Jair Bolsonaro y los dictadores de Cuba y Nicaragua fueron incluidos en la lista de los “depredadores de la prensa”

Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega y el presidente brasileño se suman a la lista de mandatarios latinoamericanos que elabora Reporteros Sin Fronteras. Nicolás Maduro la integra desde su llegada al poder, en 2013

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Daniel Ortega y Miguel Diaz
Daniel Ortega y Miguel Diaz Canel, se sumaron a la lista de negra de RSF junto a Nicolas Maduro

Los dictadores de Cuba, Miguel Díaz-Canel y el nicaragüense, Daniel Ortega, entraron este lunes en la nueva lista de dirigentes políticos considerados “depredadores de la libertad de prensa” por Reporteros sin Fronteras (RSF) a causa del control casi absoluto de la información y la represión de los periodistas que no siguen la línea oficial, así como por su política de “asfixia económica” y “censura judicial” de los medios independientes..

RSF explica, en la primera actualización de esa lista desde 2016, que Díaz-Canel ejerce un “totalitarismo de tipo soviético” y que desde su llegada a su puesto de jefe de Estado en octubre de 2019 ha mantenido la línea de su predecesor, Raúl Castro, con “un control casi absoluto de la información”.

Por eso mismo, Raúl Castro ya había sido catalogado como depredador en las ediciones anteriores.

La organización cuenta cómo en Cuba radios, televisiones y periódicos son objeto de una vigilancia estrecha por el Estado y que la Constitución ni siquiera permite la existencia de una prensa privada.

También que los periodistas que no se ajustan a la línea castrista sufren cotidianamente “arrestos, detenciones arbitrarias, amenazas de encarcelamiento, persecución y acoso, registro ilegal de domicilio, confiscación y destrucción del material periodístico”.

Los principales objetivos de sus ataques, según la organización, son la prensa independiente y de oposición y “todas las voces disidentes”.

El dictador de Cuba, Miguel
El dictador de Cuba, Miguel Díaz-Canel

También hace notar que el régimen cubano también interviene en la cobertura de la prensa extranjera al conceder acreditaciones “de manera selectiva” y expulsar a los que considera “demasiado negativos” con el régimen.

En Latinoamérica, Díaz-Canel no es el único “depredador de la libertad de prensa”, para RSF.

Comparte esa situación con los dictadores de Venezuela, Nicolás Maduro (desde su llegada al poder en 2013), Nicaragua, Daniel Ortega (desde el inicio de su tercer mandato consecutivo, en noviembre de 2016), y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro (desde su acceso a la jefatura del Estado en 2019).

RSF explica que desde el inicio de su tercer mandato de Ortega “la prensa independiente vive una verdadera pesadilla, constantemente oprimida por el Gobierno de Ortega” y por el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Eso se ha traducido en “amenazas, persecuciones, campañas de acoso y de difamación, arrestos y detenciones arbitrarias” o en la llamada Ley de Regulación de los Agentes Extranjeros para vigilar a los medios que reciben financiación del exterior.

También en “un sistema sórdido de asfixia económica”, con “políticas discriminatorias en la publicidad oficial, en la atribución de frecuencias de radio y de televisión, con restricciones en la importación de materiales necesarios para el trabajo periodístico, con auditorías “abusivas” o con presiones sobre los anunciantes privados.

La organización hace notar que, de cara a las elecciones presidenciales previstas para noviembre, Ortega “ha reforzado su arsenal de censura” con acciones judiciales “abusivas” contra todos sus oponentes, tanto políticos como en los medios de comunicación.

Según su análisis, las principales víctimas de los ataques del dictador nicaragüense son la familia Chamorro y los medios de comunicación privados.

El dictador de Nicaragua, Daniel
El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega

Sobre la primera, se refiere a Carlos Chamorro, fundador de la web de información Confidencial, y a su hermana Cristina, creadora de la Fundación Violeta Chamorro.

En el caso de Cristina Chamorro, precandidata a la presidencia en las elecciones de noviembre, se encuentra en arresto domiciliario desde el 3 de junio, acusada de blanqueo de dinero.

RSF hace notar que una veintena de periodistas próximos a su fundación también han sido objeto de interrogatorios e intimidaciones para cerrarle el paso a la contienda electoral.

En el caso de Jair Bolsonaro, Reporteros sin Fronteras (RSF) considera que su acción desde su llegada al poder en 2019 hacia los medios de comunicación, se caracteriza por los insultos, las humillaciones y las “amenazas vulgares”.

Desde entonces -señala- “el trabajo de la prensa brasileña se ha vuelto extremadamente complicado” ya que para él “no sirve para nada” y no es más que “rumores y mentiras de forma permanente”.

La organización reprocha a Bolsonaro su “retórica guerrera y malhablada” que está amplificada por personas de su entorno y por “una base organizada”, ya que desde las redes sociales sus apoyos y robots amplifican los ataques que buscan “descredibilizar a la prensa, presentada como un enemigo del Estado”.

Los principales objetivos de sus ataques son las mujeres periodistas, los analistas políticos y la cadena Globo, a la que llamaba la “televisión funeraria” porque ha estado informando del número de muertos por la covid en Brasil.

Según RSF, el pasado año ese grupo mediático fue objeto de 180 ataques en los que se le reprochaba querer “traicionar” y “destruir” el país.

El presidente de Brasil, Jair
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro

Además, recuerda que está amenazada de no conseguir la renovación de su frecuencia en 2022.

Aparecen también en la lista el jefe del Estado ruso, Vladimir Putin, el turco, Recep Tayip Erdogan, así como, por primera vez, un dirigente de un país de la Unión Europea, el presidente húngaro, Viktor Orbán.

Menos sorprende que haya conseguido entrar en este grupo el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salman, teniendo en cuenta la concentración de poder en sus manos desde que fue nombrado en 2017 sucesor por su padre y lo que RSF llama su “barbarie sin límites”.

Arabia Saudí -recuerda la organización- es “una de las mayores prisiones del mundo para los periodistas” y algunos de ellos están entre rejas sin saber lo que se les reprocha.

Eso por no hablar del caso del editorialista del Washington Post Jamal Khashoggi, asesinado y descuartizado en el consulado saudí de Estambul en 2018.

El príncipe heredero saudí, Mohamed
El príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman

Por primera vez en esta edición hay dos mujeres “depredadoras” a la vez, incluida la jefa del Ejecutivo de Hong Kong, por comportarse como “una marioneta en las manos del presidente chino, Xi Jinping, en la aplicación de políticas “liberticidas contra la prensa” que llevaron a la desaparición en junio del último diario independiente, Apple Daily, y al encarcelamiento de su fundador, Jimmy Lai.

La otra es la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, que dirige el país desde 2009 y que con una ley de 2018 sobre la seguridad digital -siempre según RSF- ha propiciado procedimientos judiciales contra más de 70 periodistas y blogueros.

Siete de los dirigentes de la lista negra de la organización llevan desde la primera edición en 2001. Por ejemplo el guía de la revolución iraní, Alí Jameneí, los presidentes de Siria, Bachar el Asad, Rusia, Vladimir Putin, Bielorrusia, Alexandr Lukashenko.

También el de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, que es el jefe de Estado del mundo que lleva más tiempo en el cargo a las riendas de lo que Reporteros no duda en calificar de “una dictadura totalitaria” en la que el paisaje mediático se limita casi exclusivamente a los estatales encargados de divulgar la “propaganda del Gobierno” y donde no hay ningún corresponsal extranjero.

(Con información de EFE)

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