El presidente de Chile, Sebastián Piñera, apuntó contra el precandidato presidencial del Partido Comunista, Daniel Jadue, y ha señalado que tiene “muy mala comprensión de la democracia”, después de que este pidiera un “estatuto de garantía” a la democracia y al Ejército.
“Esas palabras reflejan una muy mala comprensión de la democracia y de nuestro Estado de Derecho”, indicó Piñera, antes de subrayar que las Fuerzas Armadas chilenas son “obedientes, jerárquicas y no deliberantes”. “Por lo tanto, pedirles estatutos de garantía es no comprender el rol de las Fuerzas Armadas en democracia”, agregó.
Días atrás, Jadue dijo que de resultar electo Presidente de la República, pediría a la Democracia Cristiana y al Ejército un estatuto de garantías donde firmen un compromiso para impedir cualquier intento de golpe de Estado y evitar que se pongan al servicio de una potencia extranjera.
Ante las críticas -vertidas desde el Gobierno y la oposición-, Jadue ha matizado su idea y sostuvo que “no es necesario firmar ningún tipo de compromiso”, según ha recogido Radio Cooperativa. pero acusó a Piñera de ser él el que tiene problemas con respetar la democracia. “Creo que el presidente está acusado en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por precisamente no defender y no respetar la democracia”, sostuvo.
Días atrás, el Centro Simon Wiesenthal envió una dura carta al Secretario General de la Unión Interparlamentaria de Chile, Martin Chungong, en la que advirtió que “el Parlamento chileno avanza hacia las leyes de Nüremberg y apunta a legalizar el antisemitismo” por el impulso del bloque de Jadue, quien negó el carácter terrorista de Hamas en medio de sus ataques con misiles contra la población civil de Israel.
Por su parte, Piñera también pidió “cuidar” la democracia de Chile “entre todos”, especialmente “los que aspiran a ejercer cargos de alta magistratura”. “Yo creo que muchas de las palabras del sector que apoya a ese candidato no ayudan en nada a fortalecer nuestra democracia, seamos consecuentes”, remarcó.
El presidente dio sus opiniones al votar en las elecciones regionales, en la que la centroizquierda se erigió como la gran vencedora, al obtener la mayor parte de las gobernaciones, incluida la de Santiago de Chile.
Se trató de la primera vez en la historia que Chile elige a sus autoridades intermedias, antes eran nombradas a dedo por el Gobierno, por lo que se consideran unas elecciones cruciales hacia la descentralización del país.
Fueron solo 2,5 de los 13 millones de personas convocadas las que acudieron a las urnas para elegir a los gobernadores de 13 de las 16 regiones del país y los resultados se leyeron con el ojo en las elecciones presidenciales del próximo 21 de noviembre.
Desde que el voto dejó de ser obligatorio en 2012, ninguna elección ha superado el 50 % de participación, a excepción del plebiscito del pasado octubre, cuando sufragó el 50,9%.
(Con información de AFP y Europa Press)
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