La incertidumbre electoral y las operaciones en entretelones judiciales para dilatar el proceso traían recuerdos de la década de los ’90, años de podredumbre institucional. El flashback pasó a realidad con la reaparición de Vladimiro Montesinos, el ex todopoderoso asesor de Alberto Fujimori, justo en el 20° aniversario de su captura en un barrio marginal de Venezuela.
Los audios divulgados esta semana y confirmados por las autoridades muestran las coordinaciones e instrucciones para intentar sobornar a tres de los cuatro miembros del pleno del Jurado Nacional de Elecciones, última instancia que revisa los pedidos de nulidad de mesas presentados por Fuerza Popular con el objetivo revertir la ventaja de 44 mil votos de Pedro Castillo sobre Keiko Fujimori.
Según la versión oficial, Montesinos tenía permiso para llamar a su pareja desde la Base Naval del Callao, una cárcel creada especialmente para la reclusión de los terroristas más peligrosos, como Abimael Guzmán y otros líderes de Sendero Luminoso.
Por si faltaban ecos del pasado, los audios fueron presentados por el ex congresista Fernando Olivera, el mismo que divulgó los míticos “Vladivideos” en septiembre de 2000 y que causaron la caída del régimen fujimorista, al revelar la compra del respaldo de congresistas opositores.
Dale más gasolina
“Con tres (miembros) es suficiente. Entonces sería bueno que lo localizaras para que pueda apoyar, tienes que echar un poco de gasolina (dinero). Tú me entiendes, ¿no?”, apunta Montesinos al militar retirado Pedro Rojas, a quien le pide que contacte al abogado Guillermo Sendón, con vínculos en el Poder Judicial.
“Esa vaina (torcer el proceso) te cuesta 3 palos (millones de dólares). Un palo (millón) para cada uno. Y se lo pagas contraentrega, además. Primero te sale la resolución y después les pagas”, dijo. Días atrás, tres jueces aprobaron modificar los plazos para las solicitudes de nulidades, una ampliación que favorecería el fujimorismo, pero la medida se conoció antes de ser publicada y no llegó a hacerse oficial, bajo el argumento de que violaría un fallo del Tribunal Constitucional sobre los plazos perentorios del proceso electoral.
En otra llamada, Montesinos también denigra al equipo de asesores del fujimorismo y asegura que actúa solo por querer ayudar a la familia Fujimori. “¿Yo qué gano ayudándolos? Nada. No me interesa y jamás voy a pedirles nada, simplemente estoy ayudando porque sino se joden. La chica terminará presa y el otro señor se morirá ahí donde está, esa es la situación”. La chica es Keiko Fujimori, sobre quien pesa un pedido de la fiscalía de 30 años de cárcel. El “otro señor” es su padre, condenado por crímenes de lesa humanidad y quien iba a ser indultado en caso de que su hija ganara la presidencia, según prometió en campaña.
En otro pasaje, Montesinos lamenta que no se hayan hecho las gestiones que él recomendó para la campaña y evitar un triunfo del izquierdista Castillo: “Si hubiéramos hecho el trabajo que habíamos planteado ya no estaríamos en este problema de mierda”.
Esperando su oportunidad
José Ugaz, ex procurador ad hoc para el caso Fujimori-Montesinos, analizó la situación en diálogo con Infobae: “Montesinos ha estado esperando esta oportunidad. Siempre desde la prisión ha tratado de mantener alguna vigencia”. El preso, a quien le quedan cinco años de condena, suele mandar mensajes en redes sociales sobre la coyuntura nacional a través de su abogada.
El ex fiscal anticorrupción, que narra con lujo de detalles su investigación en el libro Caiga quien caiga, no descarta que el propio ex asesor esté involucrado en la filtración de los audios. “La historia es bien truculenta, extraña. Pareciera que Montesinos tiene un pie en cada lado. Es un intento de embarrar la cancha en general en un momento en que el Jurado está tratando por todos los medios de cerrar esta historia con las presiones que vienen fundamentalmente por el lado del fujimorismo. Todo esto contribuye a esta situación de incertidumbre. Lo único que esperamos es que, haciendo sus mejores gambetas, el Jurado pueda sortear todos estos petardos y cerrar esto la próxima semana”.
El caso ahonda el malestar social en una ciudadanía fuertemente polarizada ante el ballotage. “La reaparición nos molesta y nos indigna”, indicó la premier Violeta Bermúdez. Pero la filtración no es necesariamente una adversidad para el fujimorismo. A fin de cuentas, lo que hizo el contenido de los audios fue impulsar las dudas sobre la legitimidad de las autoridades electorales, que han sido cada vez más criticados por el equipo de Fujimori.
“Debe haber algún nivel de coordinación con el fujimorismo, porque es evidente a estas alturas que lo que pretende la candidata Fujimori y sus seguidores más cercanos, el núcleo más duro, es petardear la elección y tratar de invalidar el proceso cuando es evidente que ya perdió”, añadió Ugaz. La campaña, que incluye llamados a la sedición y desconocimiento de instituciones por parte de militares retirados, ha sido calificada como un “golpe lento” por los prestigiosos politólogos Alberto Vergara y Steven Levitsky en una columna de opinión del New York Times.
El proceso de revisión de apelaciones de las solicitudes de nulidades (rechazadas en primera instancia) es el último paso que falta antes que se proclame el triunfo de Castillo, pero el tema quedó suspendido por la renuncia del fiscal supremo Luis Arce (el más cercano al fujimorismo), lo que dejó sin quórum al pleno del JNE.
La Fiscalía anunció una apertura de investigación, pero las miradas se posan sobre la Marina de Guerra, encargada de administrar la base naval. Según indicó el primer comunicado de esta institución, Montesinos hizo dos llamadas desde un teléfono público los días 10 y 23 de junio. Pero el portal de investigación IDL-Reporteros reveló este sábado que Montesinos conversó 12 veces con Rejas entre el miércoles 2 de junio (cuatro días antes del ballotage) y el 24 de junio.
“No hay que perder de vista que muchos integrantes de la Marina son por ideología, por trayectoria, por extracción social, es la Fuerza Armada más de clase media alta que hay en el país, a diferencia del Ejército y la Fuerza Aérea. Debe haber muchísimos simpatizantes con Keiko Fujimori, si acaso hubiera alguno que simpatice con Castillo”, explicó Ugaz.
Aunque evita apuntar directamente contra la institución, señala que algún miembro o varios se prestaron a la situación, teniendo en cuenta que las llamadas deben ser marcadas por el personal de la base y monitoreadas. “Es evidente que alguien dentro de la Marina ha jugado un papel en esta historia. Esto es lamentable porque revela que incluso en un régimen penitenciario tan especial hay espacios para la corrupción”, sostuvo.
Este sábado, el Ministerio de Defensa informó que cuatro oficiales navales del Centro de Reclusión, incluido su jefe, fueron relevados “de manera inmediata”.
Desde el fujimorismo, no hubo grandes reacciones. El abogado Miguel Torres, una de las caras visibles de la estrategia legal fujimorista para revertir el resultado, indicó que la publicación es “una novela que está armada entre quienes son enemigos públicos de Keiko Fujimori”.
El panorama luce complicado para Fuerza Popular luego de que un presunto fraude haya sido descartado por varias misiones de observadores, incluyendo a la OEA. Además, Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Reino Unido avalaron la corrección de los comicios, calificados como justos, libres y transparentes.
SEGUIR LEYENDO: