Los “históricos” de la Revolución cubana que se habían retirado en los últimos tiempos han vuelto a dejarse ver estos días por las protestas antigubernamentales que estallaron en la isla el pasado domingo.
Entre ellos se encuentra Ramiro Valdés -comandante de 88 años que acompañó a los hermanos Castro en el triunfo de la revolución en 1959-, que el domingo se trasladó hasta la localidad santiaguera de Palma Soriano, en el oriente de Cuba, para intentar calmar a los manifestantes, pero la filmación de un testigo expuso que no logró su cometido y tuvo que retirarse escoltado por agentes de seguridad.
Al grito de “¡Libertad, Libertad!”, los ciudadanos movilizados bloquearon el paso de Valdés, considerado por la disidencia como uno de los más terribles represores del régimen cubano, y se enfrentaron a él durante unos minutos protestando por su presencia en el lugar.
El video, que salió a la luz este miércoles en redes sociales, muestra cómo varios manifestantes le gritaron “¡Asesino!” y, al ver que no había ni una persona dispuesta a dialogar con él, el casi nonagenario decidió volver al vehículo de su custodia para alejarse de la protesta.
Distinta fue la versión de los hechos de los medios de comunicación estatales en Cuba.
La crónica oficialista afirma que Valdés se trasladó a Palma Soriano, uno de los primeros puntos en los que estallaron las protestas el domingo, y “tan pronto irrumpió en su glorioso uniforme verde olivo fue aclamado por el pueblo”.
“Sin más escudo protector que la estrella de Héroe de la República de Cuba, el moncadista, expedicionario del Granma e invasor de la columna del ‘Che’ Guevara, se dirigió a todos, se interesó por sus inquietudes y tras reiterar que ni en estos duros tiempos la Revolución abandona a sus hijos, les pidió marchar a sus casas, y así sucedió sin dilación”, aseguró el relato del régimen replicado en distintos medios oficialistas como los periódicos Granma y Sierra Maestra.
Miles de cubanos tomaron las calles el domingo para protestar contra el régimen en una jornada inédita que se saldó con cientos de detenidos y enfrentamientos después de que Díaz-Canel conminara a sus partidarios a salir a enfrentar a los manifestantes.
Las protestas, las más fuertes que han ocurrido en Cuba desde el llamado “maleconazo” de agosto de 1994, se produjeron con el país sumido en una grave crisis económica y sanitaria, con la pandemia fuera de control y una fuerte escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, además de largos cortes de electricidad.
(Con información de EFE)
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