Hacia finales de 2019 -cuando la pandemia aún no existía-, en la soledad de su casa frente a la plaza principal de José Ignacio y a tres cuadras del mar, su mujer le planteó un ultimátum y le exigió volver a la Argentina. Allí, en su país natal, estaban sus amigas del Northlands School y sus familiares a quienes extrañaba demasiado. Él, español de nacimiento y uruguayo por elección, aceptó cruzar el charco temporalmente, transitando el camino inverso que habían comenzado a recorrer miles de argentinos. Sin embargo, el COVID-19 trastocó sus planes y retornaron al pueblo frente al mar.
Según afirman quienes la conocen, Paula Martini -nacida en Buenos Aires- ya no soportaba la vida en José Ignacio, donde Martín Pittaluga -su esposo- gerencia La Huella -uno de los restaurantes más emblemáticos de aquel paraíso situado a tan solo 40 minutos de distancia de Punta del Este- y en donde ella es dueña de una tienda de indumentaria. La oferta matrimonial, sin embargo, se desvaneció ante el coronavirus, y debieron regresar. Ambos seguirían trabajando mientras las restricciones se los permitiera.
En las rústicas mesas de madera frente al mar suelen sentarse personalidades top de Uruguay, pero, sobre todo, de Argentina, Brasil, Estados Unidos y Europa. Empresarios, políticos, deportistas de élite, artistas, modelos. Todos quieren sentarse allí. Es el lugar más chic del pueblo del faro donde cientos eligen almorzar con el sol en lo más alto y acompañados de unas caipis o comer por la noche, cuando la luna alumbra las olas y una buena elección suele ser un vino Garzón. El éxito está asegurado para Pittaluga, que hizo de La Huella un spot de exclusividad. En las mejores temporadas ¡mil clientes! pasaron por día, ecuación que se vio comprometida en 2020 y en el inicio de este 2021.
Sin embargo, muchos de aquellos que suelen frecuentar su parador y que casi no consultan la carta y van directo a la pesca del día con papa aplastada y al volcán de dulce de leche o chocolate leyeron con curiosidad un mensaje político que el empresario gastronómico compartió en su cuenta de Twitter: “¿Solidaridad? En vez de condenar la violencia desmedida del gobierno reaccionario de (Benjamin) Netanyahu. Más de 50 muertos es lamentable y triste”, dijo Pittaluga. El emprendedor hacía referencia a un artículo del periódico uruguayo La Diaria, cuyo título era: “Lacalle Pou llamó al embajador de Israel y le manifestó su solidaridad”.
De inmediato, decenas de personas comenzaron a mostrar su sorpresa y a indignarse con el gastronómico, quien contestó algunas de las réplicas. Muchos de quienes se sintieron ofendidos eran incluso personas que se percibían amigos de Pittaluga. El mensaje que más llamó la atención fue uno con mucho más peso en el mundo empresario uruguayo y regional. Se trata de la opinión de Marcos Galperin, fundador y CEO de Mercado Libre. Radicado en Uruguay desde el inicio del actual gobierno kirchnerista de Alberto Fernández, el empresario argentino dijo, contundente: “Sugiero visites Franja de Gaza y milites ahí el matrimonio homosexual, los derechos de la mujer y la democracia igualitaria para que sientas lo que es la ‘violencia desmedida’...”. Esa respuesta obtuvo miles de retuits y de likes.
Otro de los indignados fue Jeordan Legon, un empresario y director de Alnylam Pharmaceuticals, radicado en Boston, Estados Unidos, quien solía deleitarse en aquellas exclusivas mesas: “Una lástima, amigo, tu opinión tan equivocada. Tu restaurant era uno de mis preferidos en el mundo. Pero nunca más iré”. Otro le indicó: “Acabás de perder chiquicientos clientes, dudo que ganes uno solo con lo que acabas de poner. Informate antes de poner cualquier guarangada”.
El boicot contra su casa de comidas había comenzado. A tal punto que muchos prometieron que tampoco visitarían las instalaciones de Quinto La Huella en Miami, en el número 788 Brickell Plaza, aunque desde el entorno de Pittaluga juren que ya no es más de él. En cambio sigue siendo dueño de un café emblemático en Montevideo: Atorrante. Tampoco tiene nada que ver, según aseguran, con Orillas, otro restó exclusivo del que fue socio.
Las críticas no se detuvieron y llovieron desde otros ámbitos. Hasta el ex director del Teatro Colón de Buenos Aires, Darío Lopérfido, cuestionó las palabras del gourmet de José Ignacio: “Estimado Martín: Hamas es una organización terrorista que viene lanzando misiles sobre poblaciones civiles. Israel está defendiendo a sus ciudadanos de ataques incesantes. No des vuelta la historia. ¡Cariños!”.
Un día después del polémico tuit, Pittaluga se defendió y aclaró que no era antisemita ni antisionista. “Quiero aclarar: No soy antisionista, mucho menos antisemita. De ninguna manera reivindico al movimiento Hamas, a quien considero un grupo terrorista. Mi opinión es contraria a la política de Netanyahu. Creo en la coexistencia en paz de los dos países, Israel y Palestina”, manifestó. Galperin volvió a responderle: “Me consta que no sos antisemita. ¡Abrazo de paz!”, le dijo el CEO de Mercado Libre. “Gracias, Marcos, valoro mucho tu mensaje”, concluyó el empresario gastronómico.
La Huella
Hace muchos años José Ignacio -balneario uruguayo ubicado en el departamento de Maldonado- era un rústico pueblo de pescadores. Poco a poco fue poblándose y desarrollándose gracias a los visitantes que se encantaban con sus amplias playas y sus espectaculares vistas que llegan al Atlántico Sur. Uno de los primeros restaurantes de la zona fue el parador La Huella, fundado por Pittaluga y dos socios -Gustavo Barbero y Guzmán Artagaveytia- que acompañaron la evolución de este lugar para transformarlo en un destino turístico glamuroso. Tal es (¿era?) el éxito del lugar que los visitantes estaban dispuestos a esperar más de una hora por una mesa en algún rincón.
Fue en 2001 cuando se abrieron las puertas del lugar y rápidamente fue haciéndose conocido en todos los balnearios de la zona. Los fundadores comprendieron la idiosincrasia uruguaya y la de los extranjeros que visitaban el lugar, que en su mayoría eran argentinos. Un espacio único en América del Sur por la locación y por su precio y calidad de la comida siempre con un menú clásico. Los comensales reparten sus preferencias entre dos tragos marca registrada de La Huella: caipirinha o caipiroska. Sin embargo, un frecuentador de su barra ironizó: “Este mal trago sí que era algo inesperado”.
Hijo de diplomáticos y nacido en España, Pittaluga nunca se alejó emocionalmente de Uruguay, de donde es su familia. A pesar de que vivió en distintos países del mundo se arraigó fuertemente a la cultura, comida y tradiciones “charrúas”. Vivió muchos años junto con su mujer en José Ignacio, hasta que el año pasado decidieron mudarse a Buenos Aires pero justo comenzó la pandemia y volvieron a instalarse en su hogar del pueblo.
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