Crece la presión internacional para exigir la liberación del artista disidente cubano Luis Manuel Otero Alcántara. Este jueves Amnistía Internacional (AI) manifestó al régimen de Miguel Díaz Canel que el miembro del Movimiento San Isidro “no debe pasar un día más detenido”.
“Está desde el 2 de mayo en un hospital en La Habana bajo supervisión del Estado. ¡Libérenlo ya!”, exigió el organismo internacional que vela por los derechos humanos.
En un comunicado dirigido a Díaz Canel, AI denunció que Otero Alcántara se encuentra recluido “con poco contacto con el mundo exterior y, al parecer, con las visitas muy restringidas, únicamente por ejercer pacíficamente su libertad de expresión”. Además recordó que el disidente ya se ha “enfrentado al acoso e intimidaciones por parte de funcionarios de la seguridad del Estado debido a su trabajo como defensor de los derechos humanos”. “En diciembre de 2020 fue sometido a niveles aterradores de vigilancia y, tras otra huelga de hambre, fue finalmente detenido en circunstancias similares”.
“Luis Manuel Otero está detenido únicamente por expresar pacíficamente sus ideas. Por lo tanto, le insto a que garantice su liberación inmediata e incondicional”, exigió AI al dictador cubano.
El artista y disidente cubano, que protagonizó una huelga de hambre y sed en protesta por la represión de la dictadura cubana, permanece ingresado y prácticamente incomunicado desde hace 18 días en un hospital de La Habana, por lo que sus compañeros activistas denuncian que se encuentra “secuestrado”.
“Dicen que él no está preso pero no dejan llegar a nadie hasta allí. Está todo acordonado y él no tiene comunicación con nadie a menos que sea un familiar autorizado por la seguridad del Estado”, indicó la semana pasada a la agencia EFE la periodista independiente Iliana Hernández, cercana al Movimiento San Isidro (MSI) y a su líder, de 33 años.
Otros activistas y allegados de Otero Alcántara confirmaron que no tiene acceso a un teléfono y que solo algunos familiares cercanos pueden visitarlo en el hospital Calixto García, donde patrullas de la Policía castrista custodian la entrada desde hace varios días.
“Está en un estado de secuestro prácticamente, porque no tiene comunicación con el exterior como cualquier otra persona ingresada en un hospital”, sentenció la periodista independiente, que asegura llevar un mes bajo arresto domiciliario por su activismo contra el régimen.
La bailarina Chabelly Díaz, una de las personas más cercanas a Otero Alcántara, confesó estar preocupada: “Sus familiares dicen que él está bien, pero yo fui al hospital y no me dejaron pasar. Yo pienso que algo ocultan muy bien. No me dejan verlo ni a mí”.
Otras personas que se acercaron a ver al disidente, en cambio, fueron arrestadas por la Policía o multadas en la puerta del hospital, según denunciaron los activistas.
Desde que el líder del MSI fuera ingresado el 2 de mayo solo se le ha visto en algunos videos grabados en el hospital y divulgados por medios estatales. El último fue difundido en las últimas horas. El material, editado y de solo unos segundos de duración, muestra al artista recibiendo la visita de uno de los pocos familiares a los que dejan entrar a la sala del hospital donde se encuentra retenido contra su voluntad.
En el video, grabado con una cámara oculta, se lo ve comiendo de una bandeja mientras habla con su tío, una persona que está bajo la influencia de la Seguridad del Estado, de acuerdo a múltiples fuentes cercanas al artista, según consigna El Nuevo Herald.
El líder del Movimiento San Isidro llegó al hospital Calixto García de La Habana “con un diagnóstico de inanición voluntaria referida”, tras más de siete días de huelga de hambre y sed.
El disidente se encontraba atrincherado y en huelga desde el sábado 24 de abril, en su domicilio del popular barrio de San Isidro.
Todo comenzó a mediados de abril, cuando las fuerzas de seguridad cubanas allanaron la vivienda de Otero Alcántara, destruyeron más de una decena de obras que exhibía y se lo llevaron detenido.
Tras denunciar continuos arrestos e intimidaciones en el calabozo los 10 días siguientes, el 24 de abril se declaró en huelga de hambre y sed para exigir una indemnización por las obras destruidas y una disculpa pública, así como la retirada del cerco policial en el barrio y la cámara de vigilancia instalada frente a su puerta.
Después de varios días atrincherado en su domicilio, la madrugada del 2 de mayo las autoridades lo desalojaron forzosamente y lo llevaron al hospital.
Varias entidades e instituciones denunciaron la situación o expresaron preocupación, entre ellas Amnistía Internacional, Human Rights Watch, el Gobierno de Estados Unidos y el Parlamento Europeo.
Con información de EFE
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