El Gobierno de Río de Janeiro ha informado este viernes de que el operativo contra el narcotráfico en la favela Jacarezinho se ha saldado finalmente con 28 muertos, entre ellos un agente, mientras se denuncia la actuación de los agentes.
Así, se han sumado tres víctimas mortales más de la redada, las cuales han fallecido en el hospital, según ha precisado el Gobierno del municipio, que ha indicado que 26 de los 27 fallecidos estaban registrados en antecedentes penales, recoge G1.
Un día después del operativo policial más letal de Río de Janeiro, aún se espera que algunos cuerpos sean trasladados al Instituto Médico Legal (IML) para ser examinados. Mientras la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Brasil ha publicado una lista con 16 personas identificadas.
Por su parte, la Policía Civil no ha divulgado la identidad de los fallecidos y algunos familiares de las víctimas intentan liberar los cuerpos que ya han pasado por el IML.
Tras el operativo que se ha llevado a cabo en la favela, ubicada al norte de la ciudad, la Procuraduría General de la República (PGR) ha dado cinco días a las autoridades para presentar información sobre el procedimiento.
La solicitud se ha enviado al gobernador del estado, Claudio Castro, al procurador general de Justicia, Luciano Mattos, a la Policía Civil y Militar, al Tribunal de Justicia y a la Defensoría del Pueblo.
Sobre la redada, Castro ha afirmado que la Policía recibió una “reacción brutal” por parte de los objetivos del operativo, “la (reacción) más brutal de los últimos tiempos”, con “armas de guerra dispuestas a repeler la acción estatal y evitar arrestos a toda costa”, informa UOL.
En este sentido, el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, ha criticado la política de seguridad del Gobierno estatal. “Por un lado, la población elige a un sujeto que dice que disparar a la cabeza es absolutamente normal. Por otro lado, existen decisiones del máximo tribunal del país que prohíben al Estado ejercer el monopolio de la fuerza en determinadas zonas de la ciudad. Son dos visiones absolutamente radicales”, ha dicho.
Por otro lado, el secretario de la Policía Civil de Río de Janeiro, Allan Turnowski, ha dicho este viernes, en un discurso en el entierro del policía fallecido, André Frias, que “cualquiera que sepa un poquito de operativos, sabe que el traficante, el criminal, cuando entramos a la comunidad, dispara para escapar”.
“Ayer (el jueves) dispararon para custodiar su posición, para matar. Tenían órdenes de confrontar, de quedarse (...). Y lo que la Policía Civil mostró ayer fue madurez, profesionalismo, para mostrarle a la sociedad que el narcotraficante que invadió la casa del vecino, es enemigo de toda la sociedad”, ha añadido.
“EJECUCIONES ARBITRARIAS”
Por su parte, el juez del Tribunal Supremo de Brasil, Edson Fachin, ha valorado este viernes el operativo policial señalando que existen indicios de que pudieron haberse producido “ejecuciones arbitrarias”.
Fachin ha enviado una carta al fiscal general, Augusto Aras, alertando de posibles irregularidades durante la operación de la Policía Civil de Río de Janeiro, la cual tenía restringido este tipo de acciones, salvo casos excepcionales, debido a la crisis de la pandemia, tal y como ordenó el Supremo.
“Los hechos denunciados parecen serios y, en uno de los videos, hay indicios de hechos que, en teoría, podrían constituir una ejecución arbitraria”, ha señalado Fachin en su escrito a Aras.
La reacción de Fachin coincide con las de algunas autoridades brasileñas más, como la Fiscalía de Río de Janeiro y la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de Brasil, que han anunciado una investigación acerca de lo que han calificado como una “matanza”.
Las organizaciones de Derechos Humanos se han hecho eco de los testigos que presenciaron algunas de estas muertes, quienes han relatado que los agentes dispararon contra ellos cuando ya se habían rendido. Las autoridades también han cuestionado que los agentes transportaran los cadáveres, impidiendo así el peritaje de los funcionarios judiciales.
Este viernes se han producido algunas manifestaciones en varios puntos de Río de Janeiro para protestar contra la violencia policial, en especial sobre aquella que se ejerce, denuncian, de manera indiscriminada contra los vecinos de las favelas.
La Policía Civil de Río de Janeiro desplegó el operativo especial en la favela de Jacarezinho contra un grupo criminal al que se acusaba, entre otras cosas, de reclutar a menores de edad para que cometieran robos, secuestros y asesinatos. Su irrupción en la favela desencadenó un tiroteo que ha dejado 28 muertos. La Policía ha defendido que durante la operación se cumplieron todos los protocolos y ha calificado a los fallecidos de “bandidos”, “criminales” y “homicidas”.
Jacarezinho está considerada como la base del Comando Vermelho, el grupo narcotraficante con mayor actividad en Río de Janeiro. La favela está llena de callejones y rodeada de barricadas instaladas por los grupos de delincuentes, lo que dificulta el acceso de vehículos blindados, entre otros.
(Con información de Europa Press)
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