Jair Bolsonaro encabezó este domingo una multitudinaria caravana de motociclistas en Brasilia, en una nueva movilización de sus simpatizantes para apoyar a su gobierno, bajo presión por su cuestionado manejo de la pandemia de coronavirus, que deja casi 420.000 fallecidos.
Rodeado de un fuerte operativo de seguridad, el presidente de Brasil, de 66 años, partió de la residencia oficial Palacio de Alvorada junto a cientos de motociclistas para recorrer durante una hora el centro de la capital, en una convocatoria para conmemorar el Día de las Madres.
“Tuvimos un problema gravísimo el año pasado, algo que nadie esperaba, la pandemia, pero poco a poco estamos venciendo. Pueden estar seguros: como jefe supremo de las Fuerzas Armadas jamás mi Ejército irá a las calles para mantenerlos dentro de casa”, manifestó Bolsonaro a sus seguidores, concentrados en las afueras del Palacio de Alvorada tras el recorrido.
Al final del recorrido, el presidente brasileño, férreo crítico del confinamiento social para enfrentar la pandemia, se tomó fotografías, estrechó manos con decenas de seguidores -muchos entre quienes, al igual que el mandatario, no llevaban el barbijo de protección-, y agradeció el “apoyo a un gobierno que se identifica en gran medida con el Ejército”.
“Estoy participando del acto en apoyo a todo lo que [el gobierno] ha hecho en estos dos últimos años para rescatar a Brasil”, dijo Carlos Toledo, de 61 años, tras el recorrido, en el que muchos motociclistas llevaron la bandera brasileña, convertida en símbolo de las movilizaciones pro Bolsonaro.
Bajo el embate de una segunda ola de la pandemia, Brasil se ha convertido en el país con mayor índice de mortalidad en el continente americano y en el Hemisferio Sur, aunque el ritmo de contagios se ha reducido en las últimas semanas.
El pasado 1 de mayo, los seguidores de Bolsonaro realizaron multitudinarias marchas y caravanas motorizadas en ciudades como Brasilia, Sao Paulo y Río de Janeiro, solo tres días antes de que una comisión del Senado comenzara a investigar las acciones del gobierno para enfrentar la pandemia en Brasil.
En su declaración el martes ante el Senado, el ex ministro Luiz Henrique Mandetta, destituido en abril de 2020 por defender el distanciamiento social para contener el virus, afirmó que alertó “sistemáticamente” al presidente Bolsonaro sobre las “gravísimas consecuencias” de sus posturas frente a la pandemia.
Al día siguiente, el ex ministro Nelson Teich, que sucedió a Mandetta por casi un mes, dijo que su renuncia a la cartera de Salud se debió a la presión del mandatario para prescribir cloroquina contra el covid-19, pese a ser un remedio ineficaz contra el virus y potencialmente peligroso.
El 19 de mayo, está prevista la declaración del ex ministro de Salud, general Eduardo Pazuello, destituido en marzo en medio de fuertes críticas a su gestión, principalmente debido a la demora de Brasil para negociar vacunas contra el covid-19.
El 15 de mayo se prevé otra gran movilización de los seguidores del gobierno.
Bolsonaro, por su parte, calificó de “bochorno” la comisión instalada en el Senado que investiga posibles omisiones de su Gobierno en la gestión de la pandemia del coronavirus. “Es un bochorno, sólo se habla de cloroquina. Pero el que es contrario no ofrece alternativa. ¿Alguien ya tomó aquí?”, preguntó el gobernante el sábado a un grupo de seguidores, en la puerta de su residencia oficial en Brasilia.
“Vamos a hacer un video con todos aquellos ministros que tomaron hidroxicloroquina (derivado de la cloroquina) para que digan: Yo la tomé. Es la alternativa del momento. ‘Ah, pero no tiene comprobación científica’, pero es que tampoco hay algo diciendo lo contrario”, se justificó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha pronunciado en diversas ocasiones al respecto de la ineficacia de la cloroquina y la hidroxicloroquina para el tratamiento preventivo de la covid-19 e incluso alertado sobre posibles efectos adversos cuando se usa para esa enfermedad.
Sin embargo, Bolsonaro, que censura el uso de mascarillas y el aislamiento social para combatir la pandemia, ha promovido con asiduidad la administración de este medicamento, el cual su Gobierno ha distribuido de forma masiva a los estados brasileños.
En ese marco, el presidente sí se mostró interesado en que la comisión parlamentaria esclarezca algunos casos de muertes registradas en Manaos, capital del estado de Amazonas, vinculados a la aplicación de una dosis alta de cloroquina. “Cualquier medicamento en exceso puede provocar la muerte”, advirtió.
Brasil es el segundo país del mundo con mayor número decesos asociados a la covid-19, con casi 420.000, y el tercero con más infectados, con más de 15 millones, por detrás apenas de Estados Unidos e India.
Con información de AFP
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