Guillermo Lasso será el próximo presidente de Ecuador tras resultar ganador de las elecciones celebradas este domingo. De esta manera, el ex banquero impidió el regreso del correísmo al poder, a través de su candidato Andrés Arauz.
La tercera fue la vencida para el flamante mandatario, de 65 años, quien había perdido las elecciones de 2013 y 2017, frente a Rafael Correa y Lenín Moreno, respectivamente.
Con el 19,74% de los votos, Lasso llegó con lo justo al ballotage de este domingo. Aquel 7 de febrero le sacó apenas 33.000 sufragios al líder indígena Yaku Pérez (19,39%), otro anticorreísta, pero de izquierda. Arauz fue quien ganó esa primera vuelta con el 32,72%.
La semana pasada cerró la campaña electoral con un llamado de unidad al pueblo ecuatoriano. “Venimos de 14 años de dos Gobiernos que se dedicaron a enfrentar a los ecuatorianos, y no existe nada peor que el odio y la venganza. Por ello, necesitamos estar unidos; y, con el apoyo de todos, saldremos adelante de esta crisis”, dijo a sus simpatizantes, en Guayaquil.
“Ante la diversidad caben dos actitudes. La del Gobierno, que durante más de una década persiguió a todos los que no se ajustaban a los gustos de un caudillo (alusión a Correa), y, la nuestra, que considera que la diversidad es uno de los mayores capitales con los que contamos”, agregó.
En total contraposición a las ideas propuestas por el correísmo, Lasso, un conservador que pregona el libre comercio, remarcó durante la campaña electoral la importancia de que Ecuador “forme parte de la Alianza del Pacífico, de la manera más urgente posible”.
Respecto a la pandemia de coronavirus, propuso vacunar a nueve millones de personas en sus primeros 100 días de gobierno. Habrá “un cambio de modelo que de vuelta a la página al pasado de corrupción, de ineficiencia y de despilfarro de los recursos públicos”, manifestó en campaña.
En el plano económico, Lasso prometió incentivos tributarios, créditos a 1% de interés y un ajuste progresivo del salario mínimo hasta llegar a los 500 dólares. También plantea crear dos millones de empleos y construir 200.000 viviendas rurales.
Este domingo, luego de emitir su voto, prometió “un Ecuador de oportunidades, un Ecuador libre, donde todas las familias ecuatorianas puedan alcanzar la prosperidad”. Además, señaló que promoverá un país donde “toda mujer se sienta protegida, respetada, cuidada, donde todos los miembros de la comunidad LGBTI sientan la protección y el respeto para que nunca más sean estigmatizados, discriminados y tengan las mismas oportunidades de desarrollo profesional y académico que cualquier otro ecuatoriano”.
El líder del movimiento CREO, que se presentó en alianza con el Partido Socialdemocráta (PSC), también habló de protección a las madres solteras, a las adolescentes embarazadas, y de apoyo al sector agrícola y ganadero.
Aunque lleva fuera de Ecuador en los últimos cuatro años, Correa fue una de las figuras centrales de la contienda electoral.
El ex mandatario, que se instaló en Bélgica con su familia tras concluir su mandato (2007-2017), rompió con Moreno apenas éste se instaló en el poder, desatándose una feroz disputa que fraccionó a la izquierda entonces dominante.
Correa arrastra una condena de ocho años de cárcel por corrupción, que tacha de “persecución política”. Una victoria de Arauz significaba para muchos la vuelta del correísmo.
No obstante, Lasso encarna el “anticorreísmo”, que agrupa a la derecha tradicional, empresarios, algunos medios de comunicación y parte de los no pocos desencantados con el socialismo del siglo XXI que pregonó el ex jefe de Estado.
Nació en Guayaquil, donde se vinculó desde muy joven a la Bolsa de Valores para costearse sus estudios secundarios en un colegio católico. Su trabajo consistía en anotar “en una pizarra las cotizaciones de las acciones”.
Aunque no completó sus estudios en Economía, logró descollar en el sector financiero, donde ocupó la presidencia ejecutiva del Banco de Guayaquil, uno de los principales del país. En 2012 se retiró de la banca para fundar el movimiento Creando Oportunidades (Creo), emergiendo como el mayor opositor al ex presidente Correa.
La izquierda siempre le enrostra su pasado de banquero en un país que sufrió a finales de los 90 el colapso del sistema financiero, a raíz de un esquema fraudulento de préstamos. Cientos de miles de ecuatorianos migraron y el país adoptó el dólar como moneda en 2000.
Miembro del Opus Dei, en 2013 se fracturó el peroné derecho en una peregrinación religiosa. A raíz de la lesión, usa bastón.
Lasso es el último de once hijos de un matrimonio de clase media. Está casado con María de Lourdes Alcívar y tiene cinco hijos, uno de ellos banquero y otro que desistió de ser sacerdote.
En el área pública, fue gobernador de la provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil, y ministro de Economía en el gobierno del derrocado ex presidente Jamil Mahuad (1998-2000).
Con información de AFP y EFE