Médicos Sin Fronteras (MSF) advirtió este jueves que Brasil vive una “catástrofe humanitaria” debido a la “fallida” respuesta del Gobierno del presidente Jair Bolsonaro ante la pandemia. La organización internacional instó a que en el país sudamericano se lleve a cabo una coordinación centralizada para evitar una mayor propagación de la covid-19.
“Estamos extremadamente preocupados con lo que ocurre en Brasil. Es algo extremadamente alarmante”, afirmó en una rueda de prensa el presidente internacional de MSF, Christos Christou.
MSF, entidad ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1999, alertó que la “falta de voluntad política” está costando la vida de miles de personas en Brasil, donde el virus ya deja más de 360.000 muertos y 13,6 millones de casos confirmados desde el inicio de la pandemia, hace poco más de un año.
“Para que no sigan produciéndose más muertes que serían evitables, Médicos Sin Fronteras (MSF) pide a las autoridades brasileñas que reconozcan urgentemente la gravedad de la crisis y que pongan en marcha un sistema central de coordinación y respuesta frente a la COVID-19″, señala el organismo internacional en un comunicado.
Brasil es el segundo país con más fallecidos por covid-19, después de Estados Unidos. A diferencia de la nación norteamericana, donde la tendencia es decreciente, en el país suramericano la curva epidemiológica sigue descontrolada.
Médicos Sin Fronteras recordó que tan solo la semana pasada Brasil registró el 11% de las nuevas infecciones de coronavirus y el 26% de las muertes notificadas en todo el planeta. “El 8 de abril se registraron 4.249 muertes por COVID-19 en el país en un periodo de tan solo 24 horas, así como 86.652 nuevos contagios. Estas inaceptables cifras son una clara evidencia del fracaso de las autoridades para gestionar la crisis humanitaria y de salud pública que atraviesa el país”.
La trágica situación de Brasil ha sido promovida por la “incapacidad” gubernamental de responder a la pandemia, la falta de coordinación, la omisión de las evidencias científicas y la divulgación de noticias falsas, según declaró la directora general del centro de Bruselas, Meinie Nicolai, durante la rueda de prensa, sin citar directamente a Bolsonaro.
Desde el comienzo de la pandemia el presidente brasileño ha criticado duramente las medidas de distanciamiento social, cuestionado la eficacia de mascarillas y defendido el uso de medicamentos sin eficacia comprobada en la lucha contra la covid-19, como la hidroxicloroquina.
A ello se suma el colapso de una parte del sistema sanitario brasileño, que sufre con escasez de medicamentos y material para intubar a los pacientes graves de coronavirus.
“El Gobierno le está fallando a la gente en Brasil (...) No se trata solamente de que lleguen suministros médicos como oxígeno, sedantes y EPP donde sea necesario. También ha de promoverse e implementarse en la ciudadanía el uso de mascarilla, el distanciamiento físico, medidas estrictas de higiene y la restricción de movimientos y actividades no esenciales en la comunidad, de acuerdo con la situación epidemiológica que haya en cada lugar”, agregó Nicolai.
MSF, que actúa en conflictos armados, epidemias, desastres naturales y desnutrición en algunos de los países más pobres del mundo, también criticó la falta de planificación y coordinación entre las autoridades federales de salud y sus contrapartes estatales y municipales y aseguró que la misma “está teniendo consecuencias letales”.
En esa línea, la organización médica y humanitaria recordó que la semana pasada las unidades de cuidados intensivos (UCI) “estaban colapsadas en 21 de las 27 capitales de Brasil”. “La devastación que los equipos de MSF presenciaron por primera vez en la región de Amazonas se ha convertido a día de hoy en una realidad en la mayor parte de Brasil”, dijo Pierre Van Heddegem, quien se desempeñó como coordinador de Emergencias para la respuesta de MSF al coronavirus en Brasil hasta hace unos días
Por ello, el presidente de la organización instó al Gobierno de Bolsonaro a responder de forma urgente ante la pandemia, con una coordinación a todos los niveles y “basándose en la ciencia”: “Las medidas de salud pública se han convertido en un campo de batalla político en Brasil”.
“No solo los pacientes mueren sin acceso a la atención médica, sino que el personal médico está exhausto y sufre un trauma psicológico y emocional severo debido a las condiciones en las que tienen que llevar a cabo su trabajo”, detalló Van Heddegem.
MSF también advirtió sobre la escasez de profesionales sanitarios locales: “Y a pesar de ello, el personal de salud extranjero, e incluso los brasileños que cuentan con certificaciones extranjeras, no pueden trabajar en Brasil”.
En su comunicado, el organismo internacional cuestionó el lento avance de la vacunación en el país: “Hasta ahora solo alrededor del 11% de las personas ha recibido al menos una dosis. Esto significa que millones de vidas en Brasil, e incluso más allá de sus fronteras, están en riesgo por las más de 90 variantes del virus que circulan actualmente en el país, así como por las nuevas variantes que puedan surgir”.
Y concluyó: “La respuesta en Brasil debe reiniciarse de forma urgente, basándose en la ciencia y de forma coordinada, para así evitar más muertes y la destrucción del antes prestigioso sistema de salud brasileño”.
La alerta realizada hoy por Médicos Sin Frontera va en línea con el estudio publicado en la revista Science, referencia de la ciencia mundial, en el que un grupo de diez científicos de Estados Unidos y Brasil acusan al gobierno Bolsonaro de ser el principal responsable por los errores cometidos en la pandemia.
El artículo cita las causas que han promovido la propagación del virus en Brasil, entre ellas, la ausencia de bloqueos entre ciudades y estados, el escaso número de tests realizados, la falta de una política nacional de distanciamiento social y el negacionismo de algunos gobernantes.
El estudio fue publicado la misma semana en la que el Senado autorizó la apertura de una investigación parlamentaria contra Bolsonaro por la gestión de la crisis sanitaria del coronavirus, una enfermedad que el presidente ha insistido en calificar de gripecita.
Con información de EFE
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