En la capital de Ecuador, el festejo que estaba preparado con orquesta en el centro de Quito, muy cerca de la Asamblea Nacional, tuvo que desarmarse ante las cifras oficiales que iban confirmando el triunfo del derechista Guillermo Lasso sobre Andrés Arauz, candidato del ex presidente Rafael Correa (2007-2017).
Del otro lado, banderas de Ecuador, puños en alto, el himno nacional, bocinazos de los autos, alegría y algarabía en varias ciudades de Ecuador, empezando por su capital, Quito, en medio de consignas como “Lasso, presidente; Correa nunca más; libertad”, que coreaban los ecuatorianos que se concentraban en diferentes sitios portando la bandera tricolor y pese al miedo de contagiarse de COVID-19.
El festejo se extendió a las redes sociales y a través de chats los festejos, los memes, los agradecimientos, reventaban los celulares. En un video en la red social Tik Tok, Lasso apareció bailando “Bad” de Michael Jackson, con los zapatos rojos que popularizó en su campaña y se volvieron tendencia en el país andino
Si bien las últimas encuestas ya proyectaban el triunfo de Arauz en la víspera, lo que nadie imaginaba era que tanto Arauz como Correa iban a reconocer el propio domingo el triunfo de Lasso, más aún cuando los días previos habían montado una campaña, sobre todo a nivel internacional, hablando de su triunfo y de la posibilidad del fraude, y que el domingo pasadas las 17:00 Arauz prácticamente se declaró triunfador, pese a que una encuestadora a boca de urna daba el triunfo a Lasso y la encuestadora que trabajó para él hablaba de un empate técnico.
Pero lo imposible se volvió posible. Arauz no solo reconoció el triunfo de Lasso y dijo que lo llamará para felicitarlo, sino que aseguró que ha llegado el momento de avanzar, de tender puentes y construir consensos, y el propio Correa avanzada la noche sostuvo en su cuenta de Twitter que las proyecciones que tenían eran erradas.
“Suerte a Guillermo Lasso, su éxito será el de Ecuador. Solo le pido que cese el lawfare, que destruye vidas y familias”, señaló Correa.
Según el analista político Francisco Rocha, la victoria de Lasso por alrededor de 4 puntos no deja margen para la discusión; por eso, Correa habló sobre la necesidad de pasar la página.
“Si la diferencia hubiera sido menos, hubieran querido incendiar el país como ya advirtió el propio Correa al hacer un llamado a defender los votos”, señala Rocha. “Ahora se están replanteando el rol que van a jugar y cómo concretar los planes que tienen ahora que perdieron la Presidencia. Ellos ahora reconocerán que Arauz no era el mejor candidato, más allá de que hiciera lo que le ordenaban”.
Expertos dicen que para Arauz se terminó la carrera política pues nunca logró despegarse de Correa y demostrar personalidad o ideas propias.
Si bien el triunfo de Lasso es histórico pues tuvo que remontar alrededor de 13 puntos desde la primera vuelta electoral del 7 de febrero, logro que no se ha visto por lo menos en los últimos 40 años, está claro que los electores no solo votaron por su proyecto político, sino básicamente en contra del modelo autoritario de Correa.
“Sobre todo la clase media que estaba empobrecida, cansada y agotada del maltrato, de la falta de respeto a la profesión y dijo basta, lo que se reflejó en la votación de la Sierra centro”, destaca Rocha.
Según el politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Santiago Basabe, una buena parte del indigenado de la Sierra votó por Lasso, pese al llamado del ex candidato presidencial del movimiento indígena, Yaku Pérez, de votar nulo.
El país que recibe Lasso
El nuevo presidente de Ecuador, que asumirá el cargo el próximo 24 de mayo, recibe un país con una grave crisis económica, con necesidades de financiamiento de alrededor de USD 10.000 millones.
El año pasado la economía ecuatoriana se contrajo 7,8 % y para este año se espera un lánguido crecimiento de entre 3% y 3,5% por ciento.
Y para complicar aún más la situación, según estadísticas oficiales, 32 de cada 100 ecuatorianos se encuentra al momento en situación de pobreza y viven con 2,80 dólares diarios de ingresos, mientras que 15 de cada 100 ecuatorianos padecen de pobreza extrema y viven con un ingreso de 1,5 dólares al día, en un país en el que el desempleo se ubica en 5,7% y solo el 34% de la población económicamente activa tiene un empleo considerado adecuado, es decir que perciba el salario mínimo.
La Asamblea, el primer escollo
Gobernar no será fácil para el presidente electo, pues apenas tiene 12 legisladores en la Asamblea Nacional de 137 sillas, donde el correísmo tendrá unos 50 legisladores y Pachakutik, el brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), unas 26 curules.
El derechista Partido Social Cristiano (PSC), que apoyó a Lasso para la Presidencia obtuvo 18 curules, pero expertos afirman que ya en la Asamblea el presidente no contará con esos votos.
Lasso ganó las elecciones con alrededor de 54% de los votos frente a 47% de Arauz, pero le tocará lidiar con un país complicado con una profunda crisis económica, fuertemente azotado por la pandemia de covid-19 y con Asamblea adversa.
“Ganó un primer peldaño, pero le tocará casi casi también construir la escalera para seguir subiendo”, destaca Rocha.
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