En su primera semana en funciones, Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, ha mostrado su intención de despedirse de la era correísta. Su discurso en la ceremonia de asunción, hasta la firma de sus primeros decretos y el envío de un proyecto de ley al Legislativo son algunas de las acciones que despiden el legado de la “Revolución Ciudadana”, nombre que ex presidente Rafael Correa, ahora prófugo de la justicia ecuatoriana, le dio a su proyecto político.
Guillermo Lasso es el cuadragésimo séptimo presidente de la República del Ecuador. El líder del movimiento CREO llegó al cargo luego de postularse en tres ocasiones. Lasso se posesionó el 24 de mayo de este año y en su discurso inaugural habló sobre la república, la democracia, el libre comercio y las vacunas.
Ese mismo día, Lasso firmó sus primeros decretos: uno de ellos incluye un Código de Ética para los funcionarios del ejecutivo ecuatoriano. Además, en su primera semana, el nuevo presidente envió al Congreso un proyecto de ley para derogar la Ley de Comunicación expedida por Rafael Correa.
Aquí, diez de la claves con la que, según anunció, busca romper con el pasado e iniciar una nueva era:
1. Restitución de los valores republicanos
El novel presidente del Ecuador atravesó su discurso de juramentación presidencial con proclamas asociadas a las libertades, la tolerancia, la cooperación y el pluralismo. Eso es todo lo contrario a la apuesta política del socialismo del siglo XXI, caracterizado por dar demasiadas atribuciones al Estado en materia de regulación de los mercados, de las oportunidades, y como extensión, de la relación entre las personas en la vida pública.
Las experiencias bolivarianas, chavistas y peronistas, han mostrado un cierto escepticismo en las libertades personales y en la diversidad.
Actualmente, Rafael Correa es uno de los defensores del socialismo del s. XXI, proyecto político aún vigente en Venezuela, que ahora vive una crisis migratoria sin precedentes.
2. Menos trabas al periodismo y más comunicación
Inmediatamente después de ocupar el Palacio de Carondelet, sede del poder presidencial en Quito, Guillermo Lasso envió un proyecto de Ley de Libre Expresión que sustituye a la Ley de Comunicación, emblemática del gobierno de Rafael Correa y expedida en el 2013.
En la legislación de la era bolivariana en Ecuador se concibió a la comunicación como un servicio público, no como un derecho humano, contradiciendo los instrumentos internacionales de la materia. Si el derecho dejaba de serlo y se convertía en una provisión estatal entonces dejaba de ser un atributo de las personas, para convertirse en un objeto de posesión del Estado, administrado por el gobierno.
La Ley Orgánica de Comunicación, también conocida como la Ley “Mordaza”, fue el instrumento legal mediante el cual el gobierno correísta perseguía y sancionaba a medios y periodistas ecuatorianos opositores.
La nueva legislación de comunicación, enviada por Lasso, deroga este exceso y busca garantizar el ejercicio ciudadano, individual, colectivo y periodístico.
3. Fin del culto a la imagen presidencial
Uno de los golpes al legado de Correa es la prohibición de las expresiones de idolatría política en las oficinas públicas. Esta, que es una característica de los gobiernos dictatoriales, autoritarios o personalistas, es algo que rechaza el nuevo presidente ecuatoriano Guillermo Lasso.
Para evitar estas manifestaciones de culto a la personalidad, Lasso expidió un Código de Ética que prohíbe colgar fotografías suyas en oficinas gubernamentales, así no se podrá insinuar ningún compromiso personalista en el funcionamiento de la nueva Administración Pública.
4. Adiós al caudillismo
En su discurso de asunción al mando presidencial, Guillermo Lasso afirmó que desde ese día “termina la era de los caudillos. Solo hay una respuesta al autoritarismo: democracia y más democracia”. Esta es la otra forma más frontal de despedir el modelo de liderazgo instalado por Rafael Correa.
La Constitución ecuatoriana de 2008, inspirada en el modelo institucional venezolano, como señalan algunos analistas, desarma el sistema estatal compuesto por tres poderes e inventa uno de cinco poderes. De estos cinco, hay un poder estatal de participación, llamado en Venezuela como Consejo de Moral, encargado de designar a todas las autoridades de control administrativo, electoral y constitucional. Durante el gobierno de Correa, quien tuvo el control político de ese poder estatal fue el presidente de la República. Con tales capacidades depositadas en la persona del Ejecutivo, la administración central se gestionó bajo los criterios personalistas y caudillescos.
En sus largas cadenas de radio y televisión, celebradas los sábados en Ecuador, el presidente Correa gobernaba en vivo, reprendía a sus funcionarios, daba órdenes a cualquiera de los poderes del Estado y contaba lo que había comido durante el día. “Yo soy el jefe de todos los poderes del Estado”, dijo Correa en una ocasión. Por el contrario, Guillermo Lasso dijo en su posesión “seré presidente y solo presidente”.
5. Terminar con los odios
En tono casi litúrgico, Guillermo Lasso dijo en su discurso de posesión: “Yo no he venido a saciar el odio de pocos, sino el hambre de muchos”. Se refería a la persecución judicial instalada como política entre los enemigos ideológicos tras definirse cual obraría desde el gobierno y cuál desde la oposición.
Solamente durante el gobierno del presidente Rafael Correa se registraron centenares de casos de líderes populares y estudiantiles perseguidos judicialmente por marchar en contra del gobierno nacionalista de Correa.
Algunos de los casos más emblemáticos son los 10 de Luluncoto, los 12 del Central Técnico, los 54 del Colegio Mejía, los 11 de Riobamba, los 26 de Saraguro todos judicializados penalmente, y los centenares de periodistas acosados penal y administrativamente a través de los distintos órganos creados por la Ley de Comunicación que el presidente Lasso se ha propuesto derogar.
Una de las perseguidas políticas, que fue encarcelada en el gobierno de Rafael Correa por participar en una protesta, fue Guadalupe Llori, la lideresa indígena que ahora preside el Legislativo ecuatoriano y a quien posesionó –paradójicamente– la hermana del expresidente que la encarceló.
En el contraste entre saciar el hambre de muchos en reemplazo del odio de pocos, como dijo Lasso en el discurso, se entiende que el nuevo presidente se dedicará a gobernar en lugar de hacer lo que han hecho sus predecesores: utilizar el poder para perseguir a sus adversarios.
6. Respeto a la independencia de poderes
El 29 de abril, luego de que grupos feministas y de que la Defensoría del Pueblo interpusieran siete demandas de inconstitucionalidad al artículo 150 del Código Integral Penal (COIP) ante la Corte Constitucional, este organismo dio un fallo histórico. El artículo declarado inconstitucional establecía que solo las mujeres con discapacidad que habían sido violadas podían acceder al aborto no punible. El fallo de la Corte ahora permite que cualquier mujer víctima de una violación pueda realizarse un aborto y sin ir presas.
Lasso, miembro del Opus Dei, se ha opuesto al aborto –en todos los casos– en varias ocasiones. En septiembre de 2020, cuando el Ejecutivo analizaba el veto al Código de la Salud, que establecía que los médicos atiendan como una emergencia obstétrica a las mujeres que llegaban a la sala de emergencias con un aborto en curso, Lasso envió una carta al entonces presidente Lenín Moreno pidiendo que se vete el Código porque atentaba, según Lasso, a la protección de la vida desde la concepción.
Sin embargo, ante el fallo de la Corte, Lasso, que ya era el presidente electo, emitió un comunicado diciendo que respetaría lo decidido por los jueces y aclaró que sus creencias personales no se interpondrán en su gobierno.
Cuando la despenalización del aborto se trató en el gobierno de Correa, el ex presidente amenazó con renunciar si su bancada en el Congreso aprobaba la despenalización del aborto. Incluso cuatro legisladoras de su bloque fueron sancionadas por promovieron, en 2013, la despenalización del aborto en caso de violación.
La acción de Lasso mostraría su intención por mantener la independencia de poderes. El gobierno de Rafael Correa ha sido tildado por concentrar en el presidente todos los poderes del Estado.
7. Búsqueda de acuerdos políticos
Las elecciones presidenciales y legislativas se celebran simultáneamente en Ecuador. Guillermo Lasso consiguió el boleto de entrada al balotaje tras conseguir el 19,7% de los votos en la primera vuelta presidencial. Pero en las elecciones legislativas no tuvo la misma suerte el movimiento político del ex banquero.
Con el 9,7% de los votos en las elecciones legislativas, el Movimiento CREO obtuvo 12 curules en un legislativo unicameral de 137 miembros. Para conseguir los 70 votos, que corresponde a la mayoría simple de la Asamblea Nacional del Ecuador, la bancada legislativa oficialista consiguió el apoyo de los 27 legisladores del indigenista Movimiento de Unidad Pluricultural Pachakutik, de los 18 legisladores del partido Izquierda Democrática, y de los 13 de un bloque de legisladores independientes.
Esto, aunque circunstancial, obligó a la bancada legislativa oficialista, como al presidente Lasso, a ceder de su posición conservadora y de derecha, a una posición más liberal, de izquierda y socialdemócrata. En el centro del espectro de las ideologías políticas se encontraron los partidos moderados de izquierda y de derecha para concentrar un acuerdo legislativo que asegurará relaciones fluidas entre el Ejecutivo y el Legislativo, según expertos.
Rafael Correa, expresidente de la República, nunca tuvo que hacer acuerdos legislativos. Su gobierno tenía una bancada que ascendía a 100 de 137 legisladores, por lo que siempre tenía mayoría en el congreso.
8. Regreso de la educación intercultural
En su primera semana como presidente, Lasso asistió a la ceremonia ancestral de entrega de bastón de mando, organizada por dirigentes indígenas ecuatorianos. Durante el evento, Lasso se comprometió con el desarrollo rural y propuso reactivar las escuelas rurales.
Las escuelas rurales fueron cerradas durante el gobierno de Rafael Correa y sustituidas por las llamadas “escuelas del milenio”. Luego de su mandato, las investigaciones apuntan a que los contratos de esas edificaciones se realizaron con sobreprecios.
Las construcciones debían ofrecer ‘educación completa’ en todos sus niveles. Para los habitantes de las zonas rurales esto implicaba que las familias ya no debían enviar a sus hijos a la ciudad para que hagan sus estudios secundarios.
El propio Lenín Moreno, sucesor de Correa y quien fue su vicepresidente durante el primer periodo del mandatario, catalogó a estas escuelas como “elefantes blancos”.
Lasso ha dicho que, además de reabrir las escuelas, implementará un programa de educación bilingüe para que los niños y adolescentes puedan estudiar en su lengua nativa y para que se conserven las tradiciones ancestrales.
9. Libre comercio
En su discurso inaugural Lasso dijo que Ecuador se insertará “plenamente en el mundo para buscar un comercio libre y justo”. Entre los ofrecimientos de Lasso está el mejorar el acceso al mercado de los principales socios comerciales de Ecuador y a las mayores economías del mundo a través de acuerdos de comercio e inversión.
Rafael Correa, durante sus períodos, se opuso a cualquier tipo de Tratado de Libre Comercio que “hipotequen al Ecuador”. Sin embargo, durante su mandato Correa contrajo obligaciones crediticias con China que equivalen al 17 % del total de la deuda pública. Por tal razón, el Ecuador ha tenido que pedir ayuda financiera a multilaterales de crédito para saldar esa y otros montos de la deuda pública.
10. Menos Maduro y más mundo
El presidente Guillermo Lasso no invitó a su ceremonia de posesión presidencial a Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela rechazado por casi 50 países del mundo libre. El acto fue leído por la opinión pública como una medida de rechazo al sistema político que está destruyendo las libertades e instituciones republicanas de los venezolanos.
La expresión del presidente Lasso “más Ecuador en el mundo, más mundo en el Ecuador” se puede explicar también en sentido inverso: menos restricciones a las libertades individuales y más políticas de inclusión como de respeto por las diversidades.
En lugar de Maduro, quienes asistieron a la posesión y luego mantuvieron una reunión con el nuevo presidente fueron Leopoldo López y Lilian Tintori, activistas políticos contrarios al régimen chavista que han sido víctimas de persecución por declararse en contra del gobierno de Maduro públicamente.
También, vía telefónica, el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, conversó con Lasso y aseguró que “con él, Ecuador y la región ganan un defensor de la democracia y la libertad. Somos países hermanos, unidos por historia y hoy más que nunca futuro”.
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