uno de los lugares más biodiversos del mundo, porque en él conviven una gran cantidad y variedad de organismos vivos.
Según una reciente publicación de la WCS Ecuador “en el Yasuní, el desarrollo de actividades como la industria petrolera, minera y de madera, las construcciones de vías terrestres, y otras actividades ilegales como son la cacería comercial y el tráfico de vida silvestre son algunas de las amenazas que enfrentan las distintas especies de monos que viven en este parque nacional”.
En el mismo texto de la WCS Ecuador, que se titula ¿Qué está pasando con los monos del Parque Nacional Yasuní?, publicado en 2020, los monos-araña y los monos-chorongo son las especies más diezmadas por la actividad petrolera y por la colonización de las zonas protegidas. Por ejemplo, en zonas libres de cacería, se estima que existen 23 ejemplares de chorongo por kilómetro cuadrado, en tanto que en zonas donde existe cacería solo se registraron 8 ejemplares por kilómetro cuadrado de esta especie. En el caso del mono araña, 18 individuos por cada kilómetro cuadrado fueron avistados en zonas sin cacería, mientras que en las áreas de cacería se detectaron solo 2 individuos por kilómetro cuadrado. Estas especies son importantes porque su función en el ecosistema es mantener los bosques mediante la dispersión de semillas.
Entre el petróleo y la conservación
La región amazónica ecuatoriana es rica en recursos petroleros y ha sido la columna vertebral de las finanzas públicas del Ecuador desde la década de 1970. Para evitar la explotación indiscriminada de los recursos naturales, el gobierno de Jamil Mahuad declaró la zona sur de Yasuní como Zona Intangible en 1998, para proteger a las personas en aislamiento voluntario y a las reservas de biosfera del impacto ambiental provocado por los campos petrolíferos.
Años después, surgió la iniciativa Yasuní-ITT, que fue un proyecto del gobierno ecuatoriano durante el gobierno de Rafael Correa. La iniciativa, que fuera originalmente una propuesta surgida de grupos ecologistas y luego adoptada por el régimen, establecía condiciones para el mantenimiento de la Zona Intangible en el área del Parque Nacional Yasuní, decretado en 1998. Se propuso establecer un mecanismo de compensación para una parte de la Zona Intangible de la Amazonía y así remediar los ingresos no percibidos por no explotar los recursos petroleros y mantener el petróleo bajo tierra. La iniciativa fracasó y la sociedad civil intentó elevarla al ámbito de la consulta popular. La organización que intentó activar el mecanismo plebiscitario llamada Yasunidos fue perseguida por el gobierno de Correa.
Este 21 de julio, el colectivo Yasunidos emitió un comunicado rechazando la política petrolera del actual gobierno de Guillermo Lasso. La consideran una política regresiva “en las que los territorios indígenas y biodiversos han sido destruidos para mantener el poder de las élites”.
Los Yasunidos se refieren al Decreto Ejecutivo 95 que pretende duplicar la explotación petrolera en el país. El colectivo considera que la política del gobierno de Lasso profundizará “el extractivismo, garantizando exorbitantes réditos e impunidad a las empresas petroleras”. Además, aseguran que “esta política va dirigida contra los pueblos y nacionalidades indígenas que se verán afectadas por la ampliación de la frontera petrolera en el sur oriente de la Amazonía y en el Yasuní”.
El sector hidrocarburífero ecuatoriano cuenta con un nuevo reglamento acorde a la política de Lasso firmada en el decreto ejecutivo 95, el ministro de Energía y Recursos Naturales No Renovables, Juan Carlos Bermeo Calderón, ha informado que “con esta normativa se actualizan procedimientos, cuya aplicación contribuye al incremento de la producción petrolera, además se reducen los tiempos y se simplifican procesos para trámites administrativos”.
El petróleo es el principal producto de exportación de Ecuador y sus ingresos financian alrededor del 28% del Presupuesto General del Estado, según los datos recogidos por el Observatorio del Gasto Público entre 2018 y 2020.
De acuerdo al Observatorio, en el primer trimestre de 2021, la economía ecuatoriana cerró con ingresos adicionales por USD 422,4 millones por la exportación neta de crudo Napo y Oriente a los mercados internacionales.
Ecuador y sus reservas de biosfera
En 1971, la UNESCO lanzó el Proyecto El Hombre y la Biosfera para racionar el uso de los recursos naturales según los principios del desarrollo sostenible. Como parte del proyecto, se seleccionan ubicaciones representativas de diferentes hábitats de la tierra, cubriendo ecosistemas terrestres y marinos. Estos lugares se denominan reservas de biosfera. Además de proteger la biodiversidad, las funciones de estos espacios también incluyen el desarrollo económico y humano de los habitantes de la zona, además de la investigación, la educación y el intercambio de información entre las diferentes áreas protegidas, conformando una red global de cooperación.
Ecuador forma parte de la red de biosferas con 7 sitios reconocidos por la UNESCO: el Archipiélago de Galápagos reconocido en 1984, el Parque Yasuní en 1989, el Parque Sumaco en 2000, el Parque Podocarpus-El Cóndor en 2007, el Parque Cajas en 2013, la Reserva Transfronteriza Bosques de Paz en 2017, y la Reserva del Chocó Andino en 2018.
En América Latina destacan las 10 reservas de biosfera de Chile, las 15 de Argentina o las 41 de México. Brasil es el país con menos reservas reconocidas a pesar de su gran territorio. Apenas tiene 4 reservas en sus 8.500 millones de kilómetros cuadrados de superficie. Incluso cualquiera de los países centroamericanos tiene más reservas que el gigante sudamericano.
Seguir leyendo: