La Asamblea Legislativa de El Salvador, de mayoría oficialista, destituyó este sábado a los magistrados propietarios y suplentes de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) por supuestamente cometer “fraude a la constitución” y violar la separación de poderes.
La destitución, que deja incompleta y sin presidente al órgano Judicial, fue aprobada por 64 votos de los 84 diputados, todos del oficialismo.
Los votos fueron dados por los partidos Nuevas Ideas (NI), Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Partido de Concertación Nacional (PCN).
Los magistrados destituidos son el presidente de la Sala de lo Constitucional y de la CSJ, Jose Armando Pineda, y los magistrados propietarios Aldo Enrique Cáder, Carlos Sergio Avilés, Carlos Ernesto Sánchez y Marina de Jesús Marenco. Además de los suplentes Rogel Zepeda, José Cristóbal Reyes, Jorge Alfonso Quinteros, José Luis Lobo Castelar y Sonia Elizabeth Cortez de Madriz.
La mayoría parlamentaria acusa a los magistrados salientes de haber emitido sentencias “arbitrarias”.
Sin embargo, los miembros de esta sala, encargada de velar por el cumplimiento de la Carta Magna, declararon “la inconstitucionalidad del decreto de destitución” y denunciaron la intención de suprimir el control de los otros poderes del Estado.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, acusó en más de una ocasión a los jueces constitucionales de retirarle facultades para atender la pandemia del COVID-19.
“Y el pueblo salvadoreño, a través de sus representantes, dijo: ¡DESTITUIDOS!”, enfatizó Bukele al ser aprobada la destitución.
Bukele había librado una batalla contra la Sala de lo Constitucional que le bloqueó al menos 15 normas relacionadas con el manejo de la pandemia a mediados del 2020, la mayoría sobre regímenes de excepción. El tribunal consideró que vulneraba derechos fundamentales de la ciudadanía. En ese momento, el mandatario aseguró que la sala le había impedido cuidar de la vida de sus compatriotas.
La Sala de lo Constitucional es una de las cuatro que componen la Corte Suprema, y resuelve demandas de inconstitucionalidad, ‘habeas corpus’ y controversias entre los poderes del Estado.El asesor especial de Asuntos Hemisféricos en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Juan Sebastián González, repudió esta iniciativa por parte de la Asamblea Legislativa de El Salvador y publicó un un mensaje en su cuenta en la red social de Twitter, en la que rechazó la medida diciendo: “Así no se hace.”
A su vez, la subsecretaria interina de la oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Julie Chung, advirtió que “la existencia de una relación fuerte entre Estados Unidos y El Salvador dependerá de que el gobierno de El Salvador apoye la separación de poderes y de que sostenga las normas democráticas”.
Los parlamentarios de la oposición, ahora en minoría, cuestionaron todos los procedimientos. “Lo que se está haciendo esta noche en la Asamblea Legislativa, con una mayoría que el pueblo se las dio a través del voto, es un golpe de Estado”, dijo el diputado René Portillo, del derechista ARENA.
Los 84 diputados electos en los comicios del pasado 28 de febrero en El Salvador tomaron posesión este sábado en la Asamblea Legislativa para el período 2021-2024, lapso en el que el oficialismo tendrá mayoría. Con ese número los aliados de Bukele superan la llamada “mayoría calificada” en el Parlamento que, además de las funciones habituales de aprobar leyes, les permite ratificar préstamos, elegir procuradores, al fiscal general y el Tribunal Supremo Electoral y la Corte de Cuentas (contraloría).
El gobernante también podrá aprobar deuda del presupuesto, superar vetos, suspender y restablecer las garantías constitucionales, entre otras facultades.
Los diputados iniciaron la primera sesión de su legislatura con más de una hora de atraso para elegir a la Comisión de Instalación, formada por los legisladores Suecy Callejas, Eduardo Amaya y José Urbina, todos del oficialista Nuevas Ideas (NI).Callejas, que encabeza dicha comisión, dio un receso de 2 horas para revisar las credenciales entregadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y otros documentos antes de la elección de la Junta Directiva.
La nueva composición del Congreso, que en la legislatura 2018-2021 era de mayoría opositora, le permitirá al presidente Bukele gobernar hasta el fin de su gestión sin mayor oposición desde dicho órgano estatal.
El presidente y los diputados que concluyeron el viernes su gestión sostuvieron varias confrontaciones en el último año por el manejo de la pandemia de la covid-19.
Desde que asumió el poder el 1 de junio de 2019, Bukele, a quien sus rivales acusan de autoritario, no logró formar alianzas con Arena y el FMLN, que juntos tenían el control del Parlamento, con 60 de los 84 escaños.
En uno de los episodios más tensos con el Congreso saliente, el 9 de febrero de 2020 Bukele ingresó al recinto parlamentario, flanqueado por militares armados con fusiles, para presionar por un préstamo para su plan de lucha contra las pandillas.
Tras casi dos años de gobierno de un total de cinco, el mandatario de 39 años, de estilo frontal y coloquial, asiduo usuario de Twitter, capitalizó el descontento ciudadano hacia los partidos tradicionales y los venció en las parlamentarias del 28 de febrero.
“Los diputados que están por culminar su período en la Asamblea Legislativa dejan como herencia un claro abandono hacia los salvadoreños y un historial de acciones en contra de la esperanza que tenía la población de que se legislara en favor de sus intereses”, dijo la Presidencia en un comunicado el jueves.
(Con información de EFE)
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