Más de 20 días duró la persecución contra Lázaro Barbosa, un hombre de 32 años acusado de asesinar brutalmente a una familia entera en Brasil y que había estado huyendo de las autoridades por años, siendo responsable de una serie de crímenes a lo largo de casi dos décadas.
Barbosa, que ya había tenido antecedentes de asesinatos previos y a quien las autoridades brasileñas describen como un “psicópata impredecible”, murió en el operativo que buscaba dar con su captura y en el que se desplegó una fuerza de 270 agentes, drones equipados con infrarrojos, perros de rastreo y helicópteros.
En medio del operativo hubo un intercambio de disparos que dejaron gravemente herido al asesino, quien falleció en el hospital a donde fue trasladado luego de ser arrestado.
Según la rueda de prensa que dio el secretario de Seguridad de Goiás (estado de Brasil), Rodney Miranda, Barbosa contaba con “una red de apoyo” que lo estaba ayudando a escapar. También se dijo que durante los 20 días en los que consiguió eludir a las autoridades, el asesino tomó rehenes para facilitar su escape.
La búsqueda implacable contra Barbosa se desencadenó el pasado 9 de junio, cuando el hombre entró en una granja ubicada en el Distrito Federal en el sector de Ceilândia y mató a cuchilladas y tiros a una pareja de esposos junto con sus dos hijos, de 15 y 21 años.
Para ese momento, el “asesino en serie del DF” como lo apodó la prensa, ya era sospechoso de matar a un hombre en otra finca en Goiás.
Durante los días en que duró la persecución, Barbosa invadió al menos 11 haciendas, tomó personas rehenes, robó casas y se enfrentó en varias ocasiones con la Policía, siempre logrando huir de las autoridades.
En uno de esos enfrentamientos, Barbosa tomó como rehenes a un matrimonio y su hija adolescente y los llevó hasta la orilla de un río donde presuntamente se disponía a asesinarlos. Pero gracias a la joven, que logró enviar un mensaje a la Policía, la familia se salvó. Sin embargo, el peligroso hombre logró escapar huyendo por los ríos, en una zona que conocía muy bien.
Con tan solo 19 años, Barbosa empezó a acumular antecedentes criminales. En 2007 fue arrestado por cometer un doble homicidio en Bahía: sus víctimas fueron dos hombres que intentaron ayudar a una mujer que perseguía con intenciones de matarla.
En ese momento, Barbosa logró eludir nueve días a la policía, antes de entregarse a causa de una herida que lo tenía en peligro de muerte. Duró 10 días en prisión, pues se escapó tras su arresto.
En 2009 lo detuvieron por violación, robo y porte ilegal de armas. Duró cinco años preso, pero le concedieron el régimen semiabierto y dos años después se volvió a fugar.
En 2018 fue detenido por tercera vez por dos homicidios y una violación, pero se volvió a escapar.
Barbosa reapareció el pasado abril, cuando entró a una finca y golpeó a un anciano con un hacha. Días después, invadió una casa, encerró al dueño con su hijo en el dormitorio, esperó que llegara su esposa, la sometió y la violó en un matorral cercano.
La cacería de Barbosa se apoderó de Brasil y creó un clima de miedo en la zona, con algunos residentes declarando a medios locales que sentían temor de irse a dormir o salir de sus hogares ante un posible encuentro con el peligroso asesino.
Videos de la captura de Barbosa comenzaron a circular por redes sociales en los que se ve a los oficiales celebrando con los brazos al aire haberlo abatido.
El gobernador del estado de Goiás, Ronaldo Caiado, elogió a la policía por aprehender a Barbosa. “Felicitaciones a nuestras fuerzas de seguridad. ¡Le dan a nuestra gente motivos para estar orgullosos! Goiás no es un Disneylandia para bandidos”, dijo en su cuenta de Twitter.
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