La pandemia del coronavirus en Brasil, país que suma más de 14,6 millones de casos confirmados y 403.000 muertes, no impidió que miles de manifestantes saliesen este sábado a las calles, en las celebraciones del Día Internacional del Trabajo, para respaldar o protestar contra el Gobierno.
La mayoría de movilizaciones, realizadas con concentraciones y caravanas de automóviles, fueron a favor del presidente, Jair Bolsonaro, uno de los líderes más escépticos frente a la gravedad de la pandemia y ahora blanco de una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) instalada esta semana en el Senado que tiene por objetivo analizar denuncias contra la gestión de la crisis.
La céntrica Avenida Paulista, epicentro de grandes celebraciones por las conquistas y de manifestaciones populares, reunió centenas de personas con carteles en defensa del líder de ultraderecha, algunos pidiendo una intervención militar encabezada por él contra los poderes Judicial y Legislativo.
El acceso de vehículos a la turística e icónica playa de Copacabana, en Río de Janeiro, fue impedido por otro grupo de simpatizantes que se congregaron en el mismo lugar en el que dos días antes organizaciones no gubernamentales y activistas habían rendido un homenaje a las más de 400.000 víctimas del covid-19.
En el Distrito Federal de Brasilia otros 5.000 seguidores del gobernante, según los organizadores de la caravana, se movilizaron por las calles del centro administrativo conocido como Esplanada dos Ministerios.
En Recife, capital de Pernambuco y una de las principales metrópolis del Nordeste, la Avenida Boa Viagem, que bordea la playa del mismo nombre, recibió una gran cantidad de automóviles, que encabezados por camiones gigantes de sonido luego se desplazaron hasta el Marco Zero, en el centro de la ciudad.
Otras capitales, como Belem, en la Amazonía; Belo Horizonte (sudeste), Natal y Salvador (nordeste), registraron concentraciones, al igual que ciudades intermedias de gran porte como Campinas y Limeira, en Sao Paulo, e Ipatinga (Minas Gerais), respondiendo al llamado “Yo autorizo al presidente”.
El nombre de las marchas, convocadas para el Día del Trabajo, es interpretado como una respuesta a “la señal” de sus simpatizantes que Bolsonaro pedía en algunos discursos para “tomar acciones” ante la guerra política, aunque el Gobierno siempre se abstuvo de dar detalles y se esquiva para evitar comentar sobre esa situación.
Bolsonaro, un ex capitán de la reserva y nostálgico de la dictadura militar que gobernó el país entre 1964 y 1985, sobrevoló la caravana realizada en la capital brasileña en un helicóptero militar, aunque sin saludar a sus simpatizantes como lo ha hecho en recientes manifestaciones.
Actos en contra del Gobierno
Como es tradicional todos los años, aunque en menor número por causa de las restricciones impuestas en varias regiones para evitar contener el avance del coronavirus, las centras sindicales convocaron a diferentes movilizaciones para celebrar el 1 de mayo y, de paso, protestar contra el poder Ejecutivo.
Sao Paulo, Belo Horizonte y Salvador realizaron actos en los que movimientos sociales levantaron su voz contra la falta de vacunas que viene retrasando el cronograma del Plan Nacional de Inmunización (PNI).
En Salvador, por ejemplo, el turístico mirador Farol de Barra fue rodeado por cruces en homenaje a las víctimas del covid-19, mientras que en el centro de la ciudad los sindicalistas llevaron bolsas mortuorias negras para recordar a los muertos de la pandemia.
“Bolsonaro genocida”, “Fuera Bolsonaro”, “Impeachment ya”, “Vacuna ya” y pedidos para quebrar las patentes de los inmunizantes que están en manos de las farmacéuticas privadas fueron algunas de las consignas en los carteles de los manifestantes.
Con información de EFE
SEGUIR LEYENDO: