La canción “Patria y vida” se convirtió en el himno de la resistencia contra la dictadura cubana, tanto para quienes habitan la isla como para los millones que han huido de ella. Y esas tres palabras ahora están cargadas de un valor simbólico que asusta al poder, sobre todo después de las multitudinarias protestas del domingo donde miles de personas salieron a las calles al grito de “libertad”. Ahora, el régimen castrista advirtió que quien ose de pronunciar esas palabras será acusado de “instigador” y llevado a la cárcel.
“Estamos convencidos de que nosotros como órgano del ministerio de interior vamos a llegar a los organizadores, a los instigadores. Instigadores sí tenemos ya detenidos, que se ven claro en el video”, dice una coronel que se presenta como parte del Ministerio de Interior cubano, un video compartido en Twitter por José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch.
“¿Instigadores son quiénes? póngame un ejemplo”, le pregunta un periodista durante un programa en la televisión estatal cubana.
“Instigadores pueden ser, como se vio en un caso, personas en moto diciendo arriba ‘patria y vida’, repitan ‘patria y vida’: eso es instigar, instigar el desorden”, responde la mujer. Luego el periodista retoma y advierte que instigar es un delito en Cuba.
“Responsabilizamos a Miguel Diaz Canel y la policía política por la represión desplazada hacia la sociedad civil cubana”, escribió el grupo en Instagram. El Movimiento, integrado por artistas e intelectuales disidentes, precisa que la información fue tomada del grupo en Facebook DESAPARECIDOS #SOSCuba, y que la información está en desarrollo.
Entre los detenidos o desaparecidos figuran el artista y ex preso político Luis Manuel Otero Alcántara, uno de los líderes del Movimiento y quien el domingo había convocado a sus seguidores a salir al malecón a sumarse a las protestas que ocurrían en varias localidades cubanas.
Las detenciones ocurrieron después de la protesta antigubernamental más grande que se registró en la isla desde el llamado “maleconazo”, cuando en agosto de 1994, en pleno “periodo especial”, cientos de personas salieron a las calles de La Habana y no se retiraron hasta que llegó el entonces líder cubano Fidel Castro.
Por otra parte, la desinformación en Cuba hoy no se limita al paradero de los arrestados sino a todo lo relacionado con el estallido social en la isla, ya que las autoridades han cortado el servicio de internet móvil y casi nadie en Cuba puede permitirse una conexión wifi.
El apagón de internet está provocando un parón en parte de las actividades del país, que pasaron a ser en línea por la pandemia.
“Sin conexión no podemos trabajar estos días, vamos a ver qué pasa”, indicó a la agencia EFE una profesora de una universidad de La Habana donde las clases y otras actividades son virtuales desde hace meses.
Además, para los pocos que tienen acceso a las redes es difícil conocer la situación real, ya que circulan videos de revueltas ciudadanas que en muchos casos son falsos, deslocalizados o se hacen pasar por nuevas imágenes cuando corresponden a las primeras manifestaciones.
El martes, las autoridades sí confirmaron el primer muerto en las protestas, un ciudadano de 36 años de edad que murió el lunes durante un enfrentamiento con agentes en el Consejo Popular Güinera del municipio de Arroyo Naranjo, un barrio marginal en el sur de La Habana donde los vecinos se lanzaron a las calles al grito de “libertad”, según muestran videos difundidos en las redes.
La dependencia “lamenta el fallecimiento de esta persona”, según una nota publicada por la oficial Agencia Cubana de Noticias, que precisó que el fallecimiento ocurrió cuando Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años, participaba en los “disturbios”.
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