Más de un millón de muertes por covid-19 se registraron oficialmente desde el inicio de la pandemia en América Latina y el Caribe, una de las pocas regiones del mundo donde las cifras actualmente van en aumento, según recuentos independientes de las agencias AFP y Reuters el viernes a las 21:05 GMT.
En total se registraron 1.001.404 fallecimientos en la región, mientras que los casos detectados ascienden a 31.586.075. Casi el 90% de los decesos registrados han tenido lugar en cinco países que contienen al 70% de la población de la región: Brasil (446.309 muertes), México (221.080), Colombia (83.233), Argentina (73.391) y Perú (67.253).
En promedio, en mayo, el 31% de las muertes por COVID-19 en el mundo se produjeron en América Latina y el Caribe, hogar de solo el 8,4% de la población mundial. Desde que se descubrió el virus en diciembre de 2019 en China, América Latina y el Caribe es la segunda región del mundo con más muertes, por detrás de Europa (1.119.433 muertes) y por delante de Estados Unidos y Canadá (614.248 muertes).
Y en la actualidad, los ocho principales países que registraron la mayor cantidad de muertes por COVID-19 per cápita durante la última semana fueron todos de América Latina.
La cifra diaria de muertos en América del Sur se redujo en mayo a 3.872, en comparación con un promedio de 4.558 en abril, según un análisis de Reuters. Pero los casos están aumentando nuevamente y las muertes son un indicador rezagado, que generalmente se incrementan semanas después de un aumento en las nuevas infecciones.
La directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, calificó el millón de muertos como “un hito trágico para todos los habitantes de la región”.
“Esta pandemia está lejos de haber terminado, y está golpeando duramente a América Latina, afectando nuestra salud, economías y sociedades enteras”, denunció la funcionaria, que remarcó el lento avance en la campaña de vacunación e instó a los países con dosis sobrantes a donar “una parte importante” a las Américas, donde “se necesitan desesperadamente y se utilizarán con prontitud”. “Sólo un 3% de la población ha sido completamente vacunado”, indicó.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha criticado las “brechas flagrantes” en el acceso a las vacunas COVID-19 en América Latina, en comparación con Estados Unidos, que ha tenido la mayor parte de los 400 millones de dosis administradas hasta ahora en el continente americano.
En ese contexto, los principales fabricantes de vacunas contra el COVID-19 prometieron producir 3.500 millones de dosis para los países pobres. Pfizer/BioNTech, Moderna y Johnson&Johnson se comprometieron este viernes, durante una cumbre del G20 en Roma, a donar 3.500 millones de dosis a los países más desfavorecidos entre 2021 y 2022.
Según explicaron, este año se suministrarán unos 1.300 millones de dosis y en 2022, el resto. Pfizer proporcionará 2.000 millones de dosis, Moderna “hasta” 995 millones y Johnson&Johnson “hasta 500 millones”.
Los países de ingresos bajos podrán comprarlas a precio de coste y los de ingresos medios, a un precio reducido, precisaron los laboratorios durante la cumbre organizada por la presidencia italiana del G20 y la Comisión Europea.
Más temprano, la Unión Europea (UE) anunció que ofrecería 100 millones de dosis, Italia 300 millones de euros (365 millones de dólares) y Francia 30 millones de dosis a través de Covax, el sistema mundial para entrega de vacunas a las naciones pobres.
Con el objetivo de vacunar al menos al 40% de la población mundial para finales de año y avanzar hacia el final de la pandemia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también propuso este viernes un plan con una financiación estimada de 50.000 millones de dólares.
“Nuestra propuesta establece objetivos, evalúa las necesidades de financiación y define acciones pragmáticas”, dijo Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, en la Cumbre Mundial de la Salud celebrada en Roma, en el marco del G20.
El plan pretende que al menos el 60% de la población mundial esté vacunada a finales de 2022 para permitir una recuperación económica mundial sostenible.
A nivel global, el coronavirus ya dejó más de 3,4 millones de muertos en el mundo, según el último balance de la AFP el viernes.
Y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo este viernes que la sobremortalidad causada por la pandemia es hasta tres veces mayor a los decesos atribuidos al covid-19 desde que se detectaron los primeros casos en China, a finales de 2019.
A su paso por la región, el virus no sólo sembró la muerte, mostrando las deficiencias de los sistemas sanitarios locales, con hospitales desbordados y escasez de material, sino que también golpeó con fuerza unas economías frágiles y marcadas por las desigualdades.
Ningún país se ha librado de los embates de la crisis económica provocada por el coronavirus.
Incluso Chile, antes considerada una de las economías más prósperas de la región, sufrió en 2020 una contracción económica del 5,8%, su peor registro en 40 años. Más de un millón de personas perdieron el empleo, una situación que en casos extremos llevó a muchos a instalarse en campamentos, una de las caras más visibles de la pobreza.
Con información de AFP
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