El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, decidió que su gobierno destine 5.500 millones de reales (más de 1.000 millones de dólares) para la producción y distribución de vacunas contra el COVID-19, incluidas 50 millones de dosis del inmunizador de AstraZeneca.
La Secretaría General de la Presidencia informó que el dinero debe garantizar el suministro de estas dosis en el segundo semestre del año y que será un complemento a los 20 mil millones de reales (un poco más de 3.800 millones de dólares) destinados a fines del año pasado para la compra de inmunizadores.
En un comunicado, el Ejecutivo expresó: “Ante este contexto excepcional derivado de la pandemia del COVID-19, que tiene impactos demasiado negativos en la salud pública, la economía y el desarrollo de otras políticas públicas, es imperativo abrir el crédito extraordinario en cuestión“.
Y agregó: “El Estado brasileño redobla sus esfuerzos para garantizar la oferta regular de servicios y programas dirigidos a la población en general, especialmente a los más vulnerables, otorgando a los organismos y agentes públicos el acceso a instrumentos capaces de mitigar los efectos nocivos de pandemia en la sociedad brasileña“.
La decisión del Ejecutivo brasileño llega en momentos de fuertes cuestionamientos en materia de vacunación. Al gobierno de Jair Bolsonaro se le reprocha la lentitud en el proceso de inoculación de la población.
Hasta este lunes, cerca del 17 % de la población del país, de unos 210 millones de habitantes, recibieron la primera dosis de la vacuna, mientras que el 8,5 % fueron inoculados con la segunda.
La fórmula de AstraZeneca responde por el 26,4 % de las dosis aplicadas en Brasil desde el inicio de la campaña nacional de inmunización, el pasado enero, según datos de la cartera de Salud.
En otro orden, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil recomendó la suspensión “inmediata” de la aplicación de la vacuna anticovid desarrollada por el laboratorio AstraZeneca en asociación a la Universidad de Oxford en mujeres embarazadas.
La recomendación de la agencia reguladora es que “la indicación del prospecto del inmunizante”, que incluye la posibilidad de formación de coágulos sanguíneos, sea seguida por el Programa Nacional de Inmunización llevado a cabo por el Ministerio de Salud.
“La orientación es resultado de la vigilancia de eventos adversos realizado de forma constante sobre las vacunas contra el COVID-19 que están en uso en el país”, señaló la Anvisa en una nota técnica difundida la noche del lunes.
La nota no menciona efectos específicos de reacciones adversas detectadas en embarazadas, pero el Ministerio de Salud confirmó que investiga el caso de una gestante que desarrolló trombosis pocos días después de haber sido inoculada con la fórmula de AstraZeneca en Río de Janeiro.
Anvisa igualmente alertó de que el uso de vacunas en situaciones que no están previstas en el prospecto solo debe ser realizado ante la “evaluación individual” de un profesional de salud “que considere los riesgos y beneficios de la vacuna para la paciente”.
“El prospecto actual de la vacuna contra el COVID-19 de AstraZeneca no recomienda el uso de la vacuna sin orientación médica”, completó.
Tras la recomendación del regulador, algunos estados del país, entre ellos San Pablo y Río de Janeiro, anunciaron este martes la suspensión preventiva de la inmunización de gestantes y puérperas de forma temporal.
En abril pasado, Brasil, uno de los países más azotados por la pandemia, con más de 423.000 muertos, incluyó a todas las mujeres embarazadas y puérperas en los grupos prioritarios del programa nacional de vacunación, al considerar que ellas “poseen riesgo obstétrico elevado independientemente de la edad”.
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