El director del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner, aseguró este jueves que existe un “entendimiento importante” con el presidente electo de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso.
Werner explicó en una rueda de prensa que el Fondo estaba “a la expectativa del resultado electoral” en Ecuador a la vez que sus equipos realizan la segunda revisión técnica del préstamo por 6.500 millones de dólares al Gobierno del presidente saliente de ese país, Lenín Moreno.
“Cuando el equipo del presidente electo esté listo para empezar a interactuar con nuestros equipos, claramente empezaremos a intercambiar puntos de vista”, dijo sobre Lasso, quien el domingo pasado se convirtió en el flamante presidente de Ecuador tras ganar las elecciones con un 52,3% de los votos, frente a Andrés Arauz, delfín político del ex jefe de Estado Rafael Correa.
“Ellos conocen muy bien el programa que se tiene en operación con el presidente Moreno porque hemos tenido conversaciones con todos los candidatos y además con el equipo del presidente electo Lasso se han tenido encuentros durante muchos años”, detalló.
“Hay un entendimiento importante que nos permitirá básicamente empezar a trabajar sobre una base”, agregó.
En septiembre del año pasado, el Directorio del FMI aprobó con el Gobierno de Moreno un préstamo para que el país accediera a 6.500 millones de dólares para hacer frente a la crisis provocada por la pandemia del coronavirus.
Arauz había declarado que, de llegar al poder, no tenía intención de cumplir con las condiciones pactadas entre el Fondo y Moreno.
El FMI, por su parte, hizo público este jueves una revisión de las previsiones económicas regionales, que incluyen un crecimiento de la economía latinoamericana de un 4,6% en este 2021 impulsada por la recuperación de Estados Unidos, la aceleración del ritmo de vacunación y la reapertura de ciertos sectores.
Durante una entrevista con la cadena CNN, Lasso anunció que el primer día de su Gobierno -el próximo 24 de mayo-, presentará al Congreso una reforma tributaria con el objetivo de incentivar la economía del país.
“La reforma no tendrá por objetivo aumentar impuestos. Todo lo contrario. Hay un impuesto sobre las ventas de los microempresarios que tenemos que eliminarlo porque no puede haber un impuesto a la renta, sino a la venta”, comentó Lasso.
En ese sentido, el flamante jefe de Estado buscará eliminar el tributo del 2% sobre las ventas de las microempresas Asimismo, adelantó que eliminará gradualmente el impuesto a la salida de divisas, durante los cuatro años que durará su mandato.
Con la intención de reactivar el sector turístico, el líder del movimiento Creando Oportunidades (Creo) dijo que planteará la posibilidad de que se baje el IVA durante cuatro feriados del año.
“No tenemos previsto crear un impuesto o aumentar las tasas actuales”, señaló Lasso, quien además aclaró que combatirá la evasión fiscal: “No me diga que es un empresario de 10 o 20 años y nunca gana dinero y no paga impuestos”.
Durante la campaña el presidente electo de Ecuador ya había prometido incentivos tributarios, créditos a 1% de interés y un ajuste progresivo del salario mínimo hasta llegar a los 500 dólares. También sostuvo que buscará crear dos millones de empleos y construir 200.000 viviendas rurales.
Lasso prometió además que propondrá nuevos contratos de riesgo compartido con empresas privadas en el sector petrolero con el fin de impulsar la producción de crudo y que respetará los contratos que ya están operando actualmente.
Lasso, un conservador que pregona el libre comercio, también remarcó en campaña la importancia de que Ecuador “forme parte de la Alianza del Pacífico, de la manera más urgente posible”.
El nuevo mandatario deberá hacer frente a una economía muy golpeada por la pandemia, pero con problemas que venían de tiempo atrás, como la falta de liquidez y una deuda que creció aún más durante la crisis sanitaria por el coronavirus. Para eso, sostuvo que buscará “desde el primer día un tratado de libre comercio con los Estados Unidos”.
El año pasado Ecuador registró una caída del PIB del 7,8%. Además, arrastra una deuda pública superior a los 63.000 millones de dólares, que representa el 63% del Producto Interno Bruto (PIB).
Con información de EFE
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