En Cuba se vive “un clima de violencia y represión similar al de la llamada Primavera Negra, en 2003”, alertaron días atrás más de 200 artistas e intelectuales cubanos y de otros países, que están llamando la atención sobre el aumento de la represión en la isla por parte del régimen presidido por Miguel Díaz-Canel, ante la emergencia de una juventud movilizada que no parece dispuesta a vivir bajo los parámetros autoritarios del pasado.
Hace 18 años, el ahora fallecido dictador Fidel Castro, frustró una convocatoria a favor de la libertad de expresión condenando a la cárcel a 75 disidentes, entre activistas, médicos y 32 periodistas independientes. Los últimos prisioneros de ese grupo recién salieron de la cárcel entre 2010 y 2011 en un proceso de excarcelaciones que fue posible por la mediación de la Iglesia católica cubana ante Raúl Castro. Hoy el blanco son los artistas, jóvenes que no están dispuestos a resignar su libertad de expresión ante autoritarismos retrógrados.
La dictadura cubana tiene en la mira a decenas de ellos. Los persigue, vigila cada uno de sus movimientos, le impide reunirse, manifestarse, profanan sus obras y hasta copian sus eslóganes.
Hoy el símbolo de la represión del régimen es Luis Manuel Otero Alcántara, el líder del Movimiento San Isidro, que lleva un mes ingresado arbitrariamente e incomunicado en un hospital de La Habana por la dictadura cubana. El artista, de 33 años y declarado “preso de conciencia” por Amnistía Internacional, fue internado en el sector psiquiátrico el hospital Calixto Garcia el pasado 2 de mayo, después de permanecer una semana en huelga de hambre y sed para protestar por el acoso constante que sufre por parte del régimen castrista, y por la destrucción de varias de sus obras.
El disidente permanece retenido contra su voluntad en el centro hospitalario, donde denuncian que hay desplegado un fuerte dispositivo de seguridad y no se permite acceder a sus allegados.
Desde su llegada al hospital, los medios estatales han difundido varios videos de Otero Alcántara, todos sin fecha comprobable y supuestamente grabados por el equipo médico que lo atiende, pero que su entorno atribuye a la seguridad del Estado.
El último de ellos se hizo público la semana pasada y muestra al artista en una habitación de hospital, con aspecto demacrado y visiblemente delgado, mientras come de una bandeja con las manos.
“Ese video muestra que Luis está mal, está delgado y desganado al hablar, me alarmó mucho verlo así. Pienso que grabaron a escondidas, el video esta lleno de recortes. Es otra de las manipulaciones de la seguridad del Estado, pero esta vez la imagen de Luis es lo relevante, se ve lo mal que lo está pasando ahí dentro”, dijo a la agencia EFE la bailarina Chabelly Díaz, amiga de Otero.
Por su parte la opositora Ileana Hernández, cercana al MSI, consideró que el activista “está en un estado de sumisión” y agregó que teme que esté siendo drogado. “Sus gestos y su manera de hablar difieren mucho de su estado con normalidad, no habla como si estuviera lúcido”, sostuvo.
Varias entidades e instituciones denunciaron la situación o expresaron preocupación, entre ellas Amnistía Internacional, Human Rights Watch, el Gobierno de Estados Unidos y el Parlamento Europeo.
“¿Cómo es posible que un paciente en un hospital no tenga derecho a visitas o un teléfono?”, cuestionó en Twitter esta semana la Embajada estadounidense en La Habana, que pidió “que Otero Alcántara y todos los cubanos sean respetados y tratados con dignidad”.
Amnistía Internacional instó “a Miguel Díaz-Canel Bermúdez y a otras autoridades cubanas a que lo pongan en libertad”, en un comunicado publicado en la página de la organización en Internet. El artista disidente “ha sido privado de su libertad únicamente por expresarse pacíficamente y debe ser liberado inmediatamente y sin condiciones”, señaló la directora de AI para las Américas Erika Guevara.
La ONG denunció que desde que fue llevado al hospital, el artista está “bajo supervisión o el control de funcionarios de seguridad del Estado y con visitas muy restringidas de sus familiares directos”. Asimismo, “no parece tener acceso a su teléfono ni al mundo exterior”, añadió.
El caso de Alcántara es un emblema pero no el único ejemplo de la brutalidad del régimen. Algunos de los artistas que estuvieron detrás de " difundieron este jueves un manifiesto en el que piden la liberación de Maykel Osorbo y Eliexer Márquez (El Funky), dos de los raperos que compusieron “Patria y Vida”, la canción y videoclip que sacudió a la isla desde su publicación tres meses atrás, están secuestrados por la dictadura.
Asiel Babastro, director del clip, y los compositores Alexander Delgado, Descemer Bueno, Randy Malcolm y Yotuel Romero, son algunos de los firmantes de la proclama que condena “la desaparición, la detención y el procesamiento de todos los artistas co-autores del videoclip que viven en Cuba.
“Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel ‘el Osorbo’ Castillo deben ser liberados inmediatamente”, exigió la embajada de Estados Unidos en La Habana. En el texto la legación diplomática dejó claro que “Estados Unidos rechaza la detención de artistas por ejercer su libertad de expresión”, y que “el gobierno cubano no puede silenciar a sus críticos mediante la violación de sus derechos humanos”.
“El terror de los meses de abril y mayo en Cuba han estado marcados por la represión y el acoso de la Seguridad del Estado a artistas, activistas y periodistas independientes”, denuncian más de 200 artistas. Afirman, además, que a raíz de la popularidad de la canción ‘Patria y Vida’ creció el asedio del gobierno: “Cercos policiales, detenciones arbitrarias, mujeres abusadas y golpeadas por policías y funcionarios públicos, cámaras de vigilancia instaladas por empresas del gobierno frente a las viviendas de activistas, además de la cancelación de líneas telefónicas y la señal de internet, impidiendo la comunicación y denuncia de las atrocidades de la dictadura”.
Además, de Otero Alcántara, Osorbo y El Funky, Esteban Rodríguez, Mary Karla Ares, Thais Mailén Franco, Inti Soto, Ángel Cuza, Yuisán Cancio y Adrián Coruneaux fueron agredidos por policías y agentes de la Seguridad del Estado luego de manifestarse pacíficamente en La Habana y permanecen presos desde entonces.
“Solicitamos a la comunidad internacional solidaria que exija a Cuba el cumplimiento de los compromisos adquiridos en materia de derechos humanos y que cese el estado de terror instaurado”, afirman los disidentes.
“¡Libertad y justicia para todos los presos políticos y de conciencia! ¡Patria y Vida!”, repiten una y otra vez en lo que ya se ha transformado en un grito de auxilio al mundo.
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