El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, habló en la reunión de jefes de Estado del Mercosur luego de la decisión de su país de firmar acuerdos comerciales por fuera del bloque. “El mundo va muy rápido y Uruguay va para allá, ojalá vayamos todos juntos”, enfatizó.
“Vamos a respetar el ordenamiento jurídico vigente del Mercosur y, al amparo de ese ordenamiento jurídico, ayer nuestro canciller, junto a la ministra de Economía, en lo que se trata de un zona de libre comercio, hemos comunicado que el Uruguay pretende avanzar con otros países y esto no significa vulnerar ni violentar la regla de consenso”, expresó respecto a lo anunciado este miércoles por su administración.
“El mundo va muy rápido, se está entrelanzando comercialmente. El final del COVID-19 va a hacer que estas negociaciones se disparen. El mundo va hacia allá y no nos va a esperar. Por eso, amigos presidentes, con tranquilidad, les queremos decir que hacia allá va el Uruguay. Ojalá vayamos todos juntos”, deseó el jefe de Estado.
También expresó que comparte las palabras del mandatario argentino, Alberto Fernández, respecto a querer un Mercosur más productivo y que dé trabajo. “Hasta allí apuntamos, quizás con estrategias diversas. El fin último es una pertenencia al bloque”, indicó.
“Uruguay cree en la regla del consenso, así ha actuado”, señaló, al tiempo que resaltó: “Nuestro país tiene vocación aperturista. Nuestro país, como el Mercosur, tiene esa vocación. Tenemos que seguir avanzando con la Unión Europea. Los intentos frustrados generan escepticismo y desconfianza. El Uruguay quiere avanzar con el Mercosur, tenemos más fuerza, más dimensión y más poder negociador con el mundo”.
Luego manifestó que su país tiene “vocación de ser un puerto de salida al mar de la República hermana de Paraguay, ya sea el principal o el accesorio. Tenemos que unificar los trabajos en los pasos de frontera, trabajar en políticas de frontera. Lo hemos hecho muy bien en la pandemia con Brasil”, explicó.
Y acotó: “Tenemos que pensar cuando las fronteras se abran, cuando la mayoría de nuestros pueblos estén inmunizados. Ese tránsito natural entre nuestros países, que hoy tienen fronteras cerradas”.
Uruguay anunció este miércoles, durante el encuentro del Consejo del Mercado Común (CMC), que comenzará a conversar con terceros países para negociar “acuerdos comerciales extrazona”.
“La posición del canciller (Francisco Bustillo) y de la ministra de Economía y Finanzas (Azucena Arbeleche) consistió en defender la modernización del bloque, a través de una agenda de negociaciones externas sustantiva, ágil, dinámica, flexible y permanente”, indicó un comunicado emitido por el Ministerio uruguayo de Relaciones Exteriores.
Y agregó que Uruguay entiende “que la decisión 32/00 no está en vigor, ya que nunca fue internalizada”.
Por otra parte, el comunicado hizo hincapié que en la reunión “no se aprobó la reducción del arancel externo común, a pesar de que Uruguay había apoyado algunas de las propuestas presentadas”.
Finalmente, subrayó que el país sudamericano, “inspirado en principios de gradualidad, flexibilidad y equilibrio”, actuará “conforme a ellos en materia de inserción internacional, reivindicando su calidad de miembro pleno del Mercosur”.
La decisión de Uruguay confirmó lo que ya había quedado explicitado en la última reunión que mantuvieron cara a cara los presidentes uruguayo y argentino, cuando Luis Lacalle Pou fue confrontado por Alberto Fernández en un áspero cruce diplomático. Fue en marzo y había sido en el marco de los festejos por los 30 años del Mercosur. Allí quedó claro que tanto Brasil como Uruguay estaban a favor de flexibilizar el bloque, mientras que Paraguay evitaba una posición intransigente.
“Si nos hemos convertido en una carga, lo lamento. No queríamos ser una carga para nadie. Terminemos con esas ideas que ayudan tan poco a la unidad. No queremos ser lastre de nadie. Si somos un lastre, que tomen otro barco. No somos lastre de nadie, es un honor ser parte del Mercosur“, sentenció Fernández.
Tanto la rebaja del arancel externo común como una flexibilización que permita alcanzar acuerdos comerciales sin el consenso de todos los integrantes del Mercosur, son asuntos que dividen al bloque fundado en 1991.
Uruguay ha sido el principal impulsor de una mayor apertura para negociar con terceros desde hace casi dos décadas, pero con poco eco. En el último tiempo, Brasil se ha mostrado proclive a acompañar la postura de Montevideo, mientras Argentina aparece como férreo opositor.
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