El candidato peruano Pedro Castillo, favorito para la segunda vuelta presidencial del 6 de junio, ha estado intentando desmarcarse de algunos lineamientos de su propio partido, cuyo plan de gobierno muestra una estrecha cercanía a la doctrina del “socialismo del siglo XXI”.
“Yo creo que ahora si es un clon real de Hugo Chávez, dice una cosa pero luego hace otra”, ha afirmado su rival, Keiko Fujimori. En tanto, en las calles de Lima, decenas de paneles publicitarios en las principales avenidas invocan a no votar por el “comunismo”.
El plan de Perú Libre fue suscrito por el fundador del partido, Vladimir Cerrón, un controvertido ex gobernador de una región andina que fue suspendido de su cargo por una condena penal, acusado de aprovechamiento de su cargo. Es representante de la línea dura y la bancada de más de 30 congresistas electos son más afines a sus posturas. El candidato corre el riesgo de que en caso gane alejándose de su plataforma, gobierne en una minoría legislativa comparable con la de Pedro Pablo Kuczynski, elegido en 2016 y que duró menos de dos años en el Ejecutivo.
“El que va a gobernar soy yo”, manifestó recientemente Castillo, tras rechazar el “ideario” presentado y firmado por Cerrón ante el Jurado Nacional de Elecciones, así como las opiniones radicales de izquierda de otros integrantes de su partido político.
Es llamativo que el programa fue escrito antes de que se desate la pandemia de coronavirus, por lo que no incluye ninguna mención a la enfermedad ni medidas para combatirlo. Sí, en cambio, tienen las bases de una postura que se define como marxista y leninista, en sintonía con otros regímenes de la izquierda en la región.
Apoyo al eje de izquierda latinoamericano
El documento cita varias veces a líderes como Fidel Castro y el boliviano Álvaro García Linera, pero uno de los más mencionados es el ecuatoriano Rafael Correa. Además, no escatima a la hora de nombrar a otros líderes, algunos de los cuales son considerados dictadores por sus abusos sobre los derechos humanos.
“Los presidentes Rafael Correa, Evo Morales, Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Lula da Silva, Dilma Rousseff, Fidel Castro, Raúl Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Manuel Zelaya, Daniel Ortega y Pepe Mujica estuvieron en el punto más alto de la integración latinoamericana, basada en principios soberanos”, indica Cerrón en su documento. Según destaca, el grupo “le dio dignidad al continente”, pero Perú “lamentablemente siempre fue una decepción ante estos intentos”.
Frente a las problemáticas del neoliberalismo, el ex gobernador indica que “el remedio tiene que ser la acción de una sociedad consciente de su misión revolucionaria”, una retórica similar a que emana de La Habana y Caracas.
Castillo, pero su parte, trata de deslindarse. “Aquí no hay nada de chavismo”, señaló en una entrevista. Y envió un mensaje al régimen venezolano: “Quiero decirle al señor Maduro que si por favor hay algo que tiene que decir concerniente al Perú, que primero arregle sus problemas internos; y que venga y se lleve a sus compatriotas que han venido, por ejemplo, aquí a delinquir”. En otra declaración, puntualizó: “No somos comunistas, no somos chavistas, no somos terroristas. Somos trabajadores como cualquiera de ustedes”
La oposición a Estados Unidos y al imperialismo
El tono antiimperialista se mantiene a lo largo de todo el documento. “EEUU diseñó un plan político, jurídico, económico, comercial, financiero, mediático y militar, para la dependencia de nuestros países bajo su designio, creando para este fin muchas instituciones supranacionales aparentemente democráticas”, indica Cerrón.
En ese plano, critica a la Organización de Estados Americanos (OEA), organización a la que no pertenecen Cuba ni Venezuela. “Constituye un organismo de control geopolítico de Latinoamérica y el Caribe (...) bajo cuya protección o indiferencia se avalaron golpes de Estado en varios países cumpliendo estrictamente órdenes de EEUU”, señala Cerrón, quien en cambio apunta su preferencia por la Comunidad de Estados Americanos y Caribeños (CELAC).
El secretario general de Perú Libre también dedica duros comentarios contra las ONG, los centros internacionales de arbitraje y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, entre otras instancias multilaterales.
Redacción de una nueva Constitución
Castillo, que ha ganado el apoyo de las regiones pobres, ha pregonado durante su campaña que si gana la presidencia llamará a un referéndum en busca de reescribir la Constitución Política para darle al Estado un rol más dominante en la economía. Un camino que siguieron Venezuela (1999), Ecuador (2008) y Bolivia (2009). También lo está siguiendo actualmente Chile, a través de una Asamblea Constituyente.
En ese plano, Castillo no se ha desmarcado en gran medida del plan original del partido. De hecho, en la alianza que firmó el miércoles con la izquierdista Verónika Mendoza, indicaron que buscarán “un nuevo pacto social” a través de una nueva Constitución redactada por una “Asamblea Popular”
Lo que está en duda es la forma en la que se buscará cambiar la Carta Magna. “Seremos respetuosos de esta Constitución Política hasta que el pueblo lo decida a través de un referéndum, hasta que el pueblo emane su voluntad, para que lo que venga del pueblo”, indicó. Pero el marco legal no es sencillo para el camino que busca Perú Libre.
Según explaya el documento de Cerrón, la Constitución de 1993 fue “impuesta tras un golpe de Estado, promovido por el gran empresariado nacional y transnacional, concretizándose los objetivos del Consenso de Washington, que les permitió adecuar la administración estatal a sus intereses e instaurándose un nuevo modo de producción al país conocido como neoliberalismo”.
Su propuesta, entonces, es la búsqueda de una nueva Constitución “solidaria, humanista, rescatista y nacionalizadora”, que “debe concluir en el desmontaje del neoliberalismo y plasmar el nuevo régimen económico del Estado”.
Avance sobre los medios de comunicación
Si en Venezuela abundan las denuncias de persecución contra la libertad de expresión, un plan como el expuesto por Perú Libre acarrearía escenarios similares.
“Los medios de comunicación son poderosos instrumentos de dominio, de hegemonía cultural, así la derecha tiene la capacidad de hacerles creer a los pobres que lo que a ellos les beneficia también los beneficia”, argumenta Cerrón en su plan de gobierno.
En ese sentido, propone la “eliminación de programas ‘basura’” y critica que el Estado haya “abdicado” en su rol protector. Sin tapujos, propone una revisión por parte del gobierno antes que se emitan los programas: “Los ministerios de Educación y Cultura deben evaluar los contenidos de la televisión y las radios antes de la difusión, evitando de esta forma que se atente contra la moral y las buenas costumbres de la sociedad peruana”.
También, critica la concentración de medios y propone un reordenamiento de la pauta estatal para apoyar a la “prensa alternativa”, en partes iguales que a los medios públicos (nacionales y regionales) y al sector privado.
En cuanto a la Sociedad Interamericana de Prensa, sostiene: “Es deber del Estado socialista independizarse de esta organización que concentra el poder mediático continental para defender el poder económico de la oligarquía americana”.
Castillo, consultado por estas propuestas, indicó: “Creo que si no hay libertad de prensa cometeríamos el gran error de que se digan cosas sesgadas (...). No se va a fiscalizar, sino llamar a una situación de consenso, conversar, y decir, usted como medio de comunicación, qué nos interesa más para el país”. Respecto a eventuales investigaciones periodísticas en su contra, respondió: “Debe ser una crítica constructiva”. A su vez, en el compromiso firmado este miércoles, expresó: “No puede existir democracia sin libertad de expresión”.
Nacionalización de yacimientos
El plan de Gobierno de su partido Perú Libre afirma que se nacionalizará los “sectores estratégicos” de la producción, como la minería, clave para la economía local.
El documento de Cerrón propone una revisión de “todos los nefastos contratos-ley que han sido en realidad la libertad para el saqueo del pueblo peruano”, con el objetivo de que el Estado pase a quedarse con el 80% de las ganancias. “Ecuador y Bolivia demostraron, bajo gobiernos de izquierda que esto es posible y viable”, resaltó. Posteriormente, explicó que refiere a que las ganancias de las transnacionales deben ser invertidas en el país y no llevarlas al exterior.
En caso de que las compañías no firmen estas condiciones, amenaza con la estatización. “Como medida no descartada frente a no aceptar las nuevas condiciones de negociación, el Estado peruano debe proceder a la nacionalización del yacimiento en cuestión de los sectores mineros, gasíferos, petroleros, hidroenergéticos, comunicaciones, entre otros. En algunos casos solamente debe recurrirse a la nacionalización y no la estatización, indemnizando al privado lo invertido y administrando el total de las utilidades generadas”, señaló.
Al respecto, Pedro Castillo ha rechazado la idea de estatizar empresas. “Nosotros respetamos la economía y vamos a darle seguridad jurídica a todos los empresarios”, declaró.
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