En contra de lo que pronosticaban los sondeos y con un sistema proporcional de conteo que favorece a los grandes partidos políticos, los independientes consiguieron un resultado inédito y serán la primera fuerza de la convención, imponiéndose a los partidos tradicionales.
Los candidatos independientes, que acumularán 45 escaños, responden a diversas sensibilidades, desde el feminismo al medio ambiente, pasando por los pueblos indígenas o los defensores de cambiar el modelo de pensiones de Chile. Por eso, su elección mayoritaria no supone una visión uniforme de cómo será la próxima Carta Magna chilena, sino que esa diversidad adelanta un complejo escenario de negociaciones para alcanzar acuerdos.
Académicos como Fernando Atria, feministas como Alondra Carrillo, activistas como Giovanna Grandon (conocida en las protestas por “Tía Pikachu”) o profesionales como Rodrigo Logan lograron un escaño en la convención, de acuerdo a resultados preliminares.
”Los independientes obtuvieron un gran resultado pero la sorpresa más grande es el desplome absoluto de la derecha que, a pesar de ir en una lista unificada, no lograron sus objetivos”, explicó a EFE Julieta Suárez-Cao, politóloga de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Es que entre los perdedores de estos comicios están los partidos tradicionales, el oficialismo de Sebastián Piñera y la oposición de la Concertación, que dominaron la escena política chilena en las últimas décadas.
Ninguno, de hecho, logró un tercio de los escaños, necesarios para influir en el contenido de la nueva Carta Magna y vetar artículos. “Vamos por Chile”, el sello del Gobierno, obtuvo 39 escaños. Y la lista “Apruebo”, que corresponde a la ex Concertación, logró 25 representantes.
Así, ni la derecha ni la izquierda tradicional chilena tendrán capacidad para controlar las decisiones de la Convención Constituyente.
Además de los independientes, la lista “Apruebo con dignidad”, la alianza entre el Frente Amplio y el Partido Comunista, también es vencedora de esta elección ya que derrotó a su competidor directo, la Concertación, con 28 escaños.
“Esto es un triunfo categórico del cambio, de los deseos de transformación de nuestro país para tener un Chile más digno, más justo y más próspero. Es un rechazo a la derecha”, dijo el excanciller y precandidato presidencial Heraldo Muñoz, del socialdemócrata Partido por la Democracia (PPD). “Hay un cuestionamiento de la clase política, la gente quiere cambios, quiere ilusiones nuevas, quiere propuestas”, agregó Muñoz.
“Se está reconfigurando el sistema político, hay nuevos aires para Chile, pero también es complejo porque se requerirá negociar con cada uno los independientes y lidiar con cada una de sus posturas dentro de la Convención Constituyente”, dijo a la AFP Mireya Dávila, académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.
La participación se situó en cerca de un 37% de los 14,9 millones del electorado, según una proyección preliminar, muy por debajo del 50,9 % registrado en el plebiscito del pasado octubre.
La anterior Carta Magna, redactada durante la dictadura de Pinochet (1973-1990), se considera como el origen de las desigualdades sociales en Chile. La reforma constitucional fue la forma que el sistema político chileno encontró para apaciguar las masivas manifestaciones que estallaron el 18 de octubre de 2019, dejando una treintena de muertos y daños millonarios en el comercio y el mobiliario público.
Casi un mes después del comienzo de esas protestas, cuando varios edificios ardían en Santiago, las fuerzas políticas anunciaron un acuerdo para llamar a un plebiscito para decidir sobre el cambio de la Constitución, que finalmente se celebró el 25 de octubre de 2020.
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