Activistas de minorías o con estéticas alejadas del estándar tradicional del panorama político peruano amplían la diversidad social entre los 2.572 candidatos al Congreso en las elecciones del próximo domingo en el país andino.
“Las putas también votamos”
“A mí me costó muchas lágrimas de sangre poder entender de que yo soy un ser humano con derechos”, dice a la AFP Ángela Villón, madre de cinco hijos, quien fue durante 35 años trabajadora sexual.
Dejó el oficio hace cinco años y se convirtió en activista de los derechos de las prostitutas. Ahora dirige un albergue en Lima que cobija a una veintena de trabajadoras sexuales que intentan cambiar de vida.
“Nosotras somos víctimas de una crueldad tal, nos violan, nos secuestran y nos matan en vida”, agrega la mujer de 56 años, quien relata que sufrió agresiones de clientes violentos y también de un policía que intentaba extorsionarla.
Ángela se hizo prostituta a los 16 años para sobrevivir después de escapar de su hogar porque era maltratada por su padre.
Trabajó en las calles de Lima y en burdeles para alimentar a sus hijos. Dice que los cuatro mayores ahora son profesionales, pero tiene una hija pequeña. Ahora lidera el Movimiento de Trabajadoras Sexuales del Perú. “Las putas también votamos y decidimos dejar de ser utilizadas”, afirma.
Luce un tatuaje en un hombro que dice “Yo uso condón” y afirma querer ser parlamentaria para conseguir que las trabajadoras sexuales dejen de ser vistas como la “escoria” de la sociedad.
Corre en la lista del Frente Amplio, un partido izquierdista minoritario que lidera el exsacerdote católico Marco Arana, uno de los 18 candidatos presidenciales en estos comicios.
Ángela dice que en Perú hay unas 250.000 trabajadoras sexuales y la pandemia ha matado a 45 de ellas. “Nosotras tuvimos que enterrar a nuestras muertas, porque acá nadie nos daba nada”.
Gahela, insultada por sus rivales por ser trans
A sus 28 años, Gahela Cari busca convertirse en la primera congresista trans del país.
Vestida con blusa, falda y sombrero típicos de la sierra andina, esta activista trans dice que perdió la cuenta de las veces que ha sido discriminada.
Afirma que ha recibido insultos de otros candidatos y lamenta que el Jurado Nacional de Elecciones la haya inscrito con su nombre masculino.
Gahela relata que ha sido catequista y que ejerció la prostitución para sobrevivir cuando era universitaria. Dice además que sufrió “bullying transfóbico” cuando era escolar.
Asegura que quiere ser parlamentaria para luchar por “una sociedad igualitaria, libre de discriminación y violencia con salud y bienestar para todos”.
“Hemos tenido que enfrentarnos a situaciones de discriminación, nos han amenazado, hemos sufrido situaciones de acoso y violencia física”, dice.
Gahela no ha conseguido inscribir su nuevo nombre en el registro civil ni que éste acepte su nueva identidad de género. Compite en la lista del partido izquierdista Juntos por el Perú, que lidera la candidata presidencial Verónika Mendoza.
Julio Mario, el “Cristo cholo” que quiere “limpiar el Congreso”
Julio Mario Valencia ganó notoriedad como el “Cristo cholo” (andino), pues cada Semana Santa, desde hace 45 años, personificaba a Jesús en el Vía Crucis en las calles de Lima.
Este año no hubo Vía Crucis por la pandemia, lo que le permitió a este conductor de camiones y ferviente creyente de 63 años tener más tiempo para hacer campaña por un escaño en el Congreso.
Por coincidencia (“milagro”, dice él), en la papeleta de votación figura con el número 33, la edad de Jesús al momento de su crucifixión.
Vestido con túnica blanca, con manchas de pintura roja que simulan sangre, se siente un “instrumento del Señor para poder limpiar nuestra casa nacional, que es el Congreso”.
“Llegó el momento para que todos los malos políticos se vayan”, dice a la AFP mientras recorre una feria del norte de Lima repartiendo calendarios con su foto.
“Desde hace muchos años se gobierna para ciertos sectores económicos”, agrega este candidato del minoritario partido Renacimiento Unido Nacional, que dirige el músico y abogado quechua Ciro Gálvez.
Milagros, la otaku contra los “extranjeros sin trabajo formal”
Milagros Juárez tiene 31 años, es soltera, tiene una hija y es fanática de las series japonesas de animación.
Se viste como el personaje Asuka Langley de las series de Neon Genesis Evangelion y con un Pikachu de los Pokémon de peluche en el brazo recorre mercados y calles de Lima en busca de votantes. También se promociona activamente en las redes sociales.
“Otaku para todos es la propuesta bandera que busca que el anime y el manga sean reconocidos como actividades culturales en Perú”, dice a la AFP Milagros, cuyo padre y la pareja de éste acompañan cuando sale a las calles a repartir volantes con su foto en traje de baño.
Milagros compite por el minoritario partido nacionalista Unión por el Perú, cuyo líder es el militar Antauro Humala, condenado por encabezar una rebelión armada en 2005, hermano y rival del expresidente Ollanta Humala (2011-2016).
Se define como “católica y patriota”, y propone que Perú “deporte a las personas extranjeras que no tengan trabajo formal en el país”.
(Con información de AFP/Por Carlos Mandujano)
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