Managua, Nicaragua. Especial para Infobae.- La nueva embestida represiva que desde hace un mes ejecuta el régimen de Daniel Ortega ha provocado a su vez una nueva ola de exiliados de “alcances impredecibles”, estima Gonzalo Carrión, presidente del Colectivo de Derechos Humanos “Nicaragua Nunca +” que funciona desde Costa Rica.
La magnitud y tipo de exiliados, dice el defensor de derechos humanos, está directamente relacionado a la represión que ha desatado Daniel Ortega en Nicaragua. Los exiliados que ha conocido esa organización son personajes “muy conocidos”, líderes opositores, periodistas, excarcelados políticos, y familiares de personas asesinadas durante la rebelión de 2018, dice Carrión.
“Nos ha tocado abrazarnos con personas conocidas. Algunos ya han publicitado su decisión del exilio y también nos hemos abrazado con personas que mantienen su decisión, por ahora, de no revelar que han salido de Nicaragua”, señala. “Los principales destinos son Costa Rica y el norte (Estados Unidos)”.
Durante este último mes unos 20 opositores han sido encarcelados bajo cargos como “traición a la patria” y lavado de dinero. Este grupo se une a unos 120 presos más que ya estaban en las cárceles de régimen, bajo cargos de delitos comunes que, aseguran sus familiares, disfrazan las motivaciones políticas de sus detenciones. Al mismo tiempo, la Fiscalía ha citado a declarar a una veintena de periodistas para que expliquen cómo financian sus medios de comunicación, lo que ha sido descrito como “una actitud intimidadora del régimen” para acallar al periodismo independiente.
“Quienes huyen ahora de Nicaragua son personas que están en esa situación dura, asediados o en espera de una captura, sobre todo por la forma que lo están haciendo, que es secuestro, aislamiento y hasta sin defensa”, explica Carrión.
Este jueves hizo pública su decisión de exiliarse el periodista Julio López, del programa Onda Local. López estaba citado para declarar ante la Fiscalía ese mismo jueves y relató que el 21 de junio pasado decidió ir a Costa Rica, pero al llegar al puesto fronterizo de Peñas Blancas, funcionarios de Migración le dijeron que no podía viajar y le retuvieron su pasaporte. El periodista decidió cruzar ilegalmente, por veredas, la frontera.
Antes de López se marchó al exilio el reconocido periodista nicaragüense Carlos Fernando Chamorro, a quien la Policía allanó su casa como parte de las redadas nocturnas que realiza para cazar opositores. Chamorro y su esposa ya estaba fuera del país cuando se produjeron los allanamientos.
Otras personalidades que han huido del país son el escritor Humberto Belli, hermano de la conocida escritora Gioconda Belli y Luis Carrión, uno de los nueve comandantes de la antigua Dirección Nacional sandinista que gobernó Nicaragua durante la década de los 80, y a la que pertenecía también Daniel Ortega.
También se ha conocido el exilio del periodista Sergio Marín, director de Mesa Redonda, y los excarcelados políticos Bayron Saavedra y Lenín Salasblanca, quienes eran implacablemente asediados por policías y fanáticos del régimen nicaragüense.
Salasblanca se hizo muy conocido por los sermones que daba a los policías cada vez que lo detenían. “Este soy yo, un exiliado más, un exiliado que ha decidido dejar a su tierra por la represión, por los asesinatos, por los secuestros y por las violaciones a los derechos humanos”, dijo en su video de despedida.
Hay muchos exiliados más que prefieren mantenerse en el anonimato por temor a represalias contra sus familias.
“Todas las personas que hemos atendido nos han dicho que pasaron ese difícil tránsito de ingreso irregular. No sé si hay personas que han pasado de forma regular, pero las que hemos visto y ayudado lo han hecho en esas difíciles condiciones”, señala Carrión quien se declara conmovido por esta oleada porque le recuerda las condiciones en las que él mismo salió de Nicaragua hace dos años y medio.
Aunque no se atreve a dar un número específico, dice que en Costa Rica la cantidad de exiliados nicaragüenses debe estar acercándose a las 90 mil personas. Este dato lo calcula al sumar esta nueva oleada y los “no registrados” a los 85 mil refugiados nicaragüenses que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) contabilizó durante su visita a Costa Rica en febrero pasado.
Por otra parte, los números oficiales del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos dan una idea del éxodo nicaragüense hacia ese país del norte. Según esta institución, de enero a mayo de 2021 la cantidad de nicas capturados mientras cruzaban ilegalmente la frontera a Estados Unidos aumentó en 670 por ciento. En enero de este año fueron detenidos 575 nicaragüenses que cruzaban de forma irregular la frontera, mientras que en mayo la cifra se disparó a 4.427.
Otro indicador del agravamiento de la crisis nicaragüense es el incremento de medidas de protección que se solicitan a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Según la presidenta de este organismo, Antonia Urrejola Noguera, en lo que va del año se han recibido 27 solicitudes, la mayoría introducidas en junio. En 2020 ese organismo recibió 26 solicitudes en todo el año.
Gonzalo Carrión, por su parte, dice que el organismo de derechos humanos que él dirige desde Costa Rica está gestionando “medidas cautelares” para otros 30 nicaragüenses más.
Paradójicamente, al tiempo que se produce una sangría de nicaragüenses hacia Costa Rica por la represión, se registra una ola que retorna a su país. “La pandemia ha agravado la situación de los exiliados, ya lleva más de un año y ha provocado perdida de empleos. No pueden pagar los arriendos y prefieren estar con su familia y enfrentar la realidad de Nicaragua, conscientes que no se ha dado la solución definitiva a la crisis que vive Nicaragua, que es la que provocó su exilio”, indica Carrión.
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